El Real Madrid impone su nuevo juego ante el Borussia Dortmund. Dos viejos conocidos volvían a encontrarse en una competición oficial. Esta vez los blancos acudían a la cita con nuevas incorporaciones y una cara distinta, diseñada con todo detalle por Xabi Alonso. Un rostro renovado que no supo frenar el equipo alemán. Una vez más era Gonzalo, que salió de titular a pesar de la reincorporación de Mbappé, abría el marcador gracias a un centro medido de Arda Güler. El segundo llegó de las botas de Fran García tras una magistral jugada entre Bellingham y Gonzalo. Antes del descanso, los blancos ya tenían encaminado el duelo. En los últimos minutos de partido, Beier recortó distancias en el marcador, pero Mbappé hizo el tercero para sentenciar el duelo o eso pensaban. Un penalti en el 95 que certificó Guirassy puso al Real Madrid contra las cuerdas. Pero el colegiado señaló el final antes de que pudieran igualar el marcador y los blancos certificaron su pase a semifinales.
Hacía menos de un año que el Real Madrid y el Borussia Dortmund se habían visto las caras. Fue en un duelo de Champions, donde los blancos volvieron a lucir esa mística para darle la vuelta al encuentro. El club blanco besó la lona nada más comenzar el duelo, dos veces le mandó el Borussia al suelo con dos cañonazos, pero es en esos momentos en los que el club blanco tira de casta, de esencia, de ese algo incomprensible que nadie entiende para salvar los trastos con una impecable remontada. Esta vez no necesitaron tirar de ese algo que solo ellos son capaces de lucir sobre el verde, pero que todos conocen.
Desde prácticamente el inicio del partido, el Real Madrid mantuvo secuestrado el balón. Lo movió por el terreno de juego. Arda Güler se hizo el dueño y señor del centro del campo con la batuta en la mano, mientras un descarado Bellingham se atrevía y probaba todo tipo de regates, pases y disparos. Fue la banda de Fran García la encargada de armar gran parte de los ataques blancos. En el minuto 9, el primer gol llegó precisamente de aquella banda. El Real Madrid se adelantaba en el marcador tras un impecable centro del centrocampista turco, que Gonzalo mandó al fondo de la red con un remate con el interior del pie. Una vez más, la perla blanca volvía a aparecer para adelantar a los suyos.
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