El Gobierno del Reino Unido encendió las alarmas por un presunto espionaje chino que generó un fuerte conflicto diplomático. Londres anunció una serie de medidas de seguridad luego de que el servicio de inteligencia interno (MI5) emitiera una alerta sobre operaciones de inteligencia del país asiático contra legisladores británicos. Pekín rechazó las acusaciones.
“Nuestras instituciones democráticas están siendo puestas en el punto de mira por actores chinos”, declaró el ministro de Seguridad, Dan Jarvis, ante la Cámara de los Comunes.

Según sus declaraciones, agentes chinos intentan “reclutar y cultivar relaciones con individuos que tienen acceso a información sensible sobre el Parlamento y el gobierno”. De hecho, explicó que una de sus estrategias consiste en hacerse pasar por “cazatalentos” externos. Los objetivos serían asistentes parlamentarios, economistas, empleados de centros de análisis, consultores en geopolítica y funcionarios.
Esta alerta sucede a la polémica suscitada por el abandono de los cargos contra dos hombres -uno de ellos empleado en el Parlamento británico– sospechosos de espionaje en favor de la potencia asiática. El gobierno laborista fue acusado de haber frustrado su juicio para no poner en peligro sus relaciones con China, algo que el ejecutivo negó categóricamente.
Nuevas medidas de seguridad
En medio de la controversia, Londres anunció una serie de medidas de seguridad para contrarrestar las amenazas de China, que se suman a los planes previstos de invertir 170 millones de libras esterlinas en la renovación de tecnología y modelos de encriptación para funcionarios públicos y otros 130 millones de libras para fortalecer a la Policía Antiterrorista.
Ademas, se destinarán recursos para la organización de reuniones informativas sobre seguridad para los partidos políticos y nuevas directrices para los candidatos. A su vez, habrá un endurecimiento de la normativa de donaciones a partidos y candidatos destinadas a proteger el sistema electoral.

En este sentido, el gobierno británico anunció que lanzará campañas de sensibilización dirigidas al personal político y parlamentario, así como a dirigentes universitarios y al mundo empresarial.
“Nuestro interés a largo plazo es seguir manteniendo relaciones con China, pero siempre nos defenderemos de cualquier país, incluida China, que intente interferir, influir o socavar la integridad de nuestras instituciones democráticas”, manifestó Dan Jarvis.
Por su parte, Pekín tildó de “calumniosas” las acusaciones de Reino Unido por espionaje. “Condenamos enérgicamente estas acciones despreciables ”, expresó una portavoz de la Embajada china en Londres. E instó al país europeo a “cesar de inmediato” dicha “farsa” y dejar de “socavar” las relaciones bilaterales.
Con información de AFP y Europa press
