
Las memorias del rey Juan Carlos están a punto de ver la luz en Francia y la prensa gala ya ha adelantado algunos de los titulares más llamativos de esa biografía. El emérito ha protagonizado numerosos titulares por las confesiones que realiza en ese libro, que saldrá a la venta el próximo 5 de noviembre. A pocos días de esa publicación, el padre de Felipe VI regresa a España de forma inesperada.
Según ha adelantado El Mundo, Juan Carlos aterrizará la noche de este miércoles 29 de octubre en el aeropuerto de Vitoria, donde tiene cita con el doctor Eduardo Anitua, miembro de su círculo de confianza, para una de sus revisiones periódicas.
La estancia del exmonarca en la ciudad alavesa será breve, pues el citado medio especifica que tras el chequeo médico volverá a tomar un vuelo privado para dirigirse a Lisboa. El emérito pasa buena parte de su tiempo en la capital lusa, donde tiene numerosos amigos y actualmente reside una de sus nietas, la infanta Sofía, que cursa allí su primer curso universitario. De hecho, se llegó a especular con que el padre de Felipe VI estudiaba mudarse a la ciudad portuguesa para estar más cerca de España.
Tras su paso por Lisboa, Juan Carlos tiene previsto volar hasta Vigo, donde le recogerán en coche para trasladarse a la casa de su íntimo amigo Pedro Campos en Sanxenxo. Y es que, coincidiendo con la publicación de sus memorias en Francia, el emérito estará participando en la regata desafío Barceló, la última prueba de la Liga Xacobeo de 6 Metros, por lo que se espera que su presencia en la ciudad coruñesa genere una gran expectación mediática.
Felipe y Letizia, en Valencia
El regreso de Juan Carlos a España no solo coincide con el revuelo por las revelaciones del contenido de sus memorias, que llevan por título Reconciliación. Y es que la fecha elegida para volver a pisar su país coincide con el funeral de Estado a las víctimas de la dana en Valencia, una cita que estará presidida por los reyes Felipe VI y Letizia y en la que sin duda será palpable la crispación política por las responsabilidades que siguen sin asumirse un año después de la tragedia.
Una vez más, Felipe VI y su padre estarán a unos cientos de kilómetros de distancia, pero no se espera que vuelvan a coincidir. Sus encuentros han sido contados desde que la marcha del emérito a Abu Dabi hace cinco años, una mudanza que ahora Juan Carlos confiesa que hizo de forma voluntaria para salvaguardar los intereses de la Corona y de su hijo como monarca.

Aunque el ex jefe de Estado asegura que en su partida tenía previsto pasar fuera solo unas semanas hasta que descendiera el revuelo mediático, ahora no puede ocultar su dolor al no poder regresar a España: “Verse obligado al desarraigo y al aislamiento al final de la vida no es fácil”, lamenta en su reciente entrevista en Le Figaro.
El emérito afirma encontrarse “resignado, herido por un sentimiento de abandono”. Y agrega: “No puedo contener la emoción al pensar en algunos miembros de mi familia para quienes ya no importo, y especialmente en España, que tanto echo de menos. Hay días de desesperación, de vacío”.
