Los Pumas ya hicieron su parte adentro de la cancha. Ahora están a merced de la voluntad de la diosa Fortuna. Un nuevo sueño para el rugby argentino comenzará a forjarse este miércoles, cuando a las 6 de la mañana se realice en Sydney el sorteo de grupos del Mundial de Australia 2027. Tras lograr el objetivo de finalizar el año entre los mejores seis del ranking, el equipo que conduce Felipe Contepomi será uno de los cabeza de serie y brega por un recorrido lo menos espinoso posible camino a las instancias finales.
Semifinalista en tres de los últimos seis mundiales, la misión de mínima será igualar la altura de esa vara. Con la ilusión cabal de estar presente el 13 de noviembre en el estadio olímpico, también, sostenida a partir de la evolución que evidenció la Argentina desde 2022. Para ser campeón hay que ganarles a todos, dice el refrán, pero los antecedentes marcan que una ayuda del azar nunca está de más.

El 11º Mundial de la historia será el primero con 24 equipos, en una apuesta de World Rugby por expandir el deporte hacia nuevos horizontes. De esta forma, los equipos se repartirán en seis grupos de cuatro; los primeros dos de cada uno y los cuatro mejores terceros accederán a una nueva instancia de octavos de final. Es decir, un partido menos en zona de grupos y uno más de playoff, por lo que llegar a semifinales sigue implicando jugar siete encuentros, como ocurre desde 2003. Al no haber una fecha libre en la clasificación, el certamen no se prolongará más que los anteriores pese al incremento de equipos: comenzará el 1º de octubre y finalizará el 13 de noviembre, lo que hace un total de 44 días.
Los primeros seis del ranking fueron designados cabezas de serie en cada grupo e integrarán el bombo 1, lo que significa que no podrán enfrentarse entre sí en la etapa regular. El bombo 2 lo integrarán las naciones ubicadas del puesto 7 al 12, y así sucesivamente, siempre considerando a los equipos que superaron el proceso de clasificación.

Estar en el bombo 1 le asegura a los Pumas evitar cruzarse con los máximos favoritos: Sudáfrica, Nueva Zelanda, Inglaterra, Irlanda y Francia, lo que les da una buena chance de terminar primero en su grupo y aspirar a un cruce accesible en octavos de final, y aun en cuartos. El mayor peligro en el bombo 2 es Australia, por ser local y por el crecimiento que evidenció este año. En el mismo estrato que los Wallabies puede ubicarse Escocia, mientras que Fiji, Italia, Gales y Japón aparecen como amenazas de cuidado, pero inferiores en los papeles.
El bombo 3 está compuesto por Georgia, España, Estados Unidos, Uruguay, Chile y Tonga, mientras que en el 4 se sitúan Samoa, Portugal, Rumania, Canadá, Zimbabwe (eliminó a Namibia, que quedó afuera por primera vez desde 1995) y Hong Kong, el único debutante.
Sólo está predeterminado que Australia, por ser local, integrará el Grupo A y jugará el partido inaugural en Perth. Las otras sedes son Sydney, Brisbane, Melbourne, Adelaida, Newcastle y Townsville. Los demás integrantes de cada grupo y el orden de los partidos se dirimirán de manera absolutamente aleatoria, sin importar tampoco el origen de los países (como ocurre en el Mundial FIFA).
El sorteo, que podrá verse en vivo, por la cuenta de YouTube de World Rugby, por RugbyPass TV y por ESPN, tendrá como anfitriones al australiano Brett Robinson, presidente de World Rugby, a la ex estrella de los All Blacks Dan Carter y a los representantes de las selecciones locales James Slipper y Alicia Lucas. Comenzará con la distribución de los integrantes del bombo 4 en cada zona y continuará en orden decreciente hasta el bombo 1. El fixture definitivo se conocerá el próximo 3 de febrero.
Una combinación ideal para los Pumas podría ser compartir el grupo con Japón, Chile y Hong Kong, mientras que el peor escenario posible incluye a Australia, Georgia y Samoa. Debe contemplarse, no obstante, que cualquier predicción debe pasar por el filtro de la relatividad, ya que el funcionamiento de los equipos puede cambiar radicalmente de aquí a fines de 2027.
Ser cabeza de serie, asimismo, otorga mayores probabilidades de tener un grupo favorable, pero no lo garantiza. Para Nueva Zelanda 2011, por ejemplo, fue la única vez que los Pumas llegaron como tales, ya que estaban cuartos en el escalafón mundial tras la medalla de bronce obtenida un año antes (el sorteo se realizó en 2008, con tres años de antelación). A la Argentina le tocó en desgracia enfrentarse a Escocia, la mayor amenaza del bombo 3, además de Inglaterra, para configurar el Grupo de la Muerte (completado por Georgia y Rumania). Para Francia 2023 ocurrió lo contrario: a pesar de estar preclasificados 10os, los Pumas cayeron en la zona de Japón, que se había colado en el top 8 gracias a que había sido cuartofinalista en 2019.
El sorteo del miércoles también empezará a delinear el camino hacia la gran final, a disputarse el 13 de noviembre en el Stadium Australia (el icónico estadio olímpico construido para los Juegos de Sydney 2000, mismo escenario de la definición que consagró a Inglaterra en 2003) y abre un resquicio a múltiples especulaciones. Por ejemplo, los que terminen primeros de los grupos A, B, C y D se enfrentarán en octavos de final a un equipo que finalice tercero en su zona, mientras el ganador del grupo E se enfrentará al segundo del D y el primero del F lo hará ante el segundo del B (los otros cuatro segundos chocarán entre sí: C vs. F y A vs. E). No obstante, para los cuartos de final la suerte se invierte: de avanzar, los ganadores de los grupos E y F se enfrentarán al ganador de un duelo entre dos segundos, mientras que los del A, B, C y D chocarían entre sí.

Los rivales de los Pumas más repetidos en la historia de los Mundiales en etapa de grupos son Inglaterra (1995, 2011, 2019 y 2023) y Samoa (1991, 1995, 1999 y 2023), con los que se encontró en cuatro oportunidades. En cambio, nunca se cruzó con Sudáfrica, Canadá, España o Uruguay, y nunca jugó un Test Match ante Hong Kong, Portugal o Zimbabwe.
Para la Argentina, alcanzar el estrato de cabeza de serie no fue una tarea nada sencilla. El cuarto puesto en Francia 2023 ayudó, ya que en los partidos ganados en la competencia insigne del rugby otorga puntaje doble en el ranking. Desde entonces consiguió triunfos ante Nueva Zelanda (2), Australia (2), Sudáfrica y Francia que le reportaron un buen caudal de puntos (la victoria ante British & Irish Lions no entró en consideración). En la ventana de julio, Contepomi asumió riesgos al darle descanso a un nutrido grupo de jugadores que venían de una temporada desgastante en Europa y enfrentó a Inglaterra, rival directo en la lucha por el top 6, con varios jugadores inexpertos. Costó dos derrotas, pero en el largo plazo no pagó el precio. Las victorias ante Gales y Escocia en la gira de noviembre le aseguraron ser cabeza de serie.
El ranking y los resultados sólo reflejan una parte de la realidad, pero una vez cada cuatro años, al momento del sorteo, son determinantes. Sin tenerlo como prioridad, los Pumas cumplieron con su cometido. Ahora tienen dos años para seguir construyendo el plantel y el sistema de juego, que luce promisorio aun con varios aspectos por perfeccionar. Es la parte del destino que depende de ellos. Del resto se encarga el azar.
