La suciedad incrustada en las sartenes de acero inoxidable supone un quebradero de cabeza para muchas personas. Ni el jabón ni los estropajos tradicionales parecen suficientes para eliminar las marcas de grasa, las manchas oscuras o los restos quemados que se resisten a desaparecer. En medio de esta frustración cotidiana, surgen alternativas caseras que prometen devolverles el brillo sin recurrir a productos químicos agresivos.
Muchas de ellas se difunden a través de las redes sociales, que se han convertido en un escaparate para que las personas puedan intercambiar consejos caseros con respecto a la limpieza del hogar. Cintia, una creadora de contenido dedicada a este ámbito y a la vida sostenible (@mundosinresiduos en TikTok), ha compartido un vídeo en el que señala cuál es la fórmula que ella utiliza para devolver el brillo a las sartenes de acero inoxidable sin dañarlas. “Este truco te encantará”, afirma.
Las sartenes de este material, aunque resistentes y duraderas, tienden a acumular grasa, restos de comida o marcas de calor difíciles de eliminar. Frente a ello, Cintia propone una alternativa libre de productos químicos agresivos y apta para todos los bolsillos.
Bicarbonato de sodio y estropajo vegetal
El procedimiento es bastante simple: “Solo necesitas bicarbonato de sodio, que esparcirás por encima de la sartén y un estropajo como este de coco, porque rasca pero no raya.” El bicarbonato es un clásico del hogar sostenible, ya que su leve acción abrasiva permite eliminar manchas y residuos sin dañar la superficie, mientras que su poder desodorizante combate los malos olores. En combinación con un estropajo vegetal, el resultado es una limpieza eficaz y respetuosa con el material.
Para completar el proceso, Cintia señala que debe añadirse “un poco de agua y jabón para platos” y después rascar con el estropajo. “Enjuaga bien con agua y repite el proceso si es necesario”. El resultado es muy efectivo: “Tu sartén quedará limpia y brillante”
Así, la mezcla actúa como un desengrasante natural, y al mismo tiempo evita los residuos químicos que pueden dejar algunos productos comerciales.
El bicarbonato de sodio: un clásico de la limpieza natural
El bicarbonato de sodio ha sido durante décadas uno de los ingredientes más versátiles del hogar. No solo limpia sartenes: también blanquea juntas de azulejos, desatasca desagües y neutraliza olores en frigoríficos o zapatillas. Su bajo coste y su inocuidad para la salud lo han convertido en una alternativa sostenible a los detergentes tradicionales.
En el caso del acero inoxidable, su uso resulta especialmente útil. Este material puede perder brillo con el tiempo si se limpia con estropajos metálicos o productos abrasivos, pues pueden quedar marcas permanentes en la superficie y verse alterada su conductividad térmica. El bicarbonato, en cambio, ofrece una acción suave pero eficaz. Para las manchas más resistentes, algunos expertos recomiendan dejar actuar la mezcla de bicarbonato y agua durante 15 o 30 minutos antes de frotar.
Tampoco conviene dejar los utensilios húmedos después del lavado, pues el agua estancada puede producir manchas. Lo ideal es secar con un paño de microfibra inmediatamente después de aclarar.