Primero fue la sorpresa. Después, el dolor. El anuncio de la muerte de Alberto Martín el fin de semana pasado dejó perplejos a todos: sólo su familia y su círculo íntimo sabían que estaba enfermo [tras manifestar molestias abdominales, los médicos habían evaluado operarlo y, luego, administrarle quimioterapia] y que, en los últimos meses, el cuadro se había agravado [estaba internado y recibía cuidados paliativos].
De 81 años, el actor, pícaro y de gran simpatía, ducho en todos los géneros –había comenzado su carrera a los 18 tras ganar un concurso de fotonovelas conducido por Dolores Pardo de Domínguez [la madre de Rolo Puente] y con el correr de las décadas participó en grandes éxitos del radioteatro, la televisión, el cine y el teatro–, fue despedido el 17 con una ceremonia sobria y cálida que contó con la presencia de María Marta y Juan Martín [dos de los tres hijos que tuvo con Marta, la mujer con la que estuvo casado 47 años], muchísimos amigos y figuras del mundo del espectáculo. “Más allá de su inmensa capacidad actoral, Alberto fue un hombre que mantuvo gran dignidad a lo largo de toda su vida; y fue así también con su partida”, dijo, después, Germán Kraus sobre su amigo, de quien marcó su don de gentes y la gran fortaleza con la que dio batalla a la enfermedad.
LA DESPEDIDA A UN GRANDE
Lloviznaba el domingo cuando el vehículo de la Cochería Boulogne que transportaba los restos de Alberto Martín ingresó al Cementerio de Boulogne, en San Isidro. No bien el vehículo se detuvo, su hijo Juan Martín y su nieto Gonzalo –hijo de María Marta– ayudaron a bajar el cajón y, con la colaboración de Germán Kraus, lo ubicaron en el centro del oratorio. “Te rogamos, Señor, que recibas a ‘Chiche’ en tu casa (…). Concédele descanso eterno y luz”, fueron las palabras con las que la ministra de la eucaristía Patricia Celis inició el responso al actor, que había nacido el 8 de mayo de 1944, en el partido de San Martín, Buenos Aires, con el nombre de Luis Alberto Di Feo y a quien, años más tarde, Alberto Migré definiría con muchísimo cariño como “intuitivo y buenmozote”.
Tras la lectura de un pasaje del Evangelio según San Juan, Celis –que también fue convocada en 2018 para despedir a Marta, la mujer de Alberto– tomó la palabra el actor Marcelo Di Bellis, quien recordó a su amigo y colega: “Lo vamos a extrañar muchísimo: donde él estaba había risas, amistad sincera y solidaridad”, les contó a todos y, antes de acercarse al féretro –que hasta último momento estuvo cubierto con una bandera de Racing, el club del cual era fanático [se había tatuado su escudo en el brazo e, incluso, llegó a conducir La cocina de Racing en un canal de cable]–, recordó cómo Alberto acompañó de manera incondicional la internación de su madre, años atrás.
En la sala, que estaba abarrotada, las lágrimas y la emoción de familiares, colegas y amigos era total. Fue entonces cuando la ministra invitó a todos los presentes a despedir al entrañable actor. En ese domingo gris, aquel aplauso pareció no tener fin.