La presencia constante de pantallas, como el uso del celular, en la vida cotidiana está teniendo una influencia sobre la biología humana, que va mucho más allá del descanso nocturno y podría tener un efecto en los ritmos biológicos más fundamentales, como el ciclo menstrual femenino.
Investigaciones de la Universidad de Wurzburgo dieron a conocer este fenómeno, que estaría afectando a las mujeres por la constante exposición a luz LED, con la posibilidad de generar consecuencias negativas al punto de tener problemas para quedar en embarazo.
Cuáles son los cambios detectados en los ciclos menstruales tras el uso del celular
Durante muchas décadas, la ciencia observó una posible sincronía entre el ciclo menstrual de las mujeres y los ciclos lunares, ambos con duraciones similares. Un estudio publicado por la revista Science Advances y liderado por la neurobióloga Charlotte Helfrich-Förster, de la Universidad de Wurzburgo (Alemania), proporciona nuevas evidencias sobre este fenómeno.
El equipo analizó más de 11.500 registros de menstruación de 176 mujeres que cubren un período de más de 70 años, incluyendo datos personales recogidos desde 1950 hasta 2024. La mayoría de las participantes eran europeas y no utilizaban anticonceptivos hormonales.
Al comparar los ciclos menstruales registrados en ese rango de tiempo con los principales ciclos lunares (sinódico, anómalo y tropical), los investigadores identificaron una notable correlación entre ambos ritmos antes de 2010.
Sin embargo, a partir de ese año, la sincronización entre las menstruaciones y las fases de la Luna prácticamente desapareció, persistiendo solo en los meses de enero. Este fenómeno coincide con el perihelio, cuando las fuerzas gravitacionales lunares y solares se refuerzan y la Tierra se encuentra más cerca del Sol.
Cuál es el papel de los celulares y los dispositivos electrónicos en estos cambios
La investigación apunta a la irrupción masiva de la luz LED y el uso intensivo de celulares y pantallas como los responsables de este cambio. Helfrich-Förster señaló que la popularización de la iluminación LED en hogares y espacios públicos, junto al aumento en el tiempo de exposición frente a pantallas emisoras de luz azul, puede haber alterado la capacidad del ciclo menstrual para sincronizarse con los ritmos lunares.
La idea de que la luz artificial de origen tecnológico afecta la fisiología femenina está respaldada por la sensibilidad de los ojos humanos a la luz azul, principal longitud de onda emitida por estas pantallas. La contaminación lumínica ha debilitado la sincronización del ciclo menstrual, como concluye el estudio de la Universidad de Wurzburgo.
Además, los datos de búsquedas en Google Trends de términos asociados a menstruaciones dolorosas revelaron un incremento en enero, tanto en Alemania como en Australia, lo que refuerza la posible conexión entre síntomas menstruales, fases gravitacionales de la Luna y factores ambientales.
Expertos como Claude Gronfier, del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica (Inserm) de Lyon, consideran que el vínculo detectado es sólido, pero exigen cautela antes de determinar una causalidad certera.
El artículo de Science Advances tiene el mérito de respaldar la existencia de una sincronía que se debilitó notoriamente en los últimos quince años. No obstante, para Gronfier, el estudio hubiera mejorado si hubiera contado con mediciones objetivas de la exposición lumínica real de las participantes, dado que la hipótesis central vincula la irrupción de la luz artificial con el cambio detectado.
Factores añadidos como la edad, la dieta, el sueño, el estrés, el cambio climático y la propia autopercepción pueden sesgar los datos o influir en los ciclos menstruales. Además, muchas investigaciones previas contaban con muestras pequeñas o basadas en autorregistros, aumentando el margen de error.
Posibles consecuencias para la salud femenina
Las conclusiones del equipo de la Universidad de Wurzburgo, aunque no determinan una relación causal definitiva, plantean nuevos interrogantes sobre la salud reproductiva en un entorno crecientemente digitalizado. La desincronización de los ritmos menstruales podría repercutir en la regularidad de los ciclos, la aparición de síntomas más intensos o la dificultad para concebir en algunos casos.
La investigadora Cristina Carrasco, de la Universidad de Extremadura, resalta la importancia de promover hábitos que respeten los ritmos circadianos. Recomienda mantener una buena higiene del sueño y reducir la exposición nocturna a la luz, especialmente a la luz azul de dispositivos electrónicos, para evitar la alteración de funciones biológicas fundamentales.