El clima en el búnker de Es Ahora Buenos Aires, montado en el Club Ferro Carril Oeste, en el barrio de Caballito, pasó de la calma a la desolación en el transcurso de la tarde y la noche que marcaron la caída de su candidato, Leandro Santoro, quien escoltó a Manuel Adorni en la elección porteña para legisladores que se desarrolló este domingo. El postulante admitió la derrota minutos después de que hiciera lo propio Silvia Lospennato.
Durante las horas previas al cierre de los comicios, la ausencia de dirigentes fue total en el búnker, que estaba dividido en dos: un sector para las declaraciones a la prensa (bajo una tribuna cabecera del estadio de fútbol) y otro, previsto para el acto con la militancia, en el microestadio Héctor Etchart. Apenas pasadas las 20, Santoro ya había hablado a los medios y su militancia se retiraba del club masticando la desilusión de la caída. Menos de media hora después, los empleados de limpieza ya estaban en plena tarea.
Eran las 19:52 cuando Santoro habló y reconoció la derrota. Antes de su entrada al sector de prensa, personal de la organización había retirado una larga mesa preparada para que varios dirigentes pudieran hablar en conjunto y la había reemplazado por un atril individual. “Se cerró un ciclo político”, dijo, en alusión a la derrota de Pro. Y advirtió, en referencia al avance de La Libertad Avanza, que tenía una “declaración de principios” para hacer. “Si la crueldad se puso de moda, que no cuenten con nosotros”, señaló. Fue una sentencia que también utilizó en el acto de cierre de campaña, cuando también había advertido que sería “una elección pareja”, aunque las encuestas lo ubicaban como el candidato a ganar.
El candidato de Ahora Buenos Aires llamó a “poner en contexto el resultado de esta elección” y consideró que “hay una nueva realidad”. Además, cuestionó la campaña: “Hay un contexto muy adverso donde parece que está permitido cualquier cosa”.
Advirtió, asimismo, que el resultado -perdió por casi tres puntos contra Adorni- los “obliga a seguir trabajando” para cambiar la ciudad. Destacó que su espacio ganó “dos nuevas bancas y seis comunas”. Con esas dos bancas que contabilizó como ganadas, Unión por la Patria ingresaría diez legisladores (renovaba ocho y tiene un bloque de 18).
“Entendemos el resultado de las urnas. De ninguna manera vamos a dejar las banderas”, subrayó Santoro antes de terminar su discurso. Detrás suyo, se ubicaron integrantes de su lista y referentes del PJ porteño como Juan Manuel Olmos (principal articulador de su espacio), Mariano Recalde y Víctor Santa María. El candidato del frente peronista porteño se retiró tras su discurso, que fue muy breve, y no respondió preguntas. Lo siguieron, también sin detenerse a hablar con la prensa, los dirigentes que lo habían acompañado detrás del atril.
El búnker de Santoro lució despoblado de dirigentes desde antes incluso del cierre de la votación. Lo que era una espera en calma viró con el paso de las horas hacia un escenario de desolación. Si bien, en un principio, cuando no había cerrado la votación, se preveía que Olmos hablara antes de que lo hiciera Santoro, el presidente de la Auditoría General de la Nación no lo hizo.
El silencio se prolongó durante toda la jornada, hasta que aparecieron los primeros datos. Los dirigentes no se hicieron ver por el sector reservado para la prensa. El paso hacia el microestadio estuvo reservado solo para los dirigentes y los militantes.
Santoro votó por la mañana, aunque había previsto originalmente hacerlo por la tarde. Almorzó en la casa de su madre, en Caballito, y luego se dirigió a su domicilio para pasar las horas de la tarde hasta el conteo definitivo de los votos, que le trajeron un disgusto ya entrada la noche. Mientras Adorni hablaba, el búnker de Es Ahora Buenos Aires se desarmaba y, sobre la avenida Avellaneda, quedaban algunos militantes rezagados sobre la vereda.