
Para Emilia Attias, este miércoles es un día de celebración y emoción: su hija Gina, fruto de su relación con el Turco Naím, cumple 9 años y la actriz le dedicó un sentido posteo en redes. Con el amor que solo una madre puede plasmar en palabras, Emilia compartió con su comunidad digital un mensaje conmovedor acompañado de imágenes llenas de ternura, donde el foco estuvo puesto en la felicidad y la creatividad que envolvieron el festejo.
“Feliz cumple pichona de mi vida, no me dan las palabras para expresar el amor que siento por vos”, comenzó escribiendo Emilia. “Verte feliz es el norte de mi vida”, confesó la participante de MasterChef Celebrity. La actriz nunca oculta su devoción por la maternidad y, en los últimos meses, mostró en redes la sensibilidad e inteligencia de Gina, quien suele sorprender a su mamá cocinando la cena al llegar a casa agotada tras largas horas de grabación del reality.
La celebración, tal como retrató Attias en sus stories, se vivió en un clima cálido y natural donde la estética fue protagonista. Las primeras postales revelaron la intimidad del festejo: Gina, con su uniforme escolar y una gran sonrisa, recibiendo abrazos y besos de su mamá. El living decorado tenía mesas cubiertas por manteles blancos y delicados detalles florales, sillas de mimbre y jarrones rústicos con flores de colores pastel. Los globos verdes y las velas sobre las mesas aportaron frescura y un aire lúdico que transformaron el ambiente en una verdadera fiesta de cuento.


El recibimiento fue a la altura de la ocasión: un gran cartel de “Bienvenidos” dio la primera señal de que la mañana sería especial. Sobre la mesa de bienvenida, globos y flores blancas crearon el marco perfecto para una jornada pensada con amor y dedicación. El catering, uno de los momentos más esperados, deslumbró por la variedad y la presentación: medialunas y facturas rellenas, brownies, sándwiches de miga y variedad de bebidas componen un festín digno de la mano atenta y exquisita de Emilia. Vajilla cuidada al detalle y centros de mesa florales acompañaron la propuesta.
Pero el toque especial del evento llegó con las actividades elegidas. Inspirada en las tendencias actuales y en la sensibilidad artística de Gina, Emilia organizó un taller de cerámica donde todas las niñas pudieron moldear y pintar sus propias piezas. Una larga mesa con herramientas, materiales y bowls individuales hizo que el espacio se transformara, por unas horas, en una pequeña escuela de arte. El entusiasmo y la creatividad fueron protagonistas, y cada creación fue celebrada entre risas y aplausos.



La segunda parte de la fiesta se dedicó a la cocina. Llegó el momento del “pizza party”: cada niña recibió una porción de masa, ingredientes frescos y la libertad de armar su pizza ideal, eligiendo entre quesos, salsa de tomate, fiambres y verduras. La actividad combinó juego, destreza culinaria y el placer de compartir, mientras las chicas intercambiaban ideas y saborizaban el aire con el aroma a pan recién horneado.
El clima familiar y relajado se sostuvo a lo largo de toda la fiesta. Los detalles de los globos combinando con las flores, los manteles blancos, las sillas de mimbre y la luz natural entrando por las ventanas crearon la atmósfera precisa para que la alegría y la complicidad fluyeran entre las invitadas, madres presentes y, por supuesto, la homenajeada y su mamá.


Así, entre flores, arcilla, pizza y sonrisas, Gina vivió un cumpleaños inolvidable rodeada del afecto y la creatividad que definen la crianza de Emilia Attias. Una fiesta diferente y cuidada, pensada para que cada niña pudiera explorar su costado artístico y encontrarse con pequeños placeres entre amigas. Las imágenes hablan solas: abrazos, risas, manos sucias de arcilla y bocados de pizza, todo bajo la mirada atenta y amorosa de Emilia, que selló esta etapa con palabras imborrables y el deseo de una infancia feliz para su hija.
