PARAMARIBO.- Surinam, el país más chico de América del Sur, se encuentra en una disyuntiva luego de que el partido gobernante y la oposición, obtuvieran casi el mismo número de escaños parlamentarios en las elecciones celebradas el domingo. Una votación controvertida, luego de que el actual presidente Chan Santokhi presentara un original programa mediante el cual promete a sus habitantes recibir directamente dólares provenientes de la industria petrolera.
El partido del presidente saliente Chan Santokhi, el VHP, y el del expresidente fallecido Desi Bouterse, el NPD con la lista encabezada por Jennifer Simons, obtuvieron cada uno entre 17 y 18 escaños del Parlamento, según el escrutinio del 90% de los votos difundido por el gobierno.
El resultado abre la puerta a semanas de negociaciones, ya que se requiere una mayoría de dos tercios de los 51 miembros de la Asamblea Nacional para elegir al próximo presidente. Las negociaciones extendidas podrían postergar reformas fundamentales y desalentar a los inversores, en un momento en que las principales petroleras están aumentando su interés en los recursos marítimos del país.
El estrecho margen refleja una profunda división sobre cómo debe Surinam gestionar su recuperación económica y las nuevas riquezas petroleras. Santokhi, respaldado por el FMI y las petroleras, quiere otro mandato tras impulsar reformas clave “promercado”. Mientras que la candidata opositora plantea usar los ingresos petroleros para programas sociales y aplicar reglas más estrictas para las multinacionales.
El jefe de Estado desde 2020 de este empobrecido país, vecino de Guyana, alegó que “a partir de 2028 seremos productores de petróleo” y con ello “tendremos ingresos fiscales y regalías” para repartir entre la población.
La ministra de Defensa, Krishna Mathoera, que también aspira a la presidencia, declaró a que es “importante” para el partido oficialista ganar porque durante su mandato se han sentado las bases de la estabilidad. “La economía crecerá” gracias al petróleo, aseguró.
Para esta antigua colonia neerlandesa, que ha sufrido rebeliones y golpes de Estado desde su independencia en 1975, las reservas petroleras proporcionarán una fuerte inyección de dinero a partir del 2028, cuando está previsto que comience la producción en el país, acuciado por una gran deuda externa, una inflación rampante y una tasa de pobreza del 20%.
El año pasado, el grupo francés TotalEnergies se comprometió a invertir 10.500 millones de dólares durante los próximos cuatro años en el yacimiento petrolífero marino GranMorgu, ubicado en el Atlántico, a 150 kilómetros de la costa. Ese emprendimiento junto a la empresa estatal surinamesa Staatsolie, tiene explotación programada para comenzar en 2028, con una producción proyectada de 220.000 barriles por día. Surinam produce actualmente entre 5000 y 6000 barrilles por día. Esto podría ser solo el comienzo, ya que aún no se han emitido nuevos permisos de exploración.
Este salto disparó las esperanzas en el país, carente de infraestructuras, de convertirse en el nuevo El Dorado. Pero son varios los especialistas que tratan de rebajar la euforia.
“Espero que esto cambie nuestro país para bien, que vivamos mejor, que podamos tener mejores carreteras, un poco más de seguridad en nuestras vidas, una mejor educación para nuestros hijos, mejores condiciones para los estudiantes”, añadió Rayshrie, una empleada de banco de 26 años.
“En ningún otro lugar”
Fue la firma Lazard Fréres & Co., asesora del gobierno, la que propuso este “concepto original” de redistribución específico para Surinam, explicó a la agencia AFP Pierre Cailleteau, socio gerente del banco franco-estadounidense.
Denominado RVI (“Regalías para Todos”, por sus siglas en neerlandés) se trata de “un cupón que puede cobrarse si, y solo si, el Estado recibe regalías petroleras en el futuro”, explicó el gobernante. “No existe en ningún otro lugar”, observó Cailleteau.
En los casos excepcionales de pagos directos a la población, como ocurre en Alaska, se abonan las ganancias obtenidas por el fondo soberano de inversión sobre las ganancias ya acumuladas.
Los primeros cupones se distribuyeron a principios de mayo a parte de los aproximadamente 570.000 ciudadanos elegibles, explicó Victorine Moti, asesora del programa RVI del Ministerio de Finanzas.
Las personas mayores de 80 años y las que tienen alguna discapacidad, principales beneficiarios, pueden retirar inmediatamente un monto equivalente a 750 dólares, ya que las autoridades consideran que este grupo de población no se beneficiará plenamente de las futuras ganancias petroleras. “El programa se extenderá gradualmente a las 127.169 personas mayores de 60 años” que viven en el país, y los bancos adelantarán los fondos, adquiriendo los RVI, explicó Moti.
El resto de los surinameses de entre 18 y 59 años, y los mineros, solo podrán cambiar sus cupones a partir del 2028, cuando el Estado comience a cobrar las primeras regalías petroleras. Esas personas tienen dos opciones: retirar el dinero o ahorrar hasta un máximo de 1275 dólares, con un interés del 7% anual.
Quienes ahorren durante 10 años recibirán una bonificación de 150 dólares. “Esperemos que intenten ahorrar y no cobrar inmediatamente”, dice deseosa Moti, quien preferiría orientar de otro modo las ganancias iniciales.
Agencias AFP y Reuters