En su ocaso, Cristina Kirchner aún encandila

admin

El anuncio de la candidatura de Cristina Kirchner aceleró la discusión sobre los armados electorales en todas las fuerzas políticas, y nacionalizó los comicios bonaerenses. Como si se tratara de un hecho inexorable. El diseño de estrategias sobre la mesa de arena están a la orden día, pero tienen un grave problema: se trata de arenas movedizas.

Si bien el peronismo bonaerense fue el primer impactado, en el resto de los espacios, incluido el oficialismo, también precipitó debates, tanto para el cierre de listas provincial (el 19 de julio) como para el de la elección nacional (el 17 de agosto). Dos fechas que obligan a una definición indisociable.

La primera consecuencia es una tregua en la guerra del perokirchnerismo hacia un probable armisticio. Una expresión de deseos que precipita rumores, como el de la supuesta reunión del mediodía de este jueves entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof, que las partes negaron. El encuentro finalmente se concretó al caer la noche.

“Para Cristina el objetivo es no seguir dilatando y lograr la unidad. Por eso nadie más salió a hablar”, dijo uno de los más cercanos colaboradores de la expresidenta. “Están los secretarios coordinado agendas”, afirmaban en La Plata.

Tantos prolegómenos hablan del deterioro del vínculo entre quienes en otra época solo había una relación de liderazgo y subordinación, así como de las urgencias y la necesidad de no pisar en falso. Los urge el acuerdo para afrontar la más desafiante de las disputas político-electorales. La probabilidad de una derrota final es demasiado alta.

Pero no solo lo político electoral motoriza un afán de unidad, que incluye también al massismo. Los funestos pronósticos judiciales que se ciernen sobre la expresidenta son el mayor motorizador del anuncio y las últimas decisiones de Cristina Kirchner. También, de la admisión de verse obligados a cerrar filas que pesa sobre Kicillof y los que han desafiado el liderazgo de “la jefa”.

La perspectiva de que la expresidenta deje de ser una opción electoral para ser solo una referencia del pasado es demasiado relevante para cualquier planificación. Pero la mayoría de la política aún solo incluye parcialmente en sus análisis la variable de un fuera de juego definitivo. La larga sobrevida política de Cristina Kirchner los obliga a la cautela, aun cuando todo indicaría que su suerte está echada.

Las versiones que se atribuyen a la Corte Suprema y la certeza que emana de jueces federales dan por hecho que la condena quedará firme antes de la fecha límite para la inscripción de las candidaturas, lo que la dejaría desprovista de la inmunidad de arresto y de derechos políticos, como elegir, ser elegida y ejercer cargos públicos.

“La Corte va a hacer lo que corresponde en el tiempo que corresponda y evitará que se produzca una mayor complicación para la vida pública”, afirma una alta fuente de los Tribunales. Eso implica que pretende dar certeza al proceso electoral y evitar que una condena a posteriori tenga un mayor costo social.

La instalación por parte de Cristina Kirchner y los suyos de la idea de una proscripción parece preocupar menos a los jueces supremos que la acusación que pudiera pesarles de haber abierto un atajo hacia la impunidad. En casos de tal repercusión en la balanza de la Justicia se pesan muchas cosas. No solo las pruebas acumuladas o la legalidad del proceso, que son fundamentales. La oportunidad también es una variable insoslayable. Y hoy, en este caso, aún más determinante.

El poder de la palabra proscripción asoma devaluado, no solo por abuso que han hecho la propia expresidente y sus fieles, sino por la escasa reverberación que tiene fuera del perokirchnerismo. A pesar de los cuestionamientos que hay sobre el Poder Judicial. Otros están peor.

En los estudios cualitativos de opinión pública el nombre de Cristina se conjuga hoy más en pasado que en futuro, aún cuando en las encuestas cuantitativas aparezca como la principal figura de la oposición. A ningún experto escapa que esa preeminencia responde más a la ausencia, incapacidad o defección de otros actores políticos que a las adhesiones que ella conserve. Sus ratios de imagen negativa (rondan el 70%) muestran su acotado potencial político-electoral, así como el vacío de liderazgos opositores.

Al margen de la eventual confirmación de la condena judicial, la sociedad mayoritariamente tiene sobre Cristina Kirchner un contundente veredicto ético en su contra. Los muchos casos de corrupción ocurridos durante sus gobiernos, probados en sede judicial, han dado verosimilitud a por las acusaciones. Tanto como los demostrados beneficios económicos obtenidos por la familia Kirchner merced a los negocios con el Estado durante el apogeo kirchnerista hechos por un exempleado bancario devenido en empresario (Lázaro Báez) y un mediano empresario convertido en magnate (Cristóbal Lopez).

Al margen de otros hechos más difíciles de probar y comprobar, los inexplicables alquileres de inmuebles y el pago por servicios no utilizados a la familia presidencial por sumas millonarias de parte de Báez y López, a los que les sobran las propiedades sin usar, terminaron de sustentar la condena ética y la sospecha criminal.

Los arrestos autoritarios y, muy especialmente, el regreso de la inflación y el estancamiento económico en su último mandato cristalizaron el rechazo de más de la mitad de los argentinos.

También eso pesa hoy. Y no sería ajeno al ánimo de los máximos magistrados el intento de juicio político contra ellos que impulsó el último gobierno kirchnerista. Una herida profunda que sigue abierta, dicen quienes frecuentan a Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti. Un sentimiento compartido, a pesar de las irreconciliables diferencias que hay entre este último y los otros dos jueces.

La alta probabilidad de que Cristina Kirchner quede fuera de carrera antes de inscribir su candidatura no impide que sus adversarios discutan candidatos y estrategias para enfrentarla en las urnas.

En el universo libertario, las diferencias que existen entre el espacio que responde a Karina Milei y el de Santiago Caputo volvieron a salir a luz en torno a quién sería el mejor postulante para enfrentar a la expresidenta. Territoriales karinistas versus influencers caputistas es ya un clásico, que adquirió más actualidad desde el lunes pasado.

Esa discusión, al mismo tiempo, activó diálogos y encendió alarmas en los macristas rendidos al mileísmo. También en el círculo de la neolibertaria Patricia Bullrich.

Por un lado, reforzó la convicción del oficialismo de que si la derrota macrista en las elecciones porteñas los privó de cualquier derecho, la candidatura cristinista les da el argumento para compartir lo menos posible su capital. La polarización con el kirchnerismo y la indigencia del resto de las fuerzas políticas es el sueño dorado del mileísmo.

“Es la oportunidad de que Cristina reciba la condena más inapelable: una definitiva derrota electoral. Más que nunca es ‘contra Cristina o con Cristina’. Solo nosotros podemos vencerla y los que no se sumen serán condenados por la mayoría que no quiere más kirchnerismo”, dicen en la Casa Rosada.

La ausencia de avance concreto en los diálogos que el oficialismo ha mantenido con los enviados macristas refuerza los temores del lado amarillo. Para peor, son muchos los macristas críticos que tienen dudas sobre los colores de la camiseta que defienden los enviados de Macri, Cristian Ritondo y Diego Santilli.

En realidad, las dudas solo pesan sobre el jefe del bloque de Diputados de Pro, que en la sesión de esta semana en la Cámara baja se inmoló ante los jubilados, médicos del Garrahan y personas con discapacidades en defensa del Gobierno. Las pruebas de fidelidad son más valoradas cuanto más alto es el costo social a pagar. El Gobierno libertario no comparte las ganancias y busca socializar las pérdidas.

Respecto de Santilli solo hay certezas sobre su reconversión libertaria, aunque en las últimas horas sopesa con inquietud las versiones que lo relegan en la boleta libertaria. Todavía está ingiriendo antiácidos después de ver la foto de Karina Milei con José Luis Espert, a quien el Presidente quiere al frente de la lista nacional bonaerense.

Karina Milei y José Luis Espert, este martes por la tarde en Casa Rosada

Debajo de la primera línea, la preocupación avanza entre los intendentes macristas que temen que las conversaciones desiguales les sean perjudiciales y les intrusen las listas a concejales con libertarios que podrían volverse opositores.

Son varios los jefes comunales con territorios blindados, por imagen y gestión, que evalúan volverse vecinalistas. La nacionalización de la elección bonaerense puede tener efectos impensados.

La incertidumbre también gana terreno en el radicalismo bonaerense. Las autoridades partidarias, los legisladores provinciales y la veintena de intendentes empiezan a revisar los planes. Advierten que será una misión casi imposible preservar las once bancas que renuevan en la Legislatura. Y se encuentran ante una encrucijada.

“La rendición de Macri nos complicó todo. Habíamos hablado de negociar en conjunto. Así mostrábamos la capacidad de daño que podríamos tener si no arreglábamos e íbamos por afuera. Pero Mauricio se entregó y ahora es todo más difícil. Ir solos es casi suicida, pero ir a los pies del mileísmo no nos asegura nada”, admite un alto dirigente del comité provincial de la UCR. Cristina los complica aún más. Quedar como funcionales a ella o a Kicillof podría ser igual de letal.

Tanto los radicales como los macristas críticos ven más complicada la toma decisiones por la falta de claridad de las señales que reciben del escenario económico-social. La recuperación en las encuestas de la imagen de Milei y de su gobierno, vinculada con la nueva caída de la inflación y la salida no traumática del cepo al dólar, contrastan con otras percepciones más difusas.

En ese plano advierten señales de fatiga o malestar en algunos sectores sociales, relacionados con la heterogeneidad en la evolución del consumo, la incertidumbre sobre el empleo y la intolerancia a la crítica del Presidente y los suyos.

Nadie sabe cómo evolucionarán esos factores de aquí a septiembre u octubre. Todos temen tomar decisiones mirando una foto que pueda quedar vieja. La reciente conjunción de reclamos de sectores que tocan la sensibilidad social o la distancia que están tomando varios gobernadores que hasta ahora habían prestado al Gobierno los votos de sus legisladores son mirados con atención por aliados y opositores.

También toman nota de la preocupación y el rechazo que despierta aquí y en el exterior el recrudecimientos de los ataques a los periodistas y a todo contradictor.

Entrega de la Pluma de Honor de la Academia de Periodismo a Jorge Fernández Díaz y Leila Guerriero, en la Biblioteca Nacional.

Ayer dieron una magistral demostración de la necesidad de poner freno a esa deriva intolerante Joaquín Morales Solá, en su condición de presidente de la Academia de Periodismo, y Jorge Fernández Díaz, como se informa por separado. Fue ante un auditorio de la Biblioteca Nacional desbordado.

El tiempo juega un rol clave. Hay demasiadas variables que podrían despejarse cuando ya sea tarde.

Ahí, el oficialismo libertario parece contar con algunas ventajas posicionales. Por méritos propios y defectos ajenos. Pero tampoco tiene ningún territorio asegurado.

Deja un comentario

Next Post

Green card: revelan cuál es el cambio en las entrevistas en la era Trump

La entrevista para la green card es un paso indispensable en la solicitud de la residencia permanente para migrantes ante el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (Uscis, por sus siglas en inglés). Pero expertos advirtieron que, en medio del endurecimiento de las políticas en ese sentido de […]
Green card: revelan cuál es el cambio en las entrevistas en la era Trump

NOTICIAS RELACIONADAS

error: Content is protected !!