Con una inversión que sobrepasa los 16.000 millones de pesos, el departamento del Tolima ha puesto en marcha un ambicioso proyecto ambiental denominado Sin Retamo, Agua, Vida y Futuro, con el que pretenden acabar con una especie invasora que abunda en los ecosistemas regionales.
Esta iniciativa, que busca erradicar de manera manual el retamo espinoso, una planta invasora originaria de Europa, tiene como objetivo principal proteger los ecosistemas de páramo del Parque Nacional Natural de los Nevados.
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Según informó la Gobernación del Tolima, el proyecto se desarrollará en los municipios de Murillo y Villahermosa, y tendrá una duración estimada de 18 meses.
El lanzamiento oficial del proyecto se llevó a cabo en el municipio de Murillo, donde la gobernadora Adriana Magali Matiz presentó los detalles del convenio en compañía de representantes de Cortolima, la Universidad del Tolima y líderes de las comunidades locales.
Durante el evento, Matiz destacó que el impacto positivo de esta iniciativa no solo beneficiará a Murillo, sino al país en general, debido a la importancia ambiental de los páramos. El retamo espinoso, explicó, es una especie altamente invasiva que desplaza la vegetación nativa, empobrece los suelos y aumenta el riesgo de incendios forestales debido a la acumulación de material seco.
Por su parte, la directora de Cortolima, Olga Lucía Alfonso, detalló que el proyecto se centrará en la zona de amortiguación del complejo de páramos del Parque Nacional. Las acciones incluyen el monitoreo y mapeo de áreas invadidas, la erradicación manual y mecánica de la planta sin el uso de herbicidas, campañas de sensibilización comunitaria y la restauración ecológica mediante la reintroducción de especies nativas.
La alcaldesa de Murillo, María Camila Sánchez Velásquez, resaltó la trascendencia del proyecto para la conservación del ecosistema del páramo, enfatizando que preservar el Parque Nacional de los Nevados es vital para garantizar la vida, el agua y la biodiversidad, incluyendo especies emblemáticas como los frailejones.
Sánchez también destacó que esta es la inversión más grande que ha recibido el municipio en su historia, gracias a recursos provenientes de regalías gestionados a través de una convocatoria del Ministerio de Medio Ambiente.
“Históricamente es la inversión más grande que llega desde el ministerio a esos municipios. Son $16.000 millones que van a estar en diferentes componentes, no solo vamos a tener el tema de erradicación, de entrega de silos, filtros verdes, sino también espacios educativos con diplomados”, comentó la mandataria local en diálogo con Ecos del Combeima.
Por su parte, el alcalde de Villahermosa, Iván Pulido, explicó al medio local que el proyecto no solo busca erradicar el retamo espinoso, también pretende fortalecer el sector agropecuario de la región.
Entre las acciones previstas se encuentran la entrega de silos de café y filtros verdes, que mejorarán la producción agrícola y la conservación del agua. Pulido señaló que la propagación del retamo espinoso ha afectado gravemente las tierras de páramo, dejándolas improductivas y perjudicando a los pequeños productores locales.
Además, destacó que la planta, con sus vistosas flores amarillas, ha atraído a turistas que, sin conocer el impacto ambiental, contribuyen a su dispersión al manipularla en zonas como el corredor vial Murillo-Manizales.
El proyecto también contempla un componente educativo, que incluye diplomados y espacios de formación para las comunidades locales. Según Sánchez, estas actividades buscan concienciar a la población sobre los riesgos asociados al retamo espinoso y promover prácticas sostenibles en la región.
En el caso de Murillo, se implementará un componente silvopastoril para apoyar la producción ganadera, que es una de las principales actividades económicas del municipio.
El retamo espinoso, introducido de manera irregular en varias regiones de Colombia, ha sido identificado como una amenaza para los ecosistemas de páramo debido a su capacidad para secar fuentes hídricas y desplazar especies nativas.
Según Pulido, la planta ha invadido extensas áreas del páramo en Murillo y Villahermosa, afectando tanto al medio ambiente como a las comunidades rurales que dependen de estos ecosistemas para su sustento.