“El objetivo fue diseñar para Nicolás y Camila una casa que sintieran auténticamente propia, que además de hogar familiar fuera lugar de encuentro, de reflexión y de espiritualidad”, nos contó Javier Zabalaga, arquitecto y director de Zim Arquitectura junto a Matías Méndez y Agustín Insúa. Para lograr ese clima privado y sereno, los arquitectos pensaron una fachada que dialogara con el entorno sin exponerse demasiado, sobre todo considerando que las casas vecinas están relativamente cerca.
La fachada se mueve y ‘respira’ al ritmo de la casa y su entorno. Eso optimiza el uso de energía pasiva, la protege del sobrecalentamiento y permite una ventilación natural más eficiente.
Arq. Javier Zabalaga. ZIM Arquitectura
Al Oeste, ventanas móviles y filtros como parasoles, postigos y varillas verticales para mantener el confort térmico sin perder luz natural. La cara que da al Este permite más apertura.
Espacios de encuentro
Nicolás es abogado y Camila, psicopedagoga. La música, la reflexión y la vida en comunidad forman parte de su cotidianeidad.
Para los dueños de casa, el espacio más importante de la casa es el living-comedor.
La cocina tiene relación directa con el resto de los ambientes de la planta baja de la casa, lo que genera una conexión muy fluida en el día a día.
Directa o tamizada, mucha luz
Durante su diseño, el equipo de Javier Zabalaga buscó incorporar elementos importantes para la familia, concretos o abstractos: la luz natural, el encuentro y el movimiento, que se reflejan en los juegos de curvas y contracurvas, amplios espacios conectados entre sí y con la naturaleza, y otros más privados, de refugio.
“La luz natural fue un eje de diseño desde el primer día por una cuestión funcional y como fuente de ánimo, de vida. Por eso, diseñamos un patio interior que la deja penetrar en el corazón de la casa y generar profundidad y movimiento“.
Arriba, el playroom
El último nivel está ocupado por volumen que contiene un playroom y un escritorio. “Está abierto al cielo y a su entorno, lo que lo convierte en un lugar privilegiado para disfrutar del aire libre y las vistas”.
El playroom puede ser tanto un lugar íntimo para leer, estudiar o trabajar como un espacio social para encontrarse con amigos al atardecer y compartir música o una película”.