La crisis en curso del “episodio Espert” irrumpió en un momento de fuerte retraimiento para el Gobierno de Javier Milei. Los trabajos de las consultoras políticas que precedieron al nuevo escándalo ya mostraban al oficialismo con dificultades para estabilizar su imagen rumbo a las elecciones legislativas del 26 de octubre.
Indicadores a la baja, problemas para dominar la agenda pública y un deterioro en la “eficacia discursiva” son algunos de los elementos que surgen en los informes presentados al cierre de septiembre.
En sus análisis, los especialistas consultados por LA NACION suman “errores políticos” que agravan el cuadro. El principal: el mal manejo de la relación con los gobernadores que ahora, con el alzamiento de Provincias Unidas, representan un reto electoral que desafía con horadar el desempeño de La Libertad Avanza en las urnas.
Las mediciones de las consultoras marcan con números una serie de hitos adversos para el Gobierno. El último trabajo de Management & Fit, la firma que lidera Mariel Fornoni, ofrece distintas señales que dan muestra del delicado momento que atraviesa el Gobierno en la antesala electoral. La caída en la valoración de la gestión de casi cuatro puntos respecto a agosto llevó a que el nivel de desaprobación supere los 53 puntos y se convierta en el más alto desde que asumió Milei.
El trabajo, realizado sobre más de 4600 casos a nivel nacional, también advierte que la «corrupción» se instaló entre los consultados como la principal preocupación; en todas las edades, géneros y regiones del país. Además, ana amplia mayoría (60%) considera que Milei tiene “mucha” o “algo” de responsabilidad en los “posibles hechos de corrupción” en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), el escándalo que precedió al de Espert.
El trabajo de la consultora Zuban Córdoba del pasado mes sitúa a la desaprobación del Gobierno en torno al 61% y señala que un 8% de las 1900 personas consultadas reconoció que dejaría de apoyar con su voto al oficialismo tras el caso.
En ambos sondeos, Karina Milei, que quedó estrechamente ligada al caso que se investiga en la Justicia, es la figura con peor imagen.
Los problemas del Gobierno también quedaron reflejados en el informe de septiembre de la consultora Delfos. “Por primera vez, la opinión sobre el gobierno de Javier Milei toca el 60% de imagen negativa” y “por primera vez, Milei tiene un saldo negativo mayor que Cristina Kirchner”, se señala.
El trabajo detecta una caída en las expectativas a futuro de casi 10 puntos entre julio y septiembre y un freno en las perspectivas de mejora en términos de inflación, el principal activo del Gobierno. Y detecta un fenómeno problemático en medio de una campaña electoral: la “pérdida de eficiencia en el discurso”.
“Todo lo que dice o hace se le vuelve en contra: el apoyo de Estados Unidos, la baja de las retenciones por 72 horas, el dato de inflación”, se enumera.
A ese listado, el director de la consultora, Luis Dall’Aglio, suma que el “episodio Espert” pasó en unas pocas horas de ser un “chimento de peluquería” −como dijo el Presidente al referirse al tema− a una prueba en la Justicia de Estados Unidos.
Además, la idea del Gobierno como un deus ex machina que viene a ordenar los problemas generados por la casta pierde brillo camino a la mitad del mandato: el electorado comienza a evaluar “realidades”, no “discursos”, dice el informe, y a exigir cambios tangibles en la “micro”. “El contexto social de ajuste se hizo insostenible”, explica Dall’Aglio. “Milei pidió un sacrificio, la gente se lo concedió y ahora le pasa factura. Hay una ruptura profunda en ese sentido”, explica.
La combinación de estos factores quebró la paridad que hasta ahora reinaba entre LLA y Fuerza Patria en favor de este último, que pasó a la cabeza, pero por apenas dos puntos. En ese contexto ajustado, la aparición de Provincias Unidas y las terceras fuerzas en general cobran especial gravitación. Los especialistas coinciden en describir un escenario de tercios imperfectos, pero gobernado por la polarización.
“Milei ganó en 2023 reuniendo todo el voto refractario al peronismo. Tenía que consolidar esos apoyos detrás de su liderazgo. Y en esto fracasó”, advierte el director de Synopsis, Lucas Romero. Eso, sumado a que sin primarias el menú tiene a ensancharse, perjudica al Gobierno, asegura. Destaca también que las crisis que se sucedieron en los últimos meses, como las muertes por el fentanilo contaminado, el caso Andis y la seguidilla de derrotas parlamentarias son factores que ahuyentan al electorado con dudas.
“Lo de Espert puede terminar de empujar hacia otras opciones a un electorado potencialmente disponible para el Gobierno. Acá no hay dos opciones, hay muchas. El intento de imponer un balotaje en la provincia de Buenos Aires no le funcionó al Gobierno [por las últimas elecciones bonaerenses] y difícilmente le funcione ahora”, agrega.
El consuelo de los desencantados
La opinión de los especialistas confluye en sostener que Provincias Unidas, la apuesta electoral de los gobernadores para terciar en la discusión, creció al calor de los errores políticos del oficialismo y podría convertirse en la gran beneficiaria de los pesares del Gobierno. Por ahora, según las mediciones, tendrá un papel de reparto, terciando en lejanía y con una performance que puede ir de los 7 a los 12 puntos.
“Los provincialismos, en general, son los grandes ganadores. Creo que Provincias Unidas va a ser una gran elección, pero no sé si va a superar los dos dígitos”, dice Gustavo Zuban. “Un espacio que aspira a ser tercera fuerza −continúa− para tener potencialidad y contar con chances de pelear tiene que tener una presencia bonaerense importante, equivalente a lo que se aspira a tener a nivel nacional. Y [Provincias Unidas] no cuenta con una base territorial sólida”.
Por su peso específico, la provincia de Buenos Aires se impone siempre como un eje central en materia electoral. La categórica victoria que obtuvo allí Fuerza Patria hace un mes, de la que Axel Kicillof fue el principal beneficiario, proyecta distintas lecturas sobre la contienda nacional del 26.
Para Cristian Buttie, el único de los consultados que tiene al Gobierno creciendo en sus mediciones, se da una paradoja: la derrota bonaerense que sufrió el Gobierno nacional, dice, es un activo para los próximos comicios, puesto que agita el fantasma de un retorno al pasado y moviliza al electorado con vacilaciones; aquel que aprueba solo algunos aspectos de la gestión o comparte algún valor macro con el Gobierno, pero que, por encima de todo, rechaza de pleno un regreso del kirchnerismo.
“La Libertad Avanza está logrando movilizar al votante apático que con los 13 puntos que sacó el kirchnerismo en las últimas elecciones se asusta”, señala. No desconoce que el caso Espert le impone el deber adicional al Gobierno de tener que ofrecer explicaciones plausibles sobre el nexo del candidato más relevante del oficialismo con Federico “Fred” Machado, acusado por narcotráfico y lavado de dinero en los Estados Unidos.
“Obviamente que lo de Espert está limitando el techo. Con él como candidato, el triunfo en provincia de Buenos Aires del peronismo es una garantía, porque se va a seguir hablando de este tema”, matiza.
Romero, en cambio, modera los efectos de la polarización. Considera que con Cristina Kirchner cumpliendo una pena a 6 años en San José 1111, la amenaza de un retorno del kirchnerismo, que podría empujar a cierto sector del electorado a las urnas, pierde peso.
Entre los consultados hay consenso en que tendrá un rol relevante la historia que cada espacio tenga para contar de los resultados, susceptibles de varias lecturas, como las bancas obtenidas en el Congreso, el conteo final de votos, la cantidad de victorias por provincias o el modo en que se contabilicen los triunfos de las expresiones peronistas que no van con el sello de Fuerza Patria.