
Aunque todavía no existen estudios que determinen con exactitud cuántas palabras puede reconocer un gato doméstico, algunas investigaciones como las que se han publicado en Scientific Reports y Animal Cognition demuestran que estos animales son capaces de entender ciertos sonidos humanos, especialmente suelen reconocer su propio nombre.
Según estos estudios, los gatos pueden distinguir la voz humana y pueden identificar si alguien se está dirigiéndose específicamente a ellos o no.
Sin embargo, a diferencia de los perros, no siempre responden, y no porque no nos entiendan, sino porque simplemente no les apetece hacerlo.
Asocian sonidos, más que entender palabras

Los gatos no entienden el lenguaje como los humanos, pero sí pueden aprender a asociar sonidos con acciones concretas. Por ejemplo, muchos felinos reconocen el sonido de su nombre, el de la comida o incluso el ruido de una puerta o una lata abriéndose.
Algunos estudios recientes han demostrado que los gatos pueden responder a su nombre incluso cuando lo pronuncia un desconocido, lo que indica que no reaccionan solo al tono de voz de su dueño, sino al sonido concreto. Esto demuestra que tienen una sorprendente capacidad auditiva y de asociación.
El tono importa: cómo hablar con tu gato
Los gatos son muy sensibles a los sonidos agudos y al volumen alto. Los gatos pueden interpretar un tono elevado como una señal de peligro o enfado, por lo que los expertos recomiendan hablarles siempre con una voz suave y calmada.
La etóloga Sonia Campa, consultora en relaciones humano-gato, ha explicado que los felinos “son capaces de interpretar nuestras intenciones y órdenes hacia ellos analizando detalles de nuestra postura, tono de voz y distancia corporal”. Todo ello, más allá del lenguaje, transmite significados que ellos pueden entender.
Consejos para comunicarte mejor con tu gato
Para establecer una relación más cercana con tu felino, los especialistas recomiendan algunos gestos básicos como por ejemplo arrodillarte o agacharte para demostrar que no eres una amenaza, ofrecerle la mano sin tocarlo, dejando que él decida si quiere olerte o no, evitar el contacto visual directo, ya que puede interpretarse como un desafío, usar un tono bajo y tranquilo, sin gritar ni gesticular bruscamente y no forzar el contacto físico, es decir, si tu gato se aleja, respetar su espacio. Estas pautas permiten que el animal pueda tener el control de la interacción.
Entender su lenguaje es entender su libertad
En definitiva, los gatos sí pueden reconocer palabras y tonos humanos, pero su respuesta depende de como sea su carácter y de cómo nos comuniquemos con ellos.
Los gatos no buscan obedecer, sino relacionarse desde su independencia. Hablarles con respeto, calma y empatía mejora el vínculo y crea una convivencia más armónica con ellos. Porque al final, entender a un gato no es conseguir que nos obedezca, sino aprender a escuchar su forma tan única que tienen de comunicarse.
Además, los expertos coinciden en que el vínculo emocional con el dueño influye directamente en la forma en que el gato reacciona a las palabras y al tono de voz.
Los gatos que viven en un entorno tranquilo, con rutinas claras, tienden a mostrar una mayor respuesta a los estímulos verbales. Por tanto, más allá de enseñarles, lo importante es ganarse su confianza: un gato que se siente seguro escucha, observa y, cuando quiere, también responde.
