En ciudades donde las altas temperaturas son comunes, el aire acondicionado es uno de los electrodomésticos más utilizados en los hogares, pero errores habituales durante su uso pueden multiplicar el consumo de energía, incrementar la factura y acortar la vida útil del aparato.
La Organización de Consumidores y Usuarios de España (OCU) señala que parte de estos fallos se relaciona con una mala regulación de la temperatura, el olvido del mantenimiento básico y el desconocimiento de alternativas menos costosas.
Este conjunto de malas prácticas se repite cada temporada y tiene efectos tanto en el confort como en el presupuesto familiar. A través de un informe reciente, el organismo resume varias acciones que nunca sugeriría para quienes buscan enfriar el hogar sin desperdiciar recursos ni poner en riesgo el dispositivo.
Por qué regular el aire acondicionado por debajo de los 20°C es un error común
Ajustar el aire acondicionado a temperaturas excesivamente bajas es uno de los errores más frecuentes, según la OCU. Colocar el dispositivo a menos de 20°C no acelera el proceso de enfriamiento en la habitación.
El electrodoméstico necesitará el mismo tiempo para alcanzar una temperatura confortable, como 24°C, pero seguirá operando con mayor esfuerzo para lograr bajar varios grados más, lo que se traduce en un consumo eléctrico muy superior.
Cada grado adicional por debajo de lo estándar implica un aumento del 7% en el consumo de energía, advierte la entidad. Además del impacto en el presupuesto familiar, la temperatura excesivamente baja puede dejar el ambiente muy frío y obligar a usar prendas adicionales.
Según la OCU, lo óptimo es establecer una diferencia moderada respecto a la temperatura exterior, de unos 8°C, para lograr equilibrio entre confort y eficiencia.
Qué pasa si no se limpian los filtros del aire acondicionado con regularidad
El mantenimiento básico del aire acondicionado suele quedar relegado hasta que surgen fallos. La OCU insiste en que la limpieza periódica de los filtros resulta esencial.
Dejar de hacerlo, aunque el aparato siga funcionando, permite la acumulación de polvo que obstaculizan el paso de aire y restan eficiencia al sistema. Un filtro obstruido incrementa el consumo eléctrico entre un 5% y un 15%, según informó la OCU en su análisis.
Revisión y limpieza al menos una vez al año, de preferencia antes del inicio del verano, ayudan a mantener estable el gasto energético y reducen el riesgo de averías costosas. Implementar esta rutina anual funciona como prevención, al igual que con la revisión de calderas para la temporada de frío.
Cómo los ventiladores pueden ayudar a ahorrar energía y dinero
Optar únicamente por el aire acondicionado en días calurosos sin recurrir a ventiladores representa otra oportunidad perdida de ahorrar energía. La OCU remarca que los ventiladores, aunque no enfrían el aire, promueven la evaporación del sudor y contribuyen a una sensación térmica más agradable.
El costo operativo de un ventilador a baja velocidad es menor que el de un sistema de aire acondicionado. Según estimaciones de la organización, mantener un ventilador encendido diez horas al día durante todo el verano ronda los 15 euros en gasto energético, mientras que el aire acondicionado puede alcanzar los 300 euros.
Además, los ventiladores de techo pueden complementar el uso del aire acondicionado favoreciendo la circulación del aire frío desde los aparatos instalados en alto hacia el área habitable, lo que permite fijar una temperatura menos exigente y controlar el consumo.
Por qué es un error dejar escapar el aire frío del hogar
Muchos usuarios olvidan que el sellado de puertas y ventanas es tan relevante como la temperatura configurada del aparato. Dejar fisuras por las que se escape el aire frío obliga al aire acondicionado a trabajar más tiempo y con mayor potencia, aumentando el gasto.
La OCU sugiere colocar burletes o, como medida temporal, utilizar toallas para impedir el paso del aire exterior. Asimismo, subraya que un buen aislamiento general de la vivienda no solo se traduce en ahorro en verano, sino en invierno.
Estas mejoras pueden contar con ayudas y subvenciones específicas. El sellado adecuado permite conservar el frescor interior y evitar pérdidas innecesarias, una estrategia sencilla con efectos inmediatos en el consumo.