Frente al complejo Bay Colony de Fort Lauderdale, uno de los más exclusivos de Florida, una panadería argentina llamada La Mantequería recibió en agosto el toque del Rey Midas. Cuando los empleados y su dueño vieron que Lionel Messi y Antonela Roccuzzo cruzaban el umbral de la puerta principal del local simularon que nada distinto ocurría, por una cuestión de respeto, pero por dentro ya lo sabían todo: lo que el argentino bendice —se sabe— lo convierte en oro.
Messi entró al local para comprar medialunas: la reacción del dueño y los empleados
En la dirección 2904 de E Commercial Blvd, a menos de cinco minutos de donde vive el campeón del mundo, Agustín Alberti —un ingeniero industrial argentino de 40 años, ahora reinventado como uno de los dueños del local gastronómico en EE.UU.— mantuvo la calma. Los empleados atendieron a Messi como a uno más, fieles al mantra que se repite en la tienda de que todos los clientes son importantes.
“Por la cercanía del local con la casa de Messi y con el centro de entrenamiento del Inter Miami sabíamos que en algún momento se iba a dar. De alguna manera los estábamos esperando, era cuestión de saber cuándo. Finalmente, se dio y estamos eternamente agradecidos de que tanto Leo como su familia sean nuestros clientes”, cuenta Agustín.
En una entrevista con LA NACION, Agustín Alberti mide cada una de sus palabras con precisión quirúrgica. No quiere hacer lo que tantos: subirse a la fama de Messi, molestarlo, entrar en el terreno íntimo. Prefiere contar una experiencia con tintes paranormales, como ver a Messi y su familia elegir las medialunas y facturas que ellos mismos fabrican, y solo eso. “Igual, soy sincero, no fue normal. Fue un día que nunca nos vamos a olvidar”, admite, como para reforzar lo obvio.
Qué compran Messi y su familia en la panadería argentina ubicada en Fort Lauderdale
El sábado 23 de agosto de 2025, Messi, Antonela y sus hijos (Thiago, Mateo y Ciro) entraron a La Mantequería para comprar algo antes del clásico que en Rosario estaban por jugar Central y Newell’s. Ella ya había ido en otras oportunidades, al igual que Jorge Messi, pero ese día fue el primero en el que él entró a la tienda. Un antes y un después.
“En general llevan medialunas, una docena y media, y cañoncitos con dulce de leche y Nutella. Ese sábado —recuerda Agustín— compraron unos vigilantes con dulce de membrillo y pastelera. Leo eligió algo, señalaba, miraba con atención“.
Tener a Messi no es simple. Es por eso que, aunque lo atendieron como a un cliente más, tuvieron la pulsión de pedirle una foto. Leo aceptó, Antonela también; ambos sonrieron todo el tiempo. El argentino campeón del mundo, estrella del Inter Miami, también firmó cajas de medialunas diseñadas con los colores de la Selección y el número 10 y agradeció unas tazas que le obsequiaron los encargados.
Una de las empleadas, que se sacó una foto con Antonela, todavía tiene marcado a fuego ese momento: “Hace unos días tuvimos el gran orgullo de recibir la visita de la familia Messi-Roccuzzo, lo cual fue increíble para nosotros. Es realmente gratificante ver que el esfuerzo que hacemos día a día da su resultado”.
Cuál es el secreto de las medialunas que le gustan a Messi
Agustín llegó a Estados Unidos hace seis años, cuando fue a estudiar a Boston. Hace tres se mudó a Miami por una oferta de trabajo y fue ahí donde se le ocurrió la idea de asociarse con los fundadores de La Mantequería, una cadena creada en 2015 en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, por Pedro Jáuregui Lorda, quien quería producir la “medialuna perfecta”. Así fue que la panadería latina puso un pie en Florida, ahora con dos locales: el primero está en Doral.
“El secreto de las medialunas de Messi es la materia prima. Usamos manteca de primera calidad, hacemos todo de manera muy artesanal. La persona que creó la compañía es obsesiva de la calidad, y eso se nota en el resultado final del producto», asegura. La materia prima viaja desde la Argentina hasta EE.UU.: “Importamos todo”.
Desde el principio, tanto Agustín como Pedro Jáuregui Lorda tuvieron claro que la idea era que ambas sucursales representaran una parte de Argentina en Florida. No querían perder la esencia del local y mucho menos la calidad.
“Comer una medialuna de nuestros locales de Estados Unidos es como comer una de Buenos Aires. Son idénticas. El objetivo era ese: que el resultado final fuera el mismo. Fueron muchos meses de trabajo para encontrar y poder replicar la misma versión, incluso con la materia prima que nos llegaba desde nuestro país”, dice.
Desde cómo es la familia Messi hasta qué empleados contratan en el local, según el dueño
- Como es la familia Messi en su día a día en Miami: “Son súper sencillos. Agradables. Antonela, que vino varias veces, dice que le gustan mucho nuestros productos. A tal nivel que hizo una campaña para DoorDash y la caja de medialunas que aparece es nuestra. Eso es un orgullo para nosotros”.
- Qué empleados contratan para el local: “Hay un mix, pero en general tenemos argentinos y latinos de otros países. Ellos saben bien qué buscamos”.
- Por qué decidieron abrir un segundo local: “Hace un año y medio abrimos en Doral, Miami. A esa sucursal ya habían ido jugadores del Inter Miami. Y ante la demanda, decidimos conservar el que ya teníamos, pero además apostar por un segundo local, esta vez en Fort Lauderdale”.
- Cómo es tener un local cerca de la casa de Messi y del predio del Inter Miami: “Al segundo día que abrimos vino Jorge Messi a visitarnos, no me olvido más, estuvimos hablando con él. Luego vinieron más familiares, incluso me dejaron el teléfono. Fue pasando el tiempo hasta que una tarde vino Antonela con los nenes a comprar. Poco después volvieron. La primera vez que vino fue un trato de cliente-vendedor, pero ya en la segunda una chica que trabaja con nosotros le pidió una foto. Y ese sábado 23 de agosto vino Messi”.