Adarsh Kumar, un estudiante de 18 años oriundo de Champaran, en el estado indio de Bihar, fue distinguido con el Premio Global Chegg.org 2025, un reconocimiento que celebra cada año a jóvenes con impacto positivo en la educación y la comunidad. El galardón, dotado con US$100.000, lo posicionó entre los estudiantes más influyentes del mundo y marcó un hito en su país, al convertirse en el primer ganador indio del certamen entre más de 10.000 postulaciones de 148 países.
Kumar fue criado en un entorno de extrema pobreza, en una región donde la electricidad era inestable y el acceso a Internet casi inexistente. Su madre, que trabajaba limpiando casas, fue quien sostuvo su educación pese a las dificultades económicas. Desde pequeño comprendió que el estudio podía ser su única herramienta para cambiar su destino. En su escuela pública no había bancos ni baños, y la ausencia de docentes era habitual, una situación que lo motivó a buscar soluciones para otros chicos en condiciones similares.
A los 14 años tomó una decisión que definió su futuro: con apenas 1.000 rupias —poco más de 10 euros— y una computadora usada, viajó más de mil kilómetros hasta Kota, una ciudad conocida por sus centros de preparación académica. Sin recursos para pagar una academia, se formó de manera autodidacta, aprovechando bibliotecas y conexiones gratuitas a wifi. En ese proceso desarrolló sus primeras ideas emprendedoras y presentó proyectos en ferias juveniles hasta lograr financiamiento inicial para su primera startup.
Antes de alcanzar el éxito, atravesó tres intentos fallidos de emprendimientos. Lejos de desanimarse, entendió que los tropiezos eran parte del aprendizaje. Esa experiencia lo condujo a crear Skillzo, una plataforma enfocada en conectar a jóvenes de bajos recursos con mentores, capacitaciones y oportunidades laborales. Desde su lanzamiento, el programa benefició a más de 20.000 estudiantes en distintas regiones de India, ofreciendo orientación académica, formación en liderazgo y herramientas de emprendimiento.
Su trabajo comunitario comenzó incluso antes de esa iniciativa. A través del proyecto Mission Badlao (Misión Cambio), Kumar y un grupo de voluntarios recorrieron más de 1.300 hogares rurales y lograron que el gobierno local abriera una escuela pública. Además, organizaron campañas de vacunación contra el Covid-19 que alcanzaron a unas 2.000 personas, distribuyeron productos de higiene femenina y coordinaron la plantación de 3.000 árboles en comunidades afectadas por la deforestación.
En paralelo, impulsó IgniteBharat, un programa de capacitación en emprendimiento que formó a 3.000 jóvenes rurales, y estableció vínculos con el Instituto Indio de Tecnología de Guwahati y el IIT Madras, mediante los cuales creó redes de mentoría que beneficiaron a más de 7.000 estudiantes. En colaboración con estas universidades también lideró Sparkle, un programa educativo que promueve la innovación entre adolescentes de zonas rurales.
Asesor juvenil de Google
Gracias a su desempeño académico, Kumar obtuvo una beca completa para estudiar el Bachillerato Internacional en la Jayshree Periwal International School de Jaipur, por un valor de 30 lakh rupias (unos 28.800 euros). Fue el primer alumno de su región en acceder a ese tipo de beca, y logró un puntaje sobresaliente en sus evaluaciones finales. Posteriormente, se convirtió en asesor juvenil de Google, siendo el más joven entre 53 líderes internacionales que participan en el diseño de políticas educativas y tecnológicas.
También ocupa el cargo de director de marketing del Bihar Chhatra Sansad, un organismo estudiantil que promueve la participación cívica de los jóvenes. Desde ese espacio coordinó campañas que involucraron a más de 1.500 estudiantes y contribuyó a recaudar unos 36.000 dólares destinados a proyectos sociales impulsados por alumnos.
Su trayectoria fue reconocida en competencias internacionales de innovación, como la Masters’ Union Startup Week, donde obtuvo el primer puesto, y en el programa LaunchX, en el que recibió el premio “Likely to Go to Mars” por el potencial de su iniciativa. Además, participó como jurado en certámenes globales de emprendimiento juvenil y colaboró en mentorías para equipos de distintos continentes.
Durante la ceremonia del Global Student Prize, celebrada esta última semana en Londres, Kumar dedicó el reconocimiento “a todos los jóvenes que se animan a soñar más allá de sus circunstancias”. “Este premio no es solo para mí —dijo—, sino para todos los que creen que la educación puede cambiar vidas”.
Con el dinero recibido, planea expandir su trabajo a través de SkillzoX, una versión mejorada de su plataforma con herramientas de inteligencia artificial capaces de operar en zonas con conectividad limitada. Además, impulsa la creación de la Ignite Fellowship, un programa global para apoyar a jóvenes innovadores, y una serie documental que recopile historias de estudiantes de contextos vulnerables que lograron generar impacto social.
El Global Student Prize, otorgado por Chegg.org en alianza con la Fundación Varkey, reconoce desde 2021 a estudiantes que demuestran liderazgo, creatividad y compromiso con sus comunidades. El jurado evalúa los logros académicos, la influencia positiva en otros jóvenes y la capacidad de superar adversidades. En ediciones anteriores, el premio fue recibido por alumnos de Sierra Leona, Ucrania, México y Sudán del Sur.
Este año, además del ganador indio, dos estudiantes argentinos estuvieron entre los nominados. Gastón Díaz, del Instituto Santa Faz de Lanús, fue uno de los diez finalistas por su trabajo en Cresify, una herramienta tecnológica que analiza patrones de consumo y fue reconocida por Microsoft for Startups. También es coautor de una ley de alfabetización financiera y tecnológica que se aplica en más de 70 ciudades argentinas. Por su parte, Daniela Victoria Barrios, de Corrientes, fue destacada por promover la participación escolar en olimpíadas científicas, fundar un club de ajedrez y gestionar pasantías universitarias para sus compañeros.
Ambos casos, junto con el de Adarsh Kumar, reflejan el objetivo central del premio: visibilizar a estudiantes que transforman su entorno a través del conocimiento. En palabras de Sunny Varkey, fundador de la organización: “Invertir en educación es invertir en futuro. Estos jóvenes muestran que el aprendizaje, combinado con empatía y acción, puede modificar realidades y construir esperanza”.