SALTO (De una enviada especial).– Después de llover sin parar durante 48 horas, en Salto salió el sol, el cielo se ve celeste y sin nubes. Sin embargo, las consecuencias de los 400 milímetros de agua caídos permanecen a la vista en muchas zonas de la ciudad y contrastan con el día radiante.
“Ya ni sé en qué día estamos. Es infernal esto”, dijo Alfredo Ibarra, de 65 años, quien dejó este sábado su casa del barrio El Molino, en esta ciudad bonaerense, porque tenía 30 centímetros de agua adentro y pasó la noche en lo de su suegra.
Su vecino, Miguel Aizcobe, de 57, también se autoevacuó, pero como quiere estar cerca de su vivienda por miedo a los robos, durmió en su auto. “Es retriste. Recién entré, bajó un poco el agua y es un barrial. Dentro de todo es poco lo que nos tocó, hay gente que perdió todo”, expresó, mientras esta mañana secaba su ropa en una de las puertas del vehículo.
Gabriela Barbera, de 56 años, es una de esas personas que aquí lo perdieron todo. “Levantamos lo que pudimos, pero fue inútil, perdí la mayoría de las cosas. Se vino el agua de una forma terrible y me fui de mi casa con lo puesto. Tengo bronca y dolor. Ayer lloré todo el día porque uno pierde lo que tanto le costó ganar”, detalló la mujer, con lágrimas que empapaban sus ojos.
Salto, situada a 160 kilómetros de la Capital, en el municipio homónimo, fue uno de los puntos más afectados en la provincia de Buenos Aires por las feroces tormentas que comenzaron el viernes y se extendieron por 48 horas, provocando inundaciones en distintos puntos del territorio.
Según fuentes de la gobernación bonaerense, falleció una persona y hubo más de 7000 evacuados y autoevacuados. También como consecuencia del temporal, las rutas colapsaron y quedaron camiones y micros varados en medio del camino.
Sobre la ruta 31, que une Salto con Carmen de Areco, por la tarde del sábado todavía se veían postes de luz caídos y enormes lagunas de agua a ambos lados del asfalto.
Osvaldo Lori, jefe de Bomberos local, ya había sostenido que, tras caer cerca de 400 milímetros de agua en 24 horas, la ciudad vivió “la peor catástrofe de su historia” con 383 personas evacuadas, más de 2000 autoevacuadas y 160 manzanas afectadas.
“El río superó la marca de la última inundación, que fue de 9,50 metros. Ahora está bajando, pero llegó a 10,40 metros. Es una angustia tremenda. Vemos mucha desesperación en la gente porque ves cómo el agua les arruina todo”, afirmó.
Hacía el oeste de la ciudad y a la vera del Río Salto, se encuentra el barrio Trocha, que fue, junto con El Molino y El Triángulo, uno de los más afectados por el temporal. Allí, este mediodía el río y las calles eran una misma cosa. Un grupo de vecinos, ante la ausencia de autoridades, se organizó para, a bordo de kayaks, llevar comida a las personas que no quieren abandonar sus hogares.
“Acá son los vecinos los que te ayudan, es la gente la que da una mano”, indicó Jonathan Ferrá, de 31 años, quien estaba descalzo, junto a sus dos hijos, mirando cómo quedó el barrio tras las inclementes lluvias.
“El viernes a las tres de la tarde ya tenía agua por la rodilla. Entraba una correntada fuertísima. Sacamos lo que pudimos y nos fuimos. Siento angustia, obvio, porque estás años para hacerte tu casita y en dos días perdés todo, pero también estoy contento porque pude sacar a mi familia y ya está. Eso es lo más importante”, consideró.
Marcela Díaz y Sebastián Barrientos son un matrimonio con tres hijos que vive hace 35 años en Trocha. Si bien aseguran haber pasado varias inundaciones, nunca vivieron algo como esto. “El agua tapó nuestra casa por completo. Eran tres o cuatro metros de agua. Nunca pasó algo así. Llegamos a sacar algunas cosas, pero apenas vimos que se venía tan fuerte nos fuimos”, explicaron desde el centro de evacuados situado en la iglesia San Pablo, adonde llegaron el viernes por la noche.
Desde la policía de Salto señalaron que hasta el momento no se reportaron personas fallecidas, desaparecidas ni heridas de gravedad en esta ciudad y que, además de la iglesia, están funcionando otros seis centros de evacuación en distintos puntos de la ciudad: la Escuela Técnica, la Escuela N°7, el club Sport Salto, el club Defensores de Salto, el CEF y el club Compañía.
Hacia las 16 de este domingo, en el Centro Permanente Hogar Agrícola, situado en el centro de Salto, había una cola de casi 100 metros de largo de familias que se acercaban a registrarse como autoevacuados para así poder recibir donaciones de ropa y alimentos.
“El agua brotaba por el suelo. Era todo miedo, angustia. Desesperante. Ahora al menos no llueve y el alma vuelve al cuerpo”, sumó Graciela García, de 71, vecina del barrio El Molino.
Mercedes, una mujer mayor que reside en ese mismo barrio, estaba desesperada porque tuvo que dejar su casa y algunos de sus perros quedaron allí. “Todo fue tan de repente. Me acosté con un chaparrón y me desperté sin luz, bajé los pies de la cama y estaba todo inundado. Quise abrir la puerta y el agua me pegó un empujón tremendo. Unos vecinos me socorrieron, estoy llena de angustia. Fue como un tsunami”, describió.
Ya no rigen alertas del Servicio Meteorológico Nacional para el territorio bonaerense. Para el norte y el noreste de Buenos Aires se anunció una mínima de 12°C y una máxima de 18°C, con cielo parcialmente nublado durante la mañana y mejorando hacia la tarde, sin probabilidad de precipitaciones.
Sin embargo, Lori advirtió que es “imposible” saber cuándo puede bajar por completo el agua y aclaró que, por el momento, la prioridad es recorrer y asistir a quienes lo necesiten.
Federico Díaz, bombero voluntario de Salto, empezó a trabajar el viernes a las 17.30 y, salvo por una pequeña pausa el sábado por la tarde, todavía no descansó. Entra y sale del agua evacuando gente y acercando comida a aquellos que permanecen en sus hogares. “Es difícil y angustiante la situación. Si me freno a pensar, me pongo a llorar. El agua se lleva el esfuerzo de toda la una vida de la gente, por eso sigo para adelante”, dijo.
El gobierno de la provincia de Buenos Aires dispuso un Comando de Incidencias con base en La Matanza, desde donde monitoreaban la situación y brindaban asistencia a los municipios afectados. El operativo fue comandado por el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso.
El gobernador Axel Kicillof habló el sábado al mediodía, confirmó que en las áreas más golpeadas cayó la misma cantidad de agua que en Bahía Blanca en marzo y dijo que había hablado con Patricia Bullrich para coordinar los trabajos. “La situación crítica se extenderá hasta la noche, tal vez más. Pedimos muchísima precaución en toda la provincia”, destacó, y agradeció el “trabajo conjunto” con la ministra de Seguridad nacional.
Bullrich y su par de Defensa, Luis Petri, viajaron a Zárate y Campana, respectivamente, tras las tormentas. En diálogo con LN+, el ministro sostuvo que el presidente Javier Milei seguía de cerca la situación.
Recomendaciones
Las recomendaciones del SMN ante situaciones de inundación son:
- Mantenerse alejado de zonas ribereñas y, de encontrarse en una, buscar un refugio lo más elevado posible.
- Desconectar y alejarse de los artefactos eléctricos.
- Evitar circular por calles inundadas o afectadas.
- Conocer los lugares de evacuación y sitios elevados.
- En caso de verse afectado por este fenómeno, comunicarse con los organismos de emergencias locales.
- Tener siempre lista una mochila de emergencias con linterna, radio, documentos y teléfono.
Cómo ayudar
- Conocé las iniciativas de Cáritas, Cruz Roja, Corazón Azul y varios clubes del AMBA en este link. Podés sumarte a sus campañas para donar colchones, abrigos, alimentos, agua y productos de limpieza.