Durante 36 años, Sergio García cocinó para familias, políticos y periodistas en Texas. Su talento lo llevó incluso a atender eventos vinculados con la Casa Blanca durante la presidencia de George W. Bush. A fines de marzo, la historia de este migrante quedó marcada a fuego: agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) lo arrestaron en Waco y, en menos de un día, lo deportaron a México. Quedó separado de su esposa, sus cuatro hijos estadounidenses y del negocio que había levantado desde cero.
De Veracruz a Texas: el “sueño americano” que duró 36 años
Sergio García nació en Veracruz, México. Llegó a Estados Unidos en 1989, con 29 años. En ese entonces, su meta era abrir una pequeña coctelería de ceviche y no imaginaba que el país norteamericano se convertiría en su hogar y el de su familia.
Comenzó a trabajar en restaurantes locales de Waco y, poco a poco, ganó experiencia y amistades. Allí conoció a su futura esposa, Sandra, con quien años más tarde abriría su propio negocio.
En 1995, la pareja de migrantes mexicanos inauguró El Siete Mares, un pequeño restaurante pegado a un taller mecánico donde servían mariscos y ceviche. El sabor de sus platos y el trato cercano con los clientes hicieron que el local se hiciera popular y se convirtiera en un punto de encuentro de la comunidad mexicana, consignó The Waco Bridge.
El chef mexicano que trabajó en eventos de la Casa Blanca
El reconocimiento llegó con esfuerzo. En 1999, los García trasladaron su restaurante a un local más grande y su nombre comenzó a sonar entre políticos y periodistas. Tras la elección de George W. Bush en el 2000, El Siete Mares se transformó en uno de los lugares preferidos de los corresponsales de prensa que cubrían la “Casa Blanca Occidental” desde Crawford, a pocos kilómetros de Waco.
El cocinero mexicano fue convocado para ofrecer desayunos buffet a los periodistas durante las conferencias del presidente Bush, una experiencia que marcó su carrera.
García abrió nuevos locales y un food truck en Austin Avenue. Hasta 2020, según el medio citado, su negocio generaba unos US$100 mil anuales, cifra que lo consolidó como un referente gastronómico en la región. Sin embargo, a pesar del éxito y de su integración a la comunidad, su situación migratoria nunca se regularizó.
La detención del ICE y una deportación exprés
El 25 de marzo de 2025, mientras se preparaba para un día de trabajo, agentes del ICE se presentaron en la puerta de su restaurante. “Me preguntaron si era Sergio, y dije: ‘Sí, soy Sergio’. Entonces dijeron: ‘Tienes que venir con nosotros’”, relató el chef desde Monterrey a The Waco Bridge, adonde fue enviado tras su deportación.
No tenía antecedentes penales, aunque sí una antigua orden de deportación emitida en 2002 por reingreso ilegal. Durante más de dos décadas, esa orden no había sido ejecutada. Sin embargo, la llegada de Donald Trump al poder por segunda vez y su política de deportaciones aceleró los procesos pendientes. Fue expulsado un día después de su detención.
Tricia McLaughlin, subsecretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), le dijo a Newsweek: “Sergio García Silva es un criminal. Este inmigrante ilegal de origen mexicano fue expulsado de este país en marzo de 2025, más de 20 años después de que un juez le emitiera una orden final de deportación”.
La deportación fue dura, pero lo que vino fue peor. Al llegar a Nuevo Laredo, García intentó viajar a Monterrey, donde vive la familia de su esposa, pero el autobús que abordó no siguió la ruta prevista. Según contó, fue llevado a un complejo donde le quitaron el teléfono y lo extorsionaron. “Esta gente apenas nos daba de comer y quería dinero para que cruzáramos la frontera”, aseguró. Durante 36 días, su familia no supo nada de él.
Cuando logró escapar, cruzó el Río Grande en un bote y fue detenido por la Patrulla Fronteriza en Texas. Pasó un mes en un centro de detención y luego fue trasladado en avión a Chiapas, al sur de México. El ICE confirmó su arresto y condena por reingreso ilegal. “El 30 de abril, García demostró una vez más que se cree por encima de la ley al reingresar ilegalmente a Estados Unidos”, afirmó el organismo en un comunicado.
El reencuentro con su esposa y la separación de sus hijos: “Extraño todo”
Desde Monterrey, García mantiene contacto diario con su familia en Texas mediante llamadas de WhatsApp. Su esposa Sandra, también indocumentada, viajó para reunirse con él meses después. Sus cuatro hijos —todos nacidos en Estados Unidos— y sus nietos permanecen en Waco, donde intentan continuar con sus vidas.
“Tenía muchos amigos, mi familia, mi negocio, mi iglesia en Waco. De verdad, lo extraño todo”, dijo el chef. Su hija Esmeralda contó que la deportación desarmó la rutina familiar: “Mis hijos estaban muy apegados a mis padres”, comentó.
Los hijos del cocinero cerraron el food truck en septiembre, tras doce años de actividad. Mientras la pareja busca una vía legal para su regreso a Estados Unidos, Sergio volvió a trabajar en su casa en Monterrey. “Estoy preparando ceviche y cócteles, salmón y pollo. Me lo piden y hacemos entregas a domicilio”, contó. Así había empezado su negocio en Waco.