Millones de personas deben prepararse para un nuevo cambio de hora en Estados Unidos. El horario de verano, o Dayligth Saving Time, que se ha aplicado desde marzo en casi todo el país norteamericano, tiene su cierre confirmado para el primer domingo de noviembre de 2025. La medida, que despierta debates año tras año sobre su utilidad, se mantiene bajo la regulación del Departamento de Transporte de Estados Unidos.
Cuándo termina el Dayligth Saving Time 2025 en Estados Unidos
El final del horario de verano en Estados Unidos se dará el domingo 2 de noviembre de 2025. Ese día, a las 2 de la madrugada, los relojes deberán atrasarse una hora en todos los estados que adhieren a esta iniciativa. Desde ese momento, ese país entrará oficialmente en el horario estándar hasta marzo de 2026.
- Fecha de finalización del horario de verano: domingo 2 de noviembre de 2025.
- Hora exacta del cambio: a las 2 hs, los relojes deben atrasarse una hora para que marquen la 1 hs.
¿Qué estados aplican el horario de verano en 2025?
La mayoría de los estados y el Distrito de Columbia aplican el horario de verano de forma uniforme. Solo dos excepciones figuran en el mapa: la mayor parte de Arizona y el estado de Hawái. Tampoco en territorios como Samoa Americana, Guam, las Islas Marianas del Norte y Puerto Rico.
En el caso de Arizona, únicamente la Nación Navajo en la zona noreste adopta el cambio de hora, mientras que el resto de la jurisdicción no lo hace.
En todos los demás estados, el horario de verano comenzó el 9 de marzo de 2025 y finalizará el 2 de noviembre.
Existe una particularidad en Texas, donde el gobernador Greg Abbott firmó una ley que permite mantener todo el año el Dayligth Saving Time. Sin embargo, aún espera que el Congreso nacional habilite esta modificación, por lo que no puede entrar en vigor.
¿Por qué algunos estados no usan el horario de verano?
El caso más emblemático es el de Hawái. Debido a su ubicación tropical, donde las variaciones en la cantidad de luz solar a lo largo del año son mínimas, el cambio de hora no presenta beneficios claros. Por eso, el estado decidió no implementarlo.
Arizona, en cambio, lo abandonó por las altas temperaturas. Al no aplicar el horario de verano, se logra que las horas de luz coincidan mejor con rutinas diarias y que las tardes no resulten tan largas y calurosas. Sin embargo, la Nación Navajo sí lo implementa, por lo que es una excepción dentro de un mismo estado.
¿Cuál es la historia del horario de verano en Estados Unidos?
La idea de adelantar los relojes no es reciente. Estados Unidos adoptó por primera vez esta medida en 1918, durante la Primera Guerra Mundial, con el fin de ahorrar combustible y energía. La lógica era simple: aprovechar al máximo las horas de luz natural para reducir el uso de lámparas y calefacción.
En ese mismo año, el Congreso aprobó la Standard Time Act, que no solo estableció el horario de verano, sino también los husos horarios oficiales. Sin embargo, una vez terminada la guerra, la práctica fue derogada.
El esquema regresó en la Segunda Guerra Mundial, en 1942, y se mantuvo hasta 1945. Más tarde, en 1966, se aprobó la Uniform Time Act, que dio lugar al sistema de dos cambios anuales de reloj. Desde entonces, las modificaciones han sido frecuentes.
Uno de los cambios más recordados ocurrió durante la crisis del petróleo de 1973, cuando el Congreso extendió el horario de verano a diez meses en 1974 y ocho meses en 1975. Posteriormente, en 1987, la duración volvió a ajustarse. Finalmente, con la Energy Policy Act de 2005, se estableció el calendario que rige actualmente: desde el segundo domingo de marzo hasta el primer domingo de noviembre.
¿Existen beneficios del horario de verano?
Durante décadas, los gobiernos defendieron la medida con el argumento del ahorro energético. Sin embargo, los estudios no fueron concluyentes. Según cita la página del Congreso de Estados Unidos:
- En 1974, un análisis del Departamento de Transporte no encontró diferencias significativas en el consumo de energía ni en la seguridad vial.
- En 2008, un estudio del Departamento de Energía detectó una reducción mínima, de apenas 0,02% en el uso de electricidad, y sin impacto medible en el consumo de combustible.
- En 2020, una investigación académica citada por el Servicio de Investigación del Congreso reveló un posible aumento de ataques cardíacos en los días posteriores al cambio de hora.