La esquizofrenia continúa siendo una de las enfermedades mentales más estigmatizadas en el Perú y en el mundo. Muchas personas aún creen que quien la padece es necesariamente violento o incapaz de llevar una vida productiva. Sin embargo, estas creencias no solo son erróneas, sino también perjudiciales para los pacientes y sus familias.
En el marco del Día Mundial de la Esquizofrenia, el Instituto Nacional de Salud Mental (INSM) “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi” busca romper estos mitos y educar a la población sobre la verdadera naturaleza de esta enfermedad. Según Vanessa Herrera, médica psiquiatra y directora ejecutiva de la Dirección de Salud Colectiva del INSM, “no es cierto que quien tiene esquizofrenia será violento o que no podrá llevar una vida normal. Con tratamiento, apoyo familiar y atención oportuna, la recuperación es posible”.
Las barreras que enfrentan las familias
Pese a los avances en el diagnóstico y tratamiento, el panorama en el país sigue siendo preocupante. Casi la mitad de las personas con esquizofrenia no reciben atención médica adecuada. Las razones son diversas: la falta de recursos económicos, la desconfianza en los servicios de salud, la desinformación y la idea equivocada de que los síntomas desaparecerán con el tiempo.
Además, los cuidadores —en su mayoría madres y padres— suelen cargar con un enorme peso emocional. El estrés, la ansiedad, el insomnio y la depresión son frecuentes entre quienes dedican su vida al cuidado de un familiar con esquizofrenia. “Muchas veces priorizan tanto al hijo o hija que olvidan su propia salud mental”, advierte la doctora Herrera, lo que termina deteriorando la capacidad de contención y apoyo familiar.
Reconocer los síntomas a tiempo
La detección temprana es clave para un tratamiento eficaz. Entre las señales de alerta más comunes se encuentran el aislamiento progresivo, escuchar voces inexistentes, expresar creencias de persecución sin fundamento, cambios de ánimo drásticos, abandono de rutinas como el aseo o la alimentación, y comportamientos extraños o desorganizados.
Estos síntomas, aunque pueden generar miedo o desconcierto en el entorno, deben ser abordados con urgencia profesional. La atención especializada inmediata puede marcar la diferencia entre un tratamiento exitoso y una vida marcada por el deterioro.
Centros comunitarios: atención cercana y gratuita
Actualmente, el Perú cuenta con casi 300 Centros de Salud Mental Comunitarios (CSMC) distribuidos en todo el país. Estos espacios ofrecen atención gratuita con equipos multidisciplinarios conformados por psiquiatras, psicólogos, médicos de familia, enfermeras y terapeutas. Según el INSM, estos centros representan una alternativa accesible, humana y efectiva para el tratamiento integral de la esquizofrenia.
Además, el Seguro Integral de Salud (SIS) cubre tanto la consulta médica como los medicamentos necesarios, incluyendo antipsicóticos genéricos eficaces. No obstante, persisten dificultades como el desabastecimiento de fármacos en farmacias hospitalarias. “Es necesario exigir que se respete este derecho y denunciar cuando no se cumple”, recalca Herrera.
El papel insustituible de la familia
Aunque el sistema de salud tiene una responsabilidad fundamental, el acompañamiento emocional familiar es igualmente importante. “No basta con que el paciente tome su medicación. Necesita sentirse comprendido, aceptado y parte de su comunidad”, sostiene la especialista. La terapia familiar es una herramienta poderosa para reducir el estrés del entorno y enseñar a convivir con la enfermedad sin sobrecargar a nadie.
Romper el estigma también es tarea de la familia. Ocultar al paciente, tratarlo como peligroso o mantenerlo encerrado solo agrava su exclusión y disminuye sus posibilidades de recuperación. La inclusión y la empatía deben ser pilares en la convivencia.
Esperanza y acción: el mensaje final
Casos extremos, en los que la carga emocional del entorno familiar desemboca en crisis graves o conductas autolesivas, muestran la urgencia de actuar. “La atención no es solo para el paciente, sino también para quienes lo rodean”, recuerda Herrera. De ahí que el Ministerio de Salud disponga de la línea gratuita 113 opción 5, para brindar orientación en temas de salud emocional.
En este Día Mundial de la Esquizofrenia, el llamado es claro: dejar atrás el miedo, la ignorancia y la vergüenza. Buscar ayuda profesional, informarse y acompañar con amor son pasos esenciales para garantizar una vida digna a quienes enfrentan esta enfermedad.
“La esquizofrenia no debe vivirse en secreto”, concluye la doctora Herrera. “Cada día cuenta. Cada gesto de apoyo salva. Y sí: sí es posible volver a estudiar, trabajar, amar y vivir con dignidad”.