Desde Orlando, Florida, una joven venezolana encontró el modo de transformar la añoranza por su país en un oficio. Abrió una panadería y cada madrugada elabora dulces y panes artesanales que la conectan con su tierra natal. Y no le sucede solo a ella: su local se convirtió en un punto de encuentro para sus compatriotas y una sorpresa para los paladares estadounidenses que descubren su sabor.
De una tradición familiar a un emprendimiento exitoso en Orlando
La idea de abrir La Isabelica comenzó a partir de una tradición familiar. Paola Guevara, una joven de 25 años oriunda de Valencia, decidió preparar el clásico pan de jamón durante las fiestas navideñas, sin imaginar que ese gesto daría forma a un nuevo capítulo en su vida. “Nació luego de un diciembre donde como todos los años hacía pan de jamón para mi familia. Al ver que realmente me gustaba y disfrutaba lo que hacía, decidí empezar a hacer otros tipos horneados”, contó a La Patilla.
A partir de ese momento, las recetas caseras dejaron de ser un pasatiempo. La buena recepción de sus primeros productos impulsó a la joven a profesionalizarse.
Así, transformó su hogar en una pequeña fábrica artesanal donde cada producto tiene su sello personal y sabor a Venezuela.
El nombre de su emprendimiento también está cargado de identidad. “La Isabelica nació en honor a la urbanización que me vio nacer, de donde vengo y que hoy llevo muy presente en mí con todo el amor y orgullo que siento de pertenecer allí”, explicó.
Esa conexión con su origen se refleja en cada pan, pastel o dulzura que sale de su horno. Más que un negocio, su local es el puente que la mantiene unida a su historia y su cultura, incluso lejos de casa.
El esfuerzo detrás del pan artesanal venezolano en Orlando
La rutina de Paola empieza cuando la ciudad aún duerme. “Mi día comienza a las 3:30 a.m. para hacer la producción de los panes que voy a vender, ya que todos mis productos son frescos”, detalló.
Tras horas de amasado, fermentación y horneado, su jornada continúa con la venta móvil hasta la noche, y luego realiza entregas especiales. En esta labor diaria no está sola: su madre la acompaña en la producción.
El pan venezolano conquista Orlando: la historia de La Isabelica
Ambas elaboran más de 300 bollos por semana. El menú ofrece una selección de sabores que remite a las panaderías tradicionales de Venezuela: piñitas, panes de guayaba y queso con tocineta son algunos de los más pedidos. “Es algo impresionante cómo se venden”, contó Paola.
Aunque su propuesta cautiva a los migrantes, también conquistó al público local. “Han tenido buena receptividad, ya que no es común esta calidad”, aseguró.
Venezolana triunfa en EE.UU. con su panadería artesanal La Isabelica
Instalar un emprendimiento en Estados Unidos no fue sencillo. Paola se enfrentó a la competencia y a la incertidumbre de ser migrante. Sin embargo, su fe fue el sostén durante los momentos difíciles. “Con Dios todo se puede”, afirmó.
Incluso ante las preocupaciones por las políticas migratorias, mantiene una mirada esperanzada. “Es una situación preocupante para todos, pero mientras tengamos la fe puesta en Dios no perderemos el norte”, expresó.
Paola explicó que busca “dar a conocer un pedacito de Venezuela a través de mis productos”.
Y aunque sabe que tiene mucho trabajo por delante, sueña en grande. Apuesta por consolidar lo logrado y crecer: “Expandir mi marca a todo Estados Unidos”.