“Esa historia nos conmovió”: en un pueblo italiano toman mate hace 100 años y una empresa argentina vio una oportunidad única

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CÓRDOBA.- Lungro, la “capital europea” del mate, logró tener su propia yerba. El pueblo, en el norte de Calabria, cuenta con unos 2500 habitantes y entre el 29 de julio y el 1 de agosto celebrará el 11 festival Mateando. La impulsora de todo fue Anna Stratigò, quien ahora celebra la yerba misionera especialmente ideada para el lugar (al que llegó esta semana) por la empresa familiar argentina Molinos Unidos, que también trabaja para expandir la cultura del mate por el mundo.

Hace unas semanas, en la Cámara de Diputados en Roma, con motivo de la presentación del festival, la empresa debutó también con su nueva yerba “Lungro”.

“Es una alegría enorme, un homenaje a la constancia de esta gente que hace más de un siglo que toma mate en este pequeño pueblo italiano de origen albanés -cuenta Stratigò a LA NACION-. En 2012 yo escribí la canción al mate, dos años después conocí al Papa Francisco y nació ‘Mateando’. Todo ha ido creciendo desde entonces, viene gente de todos lados a la fiesta, prueban el mate”.

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La empresa argentina la contactó por las redes sociales y, cuando ella vio un texto “largo” y el packaging pensó que era un “fotomontaje hecho por algunos amigos”. Cuando leyó, se sorprendió y le “encantó. Una idea hermosa, una compañía argentina que pensó en nosotros y que consolidó el puente de sentimientos que ya tenemos con el país”.

Mateando, el festival, y la yerba se presentaron en la Cámara de Diputados de Italia

Stratigò, hace un tiempo, empezó a cultivar “algo de yerba mate. Pero es muy difícil, nunca hubiéramos sido capaces de lograr un mínimo de producción. Ahora la tenemos y no solo la podremos tomar los vecinos de Lungro, sino la gente que viene de otros lados”.

Alejandro Trapine creó Molinos Unidos junto a Lorena Henrique, Franco Trapine y Antonella Trapine. “Nacimos con una producción propia y pequeña, con una visión enfocada en la calidad, el trabajo consciente y el compromiso real con el territorio y las personas. La empresa como tal funciona hace cinco años”, señala Alejandro Trapine.

La primera marca que tuvieron fue La Buena, una yerba agroecológica, libre de gluten, la primera del país con certificación vegana y en envase 100% reciclable. “Tiene también un fuerte compromiso social, siendo una de las yerbas más accesibles del mercado argentino, para que un producto saludable y sustentable llegue a todos”, subraya el empresario.

Trabajan con productores de Misiones y de Corrientes, lo que les permite gestionar un volumen aproximado de 60 a 70 toneladas mensuales, incluyendo las marcas propias marcas y las que hacen para terceros.

Después lanzaron Campeona, “inspirada en la pasión nacional y en la Selección Argentina. Es una yerba que celebra lo que nos une como país, pensada con un espíritu popular y argentino”. Esta yerba se vende en Estados Unidos.

La empresa lanzó un lote también para comercializar la yerba en la Argentina

Trapine enfatiza que, desde entonces, comenzó a tomar forma el sueño de expandir la cultura del mate: “Veíamos a los jugadores argentinos entrar a cada estadio con el mate en la mano y sentimos que algo profundo estaba sucediendo. El mate se estaba mostrando al mundo no sólo como bebida, sino como parte esencial de nuestra identidad”.

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En ese trabajo se inserta Lungro. “La verdadera semilla se plantó cuando nos llegó la historia de ese pequeño pueblo del sur de Italia que lleva más de un siglo tomando mate, y que hoy es reconocido como la capital europea del mate -añade-. Esa historia nos conmovió y, además, vimos una oportunidad. ¿Y si el mate, como alguna vez lo fue el sushi, también podía convertirse en un ritual que el mundo abrace? ¿Y si podíamos ser parte de esa expansión cultural, llevando el mate no sólo como producto, sino como experiencia?”.

La compañía elabora yerba mate tradicional y blends personalizados según el perfil de cada proyecto o marca. Adaptan sus procesos a las necesidades específicas de cada cliente. Es el único molino elaborador habilitado sin gluten en Buenos Aires.

“Brindamos un servicio integral a quienes desean desarrollar su propia marca de yerba, desde la selección de materia prima hasta el diseño del envase y la entrega del producto final. Trabajamos con emprendedores, empresas, cooperativas e instituciones”, precisa. La yerba hecha para Italia también se comercializará en la Argentina.

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