
En los últimos días, más de 100.000 personas dejaron sus viviendas en varias provincias camboyanas tras nuevos incidentes violentos en la frontera con Tailandia, según un informe del Ministerio de Defensa de Camboya recogido por el medio Nom Pen. La escalada de enfrentamientos ha resultado en víctimas mortales y heridos en ambos lados de la línea divisoria, alimentando una crisis humanitaria y de seguridad que afecta a las poblaciones de ambos países y desata preocupación internacional. Según publicó Europa Press, el Gobierno español expresó su inquietud ante el avance del conflicto e hizo un llamado a priorizar una solución pacífica.
El Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España advirtió que estos enfrentamientos amenazan la estabilidad en la región y ya provocaron un desplazamiento masivo de civiles, junto a la interrupción de servicios esenciales y cierre de escuelas en las zonas más afectadas. De acuerdo a Europa Press, España insistió en la importancia de la mediación, especialmente a través de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), para gestionar el conflicto fronterizo y evitar un agravamiento de la crisis.
Ambos gobiernos atribuyen al contrario la responsabilidad por los ataques y el movimiento masivo de la población. El Ministerio de Defensa camboyano, según consignó el medio Nom Pen, reportó que 20.105 familias —equivalentes a 101.229 personas— abandonaron sus domicilios en Pursat, Preah Vihear, Banteay Meanchey, Oddar Meanchey y Siem Reap. El desplazamiento se concentró entre el domingo y el fin de semana reciente, tras ataques atribuidos a fuerzas tailandesas que, según el gobierno de Camboya, provocaron al menos siete muertes.
Por su parte, autoridades tailandesas informaron que las acciones armadas de Camboya ocasionaron el éxodo de aproximadamente 400.000 personas en su territorio, cifra muy superior a la reportada desde el lado camboyano. Esto ha incrementado la magnitud de la emergencia y complica la situación en la zona limítrofe, donde se reportan numerosas víctimas y daños materiales a infraestructuras y viviendas.
De acuerdo con Europa Press, el saldo más reciente de víctimas incluye a más de una docena de personas fallecidas, entre ellas cuatro soldados tailandeses y nueve civiles camboyanos, incluyendo un niño, según datos divulgados durante la última actualización. Los hospitales en ambos países enfrentan una presión creciente, tanto por el aumento de heridos como por la cantidad de personas refugiadas en instalaciones temporales, mientras autoridades y organismos internacionales enfatizan la necesidad de preservar la protección de la población civil.
La violencia y los desplazamientos no solo resultaron en pérdidas humanas. Europa Press detalló que las actividades cotidianas, los servicios educativos y la provisión de recursos esenciales sufrieron interrupciones considerables en los territorios afectados. El impacto se extiende más allá de las víctimas directas, ya que miles de familias requieren asistencia continua y alojamiento de emergencia.
El foro de la ASEAN mantiene la demanda de un diálogo inmediato y la desescalada de las hostilidades para evitar que el conflicto se agrave. Las tensiones actuales ponen a prueba los acuerdos alcanzados por ambos Estados, en particular la declaración conjunta firmada el 26 de octubre en Kuala Lumpur, donde Tailandia y Camboya se comprometieron a la gestión pacífica de la franja fronteriza. Sin embargo, los últimos choques ponen en entredicho la efectividad de ese compromiso, según advirtió Europa Press.
En cuanto a la respuesta internacional, Europa Press detalló que la comunidad de países y organismos multilaterales monitorea de cerca el desarrollo de la crisis y promueve la reanudación de negociaciones directas entre Bangkok y Phnom Penh. Diversos actores llaman al respeto de los compromisos mutuamente asumidos y a reforzar las medidas humanitarias para asegurar la atención y la integridad física de quienes se han visto forzados a huir.
Las autoridades locales y nacionales coordinaron operativos de emergencia que incluyen la habilitación de refugios y la provisión de alimentos y asistencia médica, tanto en Camboya como en Tailandia. Hasta el momento, no existe certeza sobre el restablecimiento pleno de la estabilidad en las áreas fronterizas ni sobre si el conflicto dará signos de remisión en los próximos días, en medio de crecientes temores y llamados de la comunidad internacional a restablecer la paz y salvaguardar los derechos de la población que permanece en riesgo.
