
La ruptura diplomática entre Perú y México no generará consecuencias económicas significativas para el país azteca, aseguró la investigadora Luz Araceli González, de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey. En declaraciones publicadas por La República, la especialista explicó que, aunque el vínculo político atraviesa uno de sus momentos más tensos, los flujos comerciales y culturales entre ambos países se mantienen activos.
La controversia diplomática estalló luego de que la expremier Betssy Chávez se alojara en la Embajada de México en Lima, situación que el Gobierno peruano calificó como una interferencia en asuntos internos y que derivó en el anuncio de la ruptura de relaciones bilaterales. En respuesta, la Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana calificó la decisión como “una medida unilateral del Perú” y dispuso el cierre temporal de su embajada en Lima, suspendiendo los servicios consulares.

“El comercio con Perú es marginal”
Luz Araceli González sostuvo que, pese a la tensión política, el intercambio comercial entre ambas naciones no se ha detenido. “No es que no pase nada. Claro que hay una situación importante, pero a tres días de la ruptura, el comercio sigue en los cauces que se habían venido desarrollando desde 2012”, señaló la académica.
De acuerdo con los datos citados por la especialista, México importa de Perú apenas el 0,2 % de su comercio total, mientras que el país andino importa el 1,9 % de México, lo que convierte la relación en marginal desde el punto de vista económico. “Desde el punto de vista estratégico y del monto, no es significativo para el grueso de las respectivas economías. Para México, el comercio con Perú es muy marginal”, precisó González.

Productos que sostienen la relación comercial bilateral
El intercambio comercial supera los US$ 1.700 millones anuales, según las cifras compartidas por la especialista. Entre los productos peruanos exportados a México figuran las uvas, el cacao, la paprika y el aceite de palma; mientras que México envía al Perú maquinaria, automóviles, productos químicos y equipos eléctricos. González destacó que, aunque el volumen es limitado, “la relación bilateral es significativa en lo histórico, cultural y político”, recordando que ambos países mantienen vínculos diplomáticos desde 1823.
La experta también advirtió que los efectos inmediatos de la crisis se reflejarán principalmente en trámites consulares y visados, pero no en el comercio. “Los flujos comerciales se mantienen activos y estables”, puntualizó, al considerar que el impacto será más simbólico que económico.

Perú no es un aliado estratégico
En otro momento, González subrayó la relevancia de la relación entre ambas naciones más allá del aspecto económico. “Perú es un aliado importante para México y, aunque el comercio no sea estratégico, la relación bilateral es significativa en lo histórico, cultural y político”, declaró. Añadió que el país andino ha mantenido una cooperación sostenida con México por casi dos siglos, reflejada en acuerdos diplomáticos, intercambios académicos y presencia empresarial mutua.
Finalmente, la investigadora consideró que la actual coyuntura responde a un cambio ideológico en la política exterior mexicana bajo el gobierno de Claudia Sheinbaum, quien ha continuado la línea de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador. Pese al distanciamiento oficial, González enfatizó que los lazos económicos, culturales y sociales entre ambos países continúan vigentes, y que la ruptura “no altera la base histórica de la relación bilateral, aunque marca un hecho inédito en el vínculo diplomático entre Perú y México”.
