Sackets Harbor, un pequeño pueblo del estado de Nueva York, fue escenario de una fuerte respuesta comunitaria tras la detención de tres estudiantes y su madre por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). Esta acción en contra de la familia migrante, que no tenía antecedentes y estaba en proceso legal para regularizar su situación, provocó una reacción inmediata entre educadores, residentes y autoridades estatales.
Detuvieron a tres estudiantes y su madre durante un operativo de ICE en Nueva York
El operativo de ICE tuvo lugar el 27 de marzo en North Harbor Dairy, en el municipio de Hounsfield, muy cerca de Sackets Harbor. Allí, los agentes federales buscaban a un ciudadano sudafricano con permiso temporal, acusado de distribución de pornografía infantil. Aunque el hombre fue detenido, otros siete inmigrantes también fueron arrestados en el sitio, entre ellos, una madre y sus tres hijos menores, quienes no estaban involucrados en el caso inicial.
Al conocerse la noticia, los docentes de la Escuela Central de Sackets Harbor, donde estudiaban los tres menores, actuaron de inmediato. Liderados por la profesora Jonna St. Croix, presidenta de la Asociación de Maestros, organizaron una campaña para solicitar la liberación de la familia.
Según lo informado por The Washington Post, contactaron por teléfono y correo electrónico a representantes estatales y federales, y lograron movilizar a toda la comunidad educativa en apoyo a los estudiantes.
El superintendente del distrito escolar fue notificado por funcionarios locales de que el caso estaba siendo atendido. Pero al no recibir avances, la comunidad continuó con su campaña y amplió su alcance a organizaciones de derechos civiles, medios de comunicación y redes sociales. Fue así como descubrieron que los menores habían sido trasladados a un centro de detención familiar en Texas.
Protestas y presión pública en el pueblo natal de Tom Homan
El zar fronterizo de Donald Trump y quien tiene una casa en Sackets Harbor, respondió públicamente que el operativo no fue una redada generalizada, sino una acción dirigida con orden judicial.
En declaraciones con el medio WWNY, Homan explicó que aunque la familia no era el objetivo inicial, su presencia indocumentada justificó la detención según los procedimientos del ICE. También agregó que la retención tenía como fin garantizar que los niños no hubiesen sido víctimas de abuso o testigos clave en el caso penal.
Sin embargo, la directora de la escuela, Jaime Cook, desmintió públicamente algunos aspectos de la versión oficial. Señaló que los niños fueron esposados y trasladados con el acusado de delitos graves sin ninguna evaluación médica previa. En un comunicado publicado en su cuenta de Facebook, calificó el centro de detención como tal, a pesar del término “centro residencial” usado por las autoridades.
“Estamos en comunicación directa con nuestros estudiantes. Para ser clara: no están siendo evaluados médicamente. No están siendo interrogados como posibles víctimas. Llamar a un centro de detención con otro nombre no cambia lo que es. Merecemos algo mejor que manipulación y desinformación”, agregó.
Frente a la falta de respuestas durante los primeros días posteriores a la detención, vecinos y docentes se concentraron frente al Centro de Visitantes de Sackets Harbor y marcharon pacíficamente hasta la zona donde vive Tom Homan. La manifestación se desarrolló sin incidentes, pero dejó en claro el malestar generalizado en una localidad que, a pesar de su perfil conservador, mostró un fuerte rechazo a la detención de menores escolarizados.
La liberación de los niños detenidos por ICE
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, intervino en el caso con un comunicado en el que confirmó que los estudiantes y su madre fueron liberados. Expresó su preocupación por el impacto emocional en los menores y agradeció a los funcionarios locales y a la comunidad de Sackets Harbor por actuar en defensa de sus vecinos. “Jamás apoyaré acciones crueles que expulsen a niños de la escuela o destruyan familias”, afirmó.
El miércoles 9 de abril, menos de dos semanas después del arresto, los tres estudiantes regresaron a sus aulas en Sackets Harbor. Su retorno fue recibido con alivio y entusiasmo por parte de la comunidad educativa.
Jaime Cook celebró la noticia como una prueba del poder de la solidaridad local. “Es una sensación transformadora. Mi fe en la comunidad se ha reforzado. Me sorprende lo que un pequeño grupo de personas puede lograr si simplemente se niega a rendirse”, declaró a The Washington Post.