Detectar billetes falsos es una inquietud común entre los mexicanos, especialmente en un país donde la circulación de estos ejemplares genera suspicacias, tanto en la vida cotidiana como en las actividades comerciales. Para orientar a la ciudadanía, el Banco de México (Banxico) ha difundido una serie de lineamientos y recomendaciones sobre los métodos más efectivos para verificar la autenticidad de los billetes y evitar caer en malos entendidos o pérdidas económicas.
De acuerdo con la información proporcionada por Banxico, todos los billetes emitidos incorporan diversos elementos de seguridad, desde relieves y marcas de agua hasta detalles que pueden observarse bajo diferentes condiciones de luz. La mejor forma de autenticar el dinero es conocer estos elementos.
Existen muchas creencias sobre métodos caseros o accesorios comerciales para detectar billetes apócrifos, pero Banxico advierte sobre su escasa confiabilidad. Raspar el folio, tallar o intentar borrar la tinta —especialmente en billetes de polímero— son prácticas que no comprueban su autenticidad. Incluso un ejemplar original puede decolorarse si es maltratado de esta forma, llevando al error de asumir que es falso.
Un recurso ampliamente difundido pero cuestionado es el uso de plumas detectoras de billetes falsos. Según Banxico, estos marcadores funcionan bajo principios químicos diseñados para detectar blanqueadores comerciales; sin embargo, el papel moneda mexicano no emplean esos compuestos en su elaboración. Además, esos dispositivos pueden fallar si el ejemplar auténtico ha entrado en contacto con detergentes o sustancias similares, y suelen perder efectividad con el tiempo de almacenamiento antes de su compra.
Si después de revisar los elementos de seguridad de un billete persisten las dudas sobre su legitimidad, Banxico aconseja acudir a una sucursal bancaria para solicitar una revisión gratuita.
En caso de que el personal bancario considere que el dinero es presuntamente falso, está obligado a retenerlo y a entregar al ciudadano un recibo oficial en el que se detallan los datos de la pieza, los del titular y un número para dar seguimiento al trámite. Tras este procedimiento, la pieza es enviada al Banco de México, única entidad facultada para determinar su autenticidad.
La marcación, destrucción o perforación de billetes tampoco es una práctica permitida durante las revisiones. Solo el personal bancario, en condiciones controladas y con sellos autorizados por el Banco de México, puede marcar un billete sospechoso, y siempre en presencia del usuario.
La inquietud central de muchos usuarios surge cuando, tras este proceso, la autoridad monetaria determina que el billete entregado es falso. Ante esta situación, el Banco de México puntualiza que no puede reembolsar el valor de piezas apócrifas. La razón es simple: un billete falso es, en términos de la institución bancaria, “un pedazo de papel que no ha sido impreso en Banco de México y carece de valor monetario”.