Estados Unidos advirtió al régimen de Maduro que tomará represalias si no libera a 11 presos políticos que considera prioridad nacional

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La administración Trump negocia con el regimen de Maduro la libertad de 11 presos politicos que están detenidos ilegalmente en las cárceles de Venezuela

(Desde Washington, Estados Unidos) La Casa Blanca exhibió su voluntad política y su poder logístico para lograr la libertad de los cinco dirigentes opositores a Nicolás Maduro que sobrevivían como refugiados en la embajada de Argentina en Venezuela.

La extracción de Magallí Meda, Claudia Macero, Omar González, Pedro Urruchurtu y Humberto Villalobos fue un movimiento diseñado hasta el último detalle, que sincronizó un traslado desde Caracas a una playa frente al Mar Caribe, la navegación inmediata a una isla que hizo famosa los Beach Boys, y el vuelo de escasas horas que aterrizó en Miami.

La Operación Guacamaya ejecutada para liberar a los disidentes venezolanos fue una decisión política de Marco Rubio, secretario de Estado de EEYY. Y a su lado se alinearon Chris Landau, subsecretario de Estado, y Mauricio Claver Carone, enviado especial de Donald Trump para América Latina.

No es casualidad que Rubio, Landau y Claver Carone hayan empujado juntos. Los tres tienen compromisos afectivos y políticos con la región, y los tres entienden qué sucede a la sombra del régimen caribeño.

Donald Trump y Marco Rubio durante una de reunión de gabinete nacional en la Casa Blanca, (Washington, Estados Unidos)

En este contexto, la administración Trump envió un mensaje directo a la dictadura venezolana: si no procede a la liberación de 11 presos políticos que están detenidos-desaparecidos, Estados Unidos actuará con la velocidad y el rigor que ya aplicó en la Operación Guacamaya.

Claver Carone accede a la nomenclatura de Maduro, mientras que Rubio y Landau suman esfuerzos que la Casa Blanca ya puso en movimiento.

Landau vivió en Caracas y durante su paso por Harvard escribió su tesis principal sobre la relación entre Estados Unidos y Venezuela. Conoce el terreno como pocos.

Rubio, en su doble rol de secretario de Estado y consejero de Seguridad Nacional, mantiene informado al presidente Trump, que aspira a una nueva derrota del régimen venezolano.

Mauricio Claver-Carone, enviado especial de Donald Trump para América Latina

Venezuela tiene una dependencia absoluta con la cadena de suministros a nivel global -desde insumos para la explotación petrolera hasta la adquisición de medicamentos-, y la advertencia de Estados Unidos tiene como eje esta debilidad estructural de la economía caribeña.

La Casa Blanca puede incidir en la provisión habitual de recursos que sostienen la economía, la salud y la industria del petróleo, a cargo de países como Argentina e India, por ejemplo.

Desde esta posición de fuerza, el Departamento de Estado quiere que Maduro libere a 11 presos políticos que considera una prioridad nacional. Ese grupo de detenidos-desaparecidos esta integrado por nueve estadounidenses, el gendarme argentino Nahuel Gallo y un ciudadano israelí.

Los gobiernos de Javier Milei y Benjamín Netanyahu le pidieron a la administración Trump por sus secuestrados, y el Departamento de Estado añadió sus nombres a la lista prioritaria que negocia Claver-Carone con los interlocutores asignados por Maduro.

Ron Dermer, ministros de Asuntos Estratégicos de Israel, se reunió la semana pasada con Trump y Rubio, antes que el presidente de los Estados Unidos volará al Golfo Pérsico para protagonizar una gira de 72 horas.

Y en el caso de Argentina, Ricardo Ferrer Picado– asesor de Patricia Bullrich en la cartera de Seguridad-, actúa como enlace entre la administración republicana y el gobierno de Milei. Ferrer Picado tiene lazos fluidos en el Departamento de Estado y el Ala Oeste de la Casa Blanca.

Nahuel Gallo, el gendarme argentino -detenido-desaparecido por la dictadura de Nicolás Maduro

Pese a los resultados de la Operación Guacamaya, adonde quedó en evidencia las fallas de seguridad e inteligencia de la dictadura caribeña, los interlocutores de Maduro exhiben predisposición al diálogo con el Departamento de Estado.

Sin embargo, sus exigencias no cuadran con la negociación que se propone desde Washington. Rubio, Landau y Claver-Carone son reluctantes a ciertas demandas que se transmitieron desde Caracas.

Maduro pretende que Estados Unidos levante las sanciones financieras y autorice que empresas americanas extraigan y exporten las reservas petroleras de Venezuela.

Además, el dictador caribeño exige que el canje de presos políticos por narcotraficantes detenidos por Nayib Bukele sea asimétrico.

Maduro quiere aplicar la lógica terrorista de Hamas: un rehén de Estados Unidos a cambio de un número amplio de delincuentes que están a la merced de Bukele.

No, contestaron desde el Departamento de Estado a las demandas del régimen venezolano. Maduro ya sabe que el reloj empezó a correr.

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