El aumento de casos de COVID-19 en Estados Unidos genera nuevas alertas sanitarias. Las nuevas cifras coinciden con el regreso de los estudiantes a las aulas y la llegada del otoño, estación vinculada tradicionalmente a un aumento de enfermedades respiratorias.
De acuerdo con el último reporte de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la semana que finalizó el 9 de agosto registró una tasa de hospitalización por COVID-19 de 1,7 personas por cada 100.000 habitantes.
Esto representa el doble del valor de hace dos meses, pero sigue aproximadamente a un tercio del nivel anotado durante 2024. El porcentaje de pruebas positivas alcanzó 11,2% para la semana terminada el 23 de agosto, lejos del 3,3% que se observó en los dos meses anteriores, aunque la proporción todavía se ubica en la mitad del pico registrado el año pasado.
A pesar de los repuntes, las cifras actuales reflejan una carga sanitaria inferior a años previos. Según los datos, las medidas de control y la inmunidad poblacional adquirida ayudaron a disminuir la letalidad asociada al virus, aunque cada semana fallecen aproximadamente 200 estadounidenses por COVID-19.
Factores relacionados al aumento de casos
El panorama ha provocado nuevos debates sobre las estrategias de vacunación y la respuesta sanitaria de cara a meses tradicionalmente de mayor circulación de patógenos respiratorios.
Entre los factores que explican el aumento de casos, el reporte del medio estadounidense señala el transcurso de más de seis meses desde la última ola de infecciones y la presencia de nuevas variantes del SARS-CoV-2.
Actualmente predomina la variante XFG, una subvariante de ómicron, responsable de cerca del 78% de los nuevos diagnósticos. Otras subvariantes identificadas por el CDC incluyen NB.1.8.1 (14%) y LP.8.1 (3%).
Según el doctor Peter Chin-Hong, profesor de medicina y especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de California en San Francisco, “cuando el polvo se asiente, espero que no sea tan grave como el año pasado, pero aún así algunas personas se enferman”.
Chin-Hong afirmó a ABC News que el repunte se relaciona “con el tiempo transcurrido desde la última infección y con la aparición de nuevas variantes”.
El relato sobre las características de las nuevas subvariantes fue ampliado por el doctor William Schaffner, profesor de medicina preventiva en la Escuela de Medicina de la Universidad de Vanderbilt.
En diálogo con ABC News, Schaffner puntualizó que las versiones actuales del virus, todas descendientes de ómicron, “no presentan mutaciones que las hagan más transmisibles o más infecciosas”.
Schaffner comparó las distintas subvariantes a “primos” y sostuvo que “son bastante contagiosos y pueden provocar muchos cuadros leves. Por leves me refiero a que no suelen requerir hospitalización”. Remarcó además que las vacunas próximas a lanzarse ofrecerán protección razonable frente a los cuadros graves que puedan causar estas variantes.
En cumplimiento de la normativa de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), el laboratorio Pfizer-BioNTech anticipó que su vacuna para la temporada 2025-2026 estará formulada contra la subvariante LP.8.1. La empresa explicó en un comunicado de prensa que la actualización busca un mayor ajuste con las cepas circulantes.
Acceso a la vacunación
El acceso a las vacunas contra el COVID-19 varía según la jurisdicción. La cadena de farmacias CVS confirmó a ABC News que las reglas estatales determinan la operativa.
En 34 estados, cualquier persona puede recibir la vacuna en una sucursal, mientras que en 13 estados y la capital, el acceso depende de la edad y el requerimiento de prescripción médica. En tres estados –Massachusetts, Nevada y Nuevo México– la vacuna no se encuentra disponible por esta vía.
La cobertura de ABC News recoge la preocupación del doctor Chin-Hong por la baja tasa de vacunación, ligada tanto a la falta de demanda como a obstáculos administrativos.
“A medida que bajan las tasas de vacunación, ya sea por la voluntad de las personas o por las trabas impuestas por el gobierno federal, menos personas podrán vacunarse, incluso si lo desean”, señaló Chin-Hong y advirtió que la complejidad normativa en torno a la inmunización podría traducirse en internaciones y muertes evitables.
Ante este panorama, el doctor Schaffner recomendó a la audiencia “recurrir al uso de mascarilla en espacios cerrados con mucha gente” y propuso que quienes tengan factores de riesgo tomen medidas adicionales, como evitar aglomeraciones o consumir contenidos audiovisuales en casa en lugar de asistir a salas de cine. Además, sugirió completar el esquema de protección con la vacuna anual contra la influenza.