El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, se reunieron este viernes en Kuala Lumpur en el marco de la cumbre de ministros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). El encuentro bilateral se produjo en un momento de tensiones renovadas entre Washington y Beijing por temas comerciales, militares y geopolíticos.
“Pienso que fue una reunión constructiva y positiva”, manifestó Rubio al término del encuentro; al tiempo que señaló que existe un “fuerte deseo” de que se concrete una reunión entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping.
Este fue el primer cara a cara entre Rubio y Wang desde que Trump regresó a la Casa Blanca en enero de este año. La cita tuvo lugar en paralelo al foro regional en el que participan también Australia, Japón, Corea del Sur, la Unión Europea y Rusia, en un contexto marcado por el endurecimiento de aranceles estadounidenses, la disputa por Taiwán, la presión militar en el mar Meridional y el conflicto en Ucrania.
Rubio declaró el jueves que la reunión buscaba abordar varios asuntos clave, entre ellos el “apoyo de China a Rusia” en el marco de la guerra en Ucrania. “Hay preocupación real por el papel de Beijing en sostener indirectamente el esfuerzo militar ruso”, señaló. En días recientes, Moscú ha intensificado sus ataques aéreos sobre ciudades ucranianas.
Estados Unidos acusa a China de proveer asistencia económica y tecnológica a Rusia que, si bien no incluye armamento letal, contribuye a sostener su capacidad de guerra. Washington también cuestiona las posiciones chinas en organismos multilaterales que, según Rubio, “protegen sistemáticamente a Moscú”.
El jefe de la diplomacia estadounidense también ha centrado su agenda en la política comercial. Desde su llegada a Asia, Rubio ha defendido la nueva estrategia arancelaria de la administración Trump, que amenaza con imponer gravámenes de entre el 20% y el 50% a más de 20 países, varios de ellos del Sudeste Asiático, si no alcanzan acuerdos comerciales bilaterales antes del 1 de agosto. “Cada país del mundo va a recibir en algún momento una carta”, advirtió Rubio a la prensa en Kuala Lumpur.
Estas medidas, que afectan directamente a socios como Vietnam, Tailandia y Malasia, han sido uno de los temas dominantes del foro de ASEAN esta semana. El primer ministro malasio, Anwar Ibrahim, calificó los aranceles como “instrumentos afilados de rivalidad geopolítica”.
En respuesta, el canciller Wang Yi pidió un orden internacional “más justo y razonable” y criticó el uso de “proteccionismo unilateral y coerción arancelaria por parte de una gran potencia”. Beijing considera que las tarifas impuestas por Washington violan las reglas de la Organización Mundial del Comercio y distorsionan el comercio internacional.
Las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China ya venían tensionadas desde enero, cuando ambas potencias retomaron su guerra de aranceles tras la vuelta de Trump al poder. En su punto más álgido, Washington impuso aranceles del 145% a las importaciones chinas, y Beijing respondió con tarifas del 125 % a bienes estadounidenses. En mayo, ambas partes acordaron una reducción temporal de las tasas, que Trump calificó como un “reinicio total”.
Más allá del comercio, otro tema central en la reunión entre Rubio y Wang fue la situación en el estrecho de Taiwán. China reclama la isla como parte de su territorio y ha aumentado su presión militar en la zona, lo que ha generado preocupación en Washington. Aunque Estados Unidos no mantiene relaciones diplomáticas formales con Taipéi, es su principal proveedor de armamento.
“El Ejército Popular de Liberación se entrena cada día para una eventual invasión de Taiwán”, dijo en mayo el secretario de Defensa de EEUU, Pete Hegseth. Según el Pentágono, China está “preparada” para usar la fuerza militar y modificar el equilibrio de poder en la región.
En respuesta, el régimen de Xi Jinping acusó a Washington de utilizar el tema de Taiwán para “contener a China” y advirtió que Estados Unidos está “jugando con fuego”.
También se esperaba que el encuentro abordara la disputa territorial en el mar Meridional. China reclama amplias zonas marítimas también reclamadas por miembros de ASEAN como Filipinas, Vietnam y Malasia. Estados Unidos ha reiterado su respaldo al derecho internacional marítimo y ha incrementado patrullajes navales en la zona.
Rubio subrayó este jueves que Estados Unidos “no tiene intención de abandonar Asia-Pacífico” y que su presencia en la región “es estratégica y permanente”. Según el Departamento de Estado, la prioridad de esta visita es reafirmar el compromiso de Washington con el Sudeste Asiático frente al avance de la influencia china.
El diálogo entre Rubio y Wang podría marcar el tono de las relaciones bilaterales en los próximos meses, en un contexto en el que ambos gobiernos compiten por influencia en Asia mientras mantienen posturas enfrentadas en múltiples frentes.
(Con información de AFP y EFE)