Roberto Chávez Jr., sobrino del legendario boxeador Julio César Chávez, ingresó al profesionalismo con un triunfo por decisión unánime en Culiacán, Sinaloa, el pasado 4 de julio de 2025. A sus 17 años, el nuevo prospecto busca diferenciarse de su primo Julio César Chávez Jr., envuelto en controversias recientes, y construir un camino propio en el boxeo mexicano.
El combate se desarrolló en el Polideportivo Juan S. Millán, durante el evento promovido por su tío bajo el lema “Por nuestro legado”. Enfrentó a Richy Robles, oriundo de Culiacán y con experiencia compartida en la división de peso minimosca. Roberto, con historial amateur de 19 victorias y una derrota, no decepcionó y dominó los cuatro asaltos, mostrando solidez técnica y control sobre el ring.
Visiblemente emocionado, el joven boxeador agradeció el apoyo de la afición local y utilizó esa plataforma para lanzar un mensaje clave, dirigido a su primo y al apellido Chávez:
“Yo voy a construir mi propia historia. Yo soy un Chávez más, pero este Chávez sí trae ganas. Tengo mucho corazón, mucha disciplina, mucho trabajo duro y voy a ser un gran boxeador”.
Sus declaraciones llegaron apenas horas después de que Julio César Chávez Jr. perdiera un combate contra Jake Paul y fuera detenido por ICE en Estados Unidos, motivo de polémica tanto en México como en Estados Unidos.
Primeras impresiones y perspectivas
Desde su victoria, expertos locales han destacado su tranquilidad y técnica, pese a su corta edad. Aún sin rival anunciado, Roberto y su equipo planean más combates antes de que termine el año para ganar ritmo profesional.
La figura de su padre y el respaldo de Julio César Chávez Sr. son clave: el campeonato profesional, la disciplina en el gimnasio y el manejo mediático formarán parte de su formación. El joven pugilista dejó clara su intención de labrar un camino sin las sombras que actualmente persiguen a su primo.
Un momento complicado para su familia
La dinastía Chávez, emblema del boxeo mexicano, enfrenta un momento complejo. El arresto de Julio César Chávez Jr. y su derrota ante Jake Paul ensombrecen el legado familiar. Sin embargo, el debut de Roberto aparece con carga simbólica: es la combinación del legado de “El César” y la nueva energía de un púgil joven que busca reivindicar el apellido.
Con la banda roja en la frente, evocando al campeón de los 90, Roberto creó un puente generacional y dejó ver su compromiso con la disciplina, el trabajo constante y el control emocional dentro del ring.
El contraste entre ambos primos es evidente. Mientras uno lidia con problemas legales y deportivas, el otro emerge con una visión clara: “este Chávez sí trae ganas”, expresó el debutante, enfatizando su motivación, corazón y determinación para alcanzar el éxito sin manchar el legado familiar.
