Los sonidos de ramas partiéndose y el aullido desesperado de un perro alertaron a varios residentes de El Pinar, un barrio en el límite entre Bello y Medellín (Antioquia), minutos antes de que un deslizamiento de tierra modificara por completo el paisaje y la vida de sus habitantes.
Según el reporte de las autoridades, al menos ocho personas han fallecido y cinco más resultaron heridas, aunque los residentes creen que el número de víctimas podría ser mayor, pues todavía hay personas atrapadas bajo los escombros de viviendas cubiertas por la avalancha de lodo y material vegetal.
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De acuerdo con el testimonio de Yenifer Yalí, vecina del sector, el deslizamiento, que ocurrió en la madrugada del martes 24 de junio, fue tan intenso que “en mi casa se sintió como cuando hay un temblor de tierra, pero muy fuerte, como si fuera ahí mismo”, contó para el diario regional El Colombiano.
La mujer agregó que “el perro estaba desesperado, aullaba y gritaba, y se sentían que los árboles hacían un sonido como ¡crac, crac, como cuando uno está desyerbando”.
La alcaldesa de Bello, Lorena González, comunicó que la emergencia ha obligado a la evacuación de al menos diez viviendas que quedaron “con un alto grado de deterioro por la acción del material que las cubrió”.
Además, describió que la tragedia se desencadenó aproximadamente a las 3:25 a. m. del martes 24 de junio. En ese momento, el estrépito que provocó el alud fue seguido de gritos de alerta: “¡se viene el morro, se viene el morro!”, lo que llevó a muchos a huir apresuradamente de sus viviendas. “Unos llevaban colchones, otros tomaron los televisores hacia la parte baja del sector”, detallaron los testimonios recogidos por el medio mencionado.