La ansiedad es uno de los problemas de salud mental más frecuentes en el Perú y en el mundo. Según datos del Ministerio de Salud (Minsa), alrededor del 30 % de las atenciones en los Centros de Salud Mental Comunitarios corresponden a casos de ansiedad y depresión. Por su parte, el Seguro Social de Salud (EsSalud) señala que más del 20 % de sus consultas psicológicas y psiquiátricas están vinculadas a cuadros ansiosos, especialmente después de la pandemia. Estas cifras reflejan la importancia de atender de manera adecuada y oportuna a las personas con este trastorno, ya que puede afectar la vida laboral, académica, social y familiar.
El tratamiento profesional, que puede incluir psicoterapia, medicación y hábitos de autocuidado, es fundamental para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Sin embargo, además del abordaje clínico, resulta útil conocer cómo es la personalidad de quienes viven con ansiedad, ya que ciertos rasgos influyen en la manera en que enfrentan el estrés y los retos cotidianos.
Tres rasgos de personalidad que tienen las personas con trastorno de ansiedad
Aunque cada persona es diferente, existen algunos rasgos de personalidad comunes entre quienes padecen trastorno de ansiedad:
- Neuroticismo elevado: este rasgo describe la tendencia a experimentar emociones negativas con mayor intensidad y frecuencia. Las personas con altos niveles de neuroticismo suelen preocuparse más, tener pensamientos recurrentes de miedo y ser más sensibles a la crítica o al rechazo. En el trastorno de ansiedad, este rasgo se manifiesta como una respuesta exagerada frente a situaciones que otros considerarían neutras o poco amenazantes.
- Perfeccionismo y autocontrol excesivo: muchos pacientes con ansiedad muestran un fuerte deseo de control y altos estándares personales. Esta búsqueda de perfección los lleva a preocuparse de manera constante por cometer errores o no cumplir con las expectativas, generando un ciclo de tensión interna. El perfeccionismo, lejos de motivar, puede convertirse en una fuente permanente de angustia.
- Inseguridad y dependencia emocional: la necesidad de validación externa es frecuente en personas con ansiedad. Esto se traduce en dificultad para tomar decisiones sin apoyo, miedo a la desaprobación y una tendencia a sobreanalizar las interacciones sociales. En algunos casos, la dependencia emocional impide que la persona se sienta capaz de enfrentar sola los desafíos.
Conocer estos rasgos no significa etiquetar a las personas, sino comprender mejor su experiencia y diseñar estrategias de acompañamiento más empáticas y efectivas.
Tipos de trastornos de ansiedad
El trastorno de ansiedad no se manifiesta de la misma manera en todas las personas. Según los manuales diagnósticos y la práctica clínica, los tipos más frecuentes son:
- Trastorno de ansiedad generalizada (TAG): caracterizado por una preocupación excesiva y persistente sobre diferentes aspectos de la vida, como la salud, el trabajo o la familia.
- Trastorno de pánico: episodios repentinos de miedo intenso acompañados de síntomas físicos como palpitaciones, sudoración o dificultad para respirar.
- Fobias específicas: miedo desproporcionado a un objeto o situación concreta (animales, alturas, situaciones sociales, vuelos, espacios cerrados, etc.).
- Fobia social o ansiedad social: temor intenso a ser juzgado o ridiculizado en situaciones sociales.
- Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y trastorno por estrés postraumático (TEPT): aunque se consideran categorías específicas, también implican la presencia de síntomas ansiosos.
Cada tipo tiene características particulares, pero todos comparten la presencia de miedo o preocupación excesiva que interfiere en la vida diaria.
Trastorno de ansiedad: factores de riesgo
No todas las personas desarrollan ansiedad con la misma facilidad. Existen factores de riesgo que aumentan la probabilidad:
- Factores biológicos: tener antecedentes familiares de ansiedad o depresión aumenta la vulnerabilidad. También influyen desequilibrios en neurotransmisores como la serotonina y la dopamina.
- Factores psicológicos: rasgos de personalidad como el perfeccionismo, la inseguridad y la baja tolerancia a la frustración predisponen al trastorno.
- Factores sociales: experiencias de violencia, abuso, bullying, estrés laboral o académico incrementan el riesgo. En el Perú, según Minsa, el 40 % de personas con ansiedad han vivido episodios de violencia familiar o comunitaria.
- Factores de estilo de vida: consumo excesivo de alcohol, cafeína o drogas, así como la falta de sueño y de actividad física, contribuyen a que los síntomas se intensifiquen.