“En logística no alcanza con reaccionar: hay que prever”, señala Leonardo. Además, evalúa el impacto de la geopolítica en el comercio exterior, los criterios clave para negociar con proveedores y el rol de la tecnología en la mejora continua de los procesos.
¿Qué desafíos específicos identificás actualmente en la logística industrial?
En las industrias que trabajan con insumos químicos o productos con características especiales, como cargas peligrosas, la logística implica requisitos muy estrictos. Por ejemplo, ciertos materiales requieren contenedores específicos como los “open top”, o necesitan ser transportados bajo condiciones de temperatura controlada para evitar riesgos. Un caso mal gestionado puede generar consecuencias graves.
Además, en países con desafíos estructurales o geográficos, la disponibilidad de rutas logísticas adecuadas también representa una limitación. Hay puertos que ofrecen soluciones más eficientes, pero muchas veces deben descartarse por cuestiones de costos o infraestructura. Esto lleva a que el transporte terrestre siga siendo una opción frecuente, aunque no siempre sea la más conveniente desde el punto de vista operativo o ambiental.
¿Cómo impacta el contexto geopolítico en la planificación logística?
El comercio internacional está fuertemente influenciado por la coyuntura geopolítica. La reconfiguración de poderes globales, como la transición de liderazgo económico de Estados Unidos hacia China, genera tensiones que afectan directamente la fluidez del comercio: conflictos armados, sanciones económicas, bloqueos en rutas estratégicas como el canal de Suez, todo eso repercute en tiempos, costos y disponibilidad de bienes.
En ese marco, la anticipación se vuelve una competencia esencial. En logística no alcanza con reaccionar: hay que prever. Pensar en el largo plazo, evaluar escenarios y estar preparados para contingencias permite mitigar el impacto de variables externas. Una planificación robusta es la única manera de mantener la operación en movimiento cuando el contexto global cambia semana a semana.
¿Qué criterios se priorizan a la hora de negociar con proveedores?
Más allá del precio, que siempre es un factor relevante, hoy las organizaciones buscan proveedores que garanticen continuidad operativa. Eso implica condiciones de abastecimiento sostenido, buena postventa, cumplimiento normativo y compromiso ambiental. Las certificaciones de gestión ambiental, como la ISO 14.001, se vuelven diferenciales cada vez más valorados.
Otro aspecto crítico es la comunicación. En una cadena de suministro bien gestionada, las áreas de ventas, producción y compras deben estar plenamente alineadas. Solo así se pueden evitar quiebres de stock o excesos innecesarios. En contextos económicos donde la inmovilización de capital representa un riesgo, ajustar los volúmenes mediante información precisa y actualizada se vuelve indispensable.
¿La creatividad tiene lugar en la gestión logística?
La creatividad no solo tiene lugar, sino que es necesaria. La logística moderna exige pensar de manera no tradicional. A veces, pequeños cambios en procesos o decisiones operativas pueden generar grandes impactos en costos y eficiencia. Explorar rutas alternativas, modificar puntos de ingreso aduanero, o adaptar los métodos de nacionalización pueden ser caminos viables si se los estudia con criterio y conocimiento.
Estar abiertos a innovar, probar y medir es una ventaja competitiva. La logística no puede ser rígida; quienes se aferran a esquemas fijos pierden oportunidades. Adaptarse y mejorar continuamente es parte de la esencia de este campo.
¿Qué rol juega la tecnología en este proceso de mejora continua?
La tecnología ofrece enormes oportunidades, aunque su adopción aún es dispareja en muchos sectores. Se habla mucho de inteligencia artificial, big data o automatización aplicada al supply chain, pero en varios casos aún se está lejos de una implementación real y sistemática.
Hoy, el gran desafío es construir cadenas de abastecimiento informadas, dinámicas y capaces de adaptarse en tiempo real. El análisis de datos, incluso con herramientas básicas, permite planificar con más precisión, identificar cuellos de botella y tomar decisiones más acertadas. No se trata solo de incorporar tecnología, sino de traducir la información en acciones concretas.
¿Qué aptitudes considerás claves para crecer dentro del comercio exterior y la logística?
El desarrollo profesional en este sector exige una formación constante. El dominio de idiomas, por ejemplo, sigue siendo un diferencial clave para operar en mercados internacionales. Inglés y portugués son fundamentales en América Latina, pero también se abren oportunidades en otras regiones que requieren habilidades comunicacionales específicas.
El sector ofrece oportunidades para asumir roles de mayor responsabilidad. Quienes logran combinar formación técnica con visión estratégica pueden liderar equipos, impulsar mejoras en la cadena de suministro y participar en procesos de transformación operativa. La logística y el comercio exterior no solo demandan eficiencia, sino también liderazgo capaz de anticipar cambios y generar impacto real en la economía y en la vida cotidiana. Quienes apuesten por este camino encontrarán un campo fértil para crecer y dejar huella.