Durante mucho tiempo, se ha considerado que la amistad solo prospera en condiciones de máxima cercanía, pero diversas investigaciones proponen una visión distinta. Un análisis publicado por Psychology Today señala que encontrar el nivel adecuado de distancia en una relación amistosa puede ser clave para desarrollar vínculos más sólidos y favorecer el bienestar personal.
La psicóloga y autora de Psychology Today, Marisa G. Franco, desafía la idea tradicional de que la amistad requiere una conexión constante e intensa y sostiene que, lejos de ser un defecto, definir el punto exacto de distancia puede ser el secreto para mantener relaciones duraderas y satisfactorias. “La amistad no se trata de cercanía a toda costa. Se trata de encontrar la distancia en la que nos sentimos más cerca el uno del otro: el nivel óptimo de intimidad“, explicó la autora.
Ejemplos prácticos: niveles de cercanía en la amistad
No todas las amistades necesitan la misma proximidad, ni se benefician de dinámicas idénticas. El artículo de Psychology Today muestra cómo ajustar la distancia puede ser una estrategia saludable. Por ejemplo, Marisa G. Franco mantiene relaciones cercanas con algunos amigos, pero evita viajar con ellos debido a sus diferencias en estilos de viaje: mientras ella busca explorar caminos poco transitados, sus amigos prefieren opciones más tradicionales, como los resorts. Así, deciden no compartir viajes para preservar una relación positiva y evitar tensiones innecesarias.
Este enfoque flexible también aplica en otros ámbitos cotidianos. Las amistades no tienen que ser “todo o nada”; pueden establecerse en una zona intermedia, adaptándose a las necesidades y circunstancias de cada persona. Psychology Today describe alternativas como verse una vez al mes en lugar de cada semana, mantener la amistad sin ser los principales confidentes o priorizar las reuniones grupales frente a los encuentros individuales.
Se introduce el concepto de “amigos de baja dosis”, definido como aquellos vínculos cuya mejor versión se da cuando el contacto es limitado. Esta aceptación de distintos grados de cercanía fomenta relaciones sanas y satisfactorias, liberándolas de expectativas poco realistas.
Estrategias para recalibrar la amistad
Ajustar la distancia no supone alejarse, sino configurar la relación de acuerdo con las preferencias de ambas partes. Psychology Today recomienda varias estrategias para recalibrar el vínculo: modificar la frecuencia de los encuentros, cambiar el tipo de interacción o redefinir los roles dentro de la amistad.
Por ejemplo, si surge tensión o la relación parece forzada, se puede espaciar el tiempo entre reuniones, pasando de una rutina semanal a encuentros mensuales. Otra opción consiste en variar las actividades compartidas, eligiendo reuniones grupales que alivien la presión y favorezcan la espontaneidad.
El análisis destaca que no todas las amistades deben cubrir todas las necesidades emocionales. En lugar de esperar que un solo amigo funcione como confidente, compañero de aventuras y fuente de apoyo en situaciones difíciles, conviene diversificar el círculo social y buscar diferentes tipos de respaldo en varias personas. Personalizar las relaciones, según Psychology Today, incrementa el bienestar y disminuye la presión sobre cada vínculo.
Reciprocidad y ritmos distintos en la amistad
La percepción de falta de reciprocidad suele convertirse en un desafío frecuente. Marisa G. Franco relata que, en ocasiones, sintió que algunos amigos no respondían con igual entrega. No obstante, al tomar distancia, notó que esos amigos se acercaban posteriormente. “No es que no quisieran corresponder, sino que estábamos en diferentes tiempos para sentir la necesidad de hacerlo”, afirmó la autora de Psychology Today.
Esta observación pone de relieve que cada persona experimenta las relaciones a su propio ritmo, y que la ausencia de reciprocidad inmediata no implica falta de interés. Al aceptar estos ritmos distintos, disminuyen las tensiones y se previenen malentendidos. Reconocer y respetar las diferencias permite mantener amistades más sanas y evitar rechazos innecesarios.
La pérdida de amistades y un enfoque flexible
La pérdida de amistades a lo largo del tiempo es común. Psychology Today cita investigaciones que indican que “perdemos la mitad de nuestros amigos cada siete años”, lo que evidencia la fragilidad de los lazos y la tendencia a finalizar relaciones ante cambios vitales.
Sin embargo, el análisis sugiere que se puede reducir esta pérdida con una mentalidad más flexible y matizada. En lugar de romper una amistad que se percibe tensa o desalineada, se plantea transformarla, ajustando el nivel de intimidad y redefiniendo las expectativas. Dejar que las amistades evolucionen ayuda a conservar más relaciones en el tiempo y evita rupturas innecesarias.
Reflexión sobre la intimidad óptima
El artículo de Psychology Today concluye invitando a replantear cuál es el nivel de intimidad más saludable en cada amistad. Cuando una relación se percibe desajustada de manera reiterada, la autora propone preguntarse: “¿Qué nivel de intimidad se siente óptimo aquí?”
Este ejercicio no significa renunciar a la cercanía, sino crear la oportunidad de fortalecer los vínculos y promover el bienestar personal mediante relaciones auténticas y adaptadas a las necesidades de cada persona.