Durante siglos, el uso de cosméticos funcionó como una herramienta fundamental para definir estructuras sociales. Tradicionalmente, la aplicación de bases, delineadores y labiales tuvieron la intención de realzar rasgos, modificar la apariencia del rostro o mejorar zonas como el escote.
Sin embargo, frente a quienes buscan compensar inseguridades o incrementar su impacto visual mediante estos productos, surgió un movimiento de reivindicación natural que opta por prescindir de cualquier adorno cosmético.

Para comprender qué subyace en la mente de aquellos que deciden llevar la cara lavada, la doctora Tara Well, del departamento de psicología de la Universidad de Columbia, examinó los mensajes implícitos y las características de este grupo.
Según las investigaciones analizadas, esta elección no es casual, sino que revela facetas específicas de la personalidad y la postura ante la sociedad.
¿Por qué hay gente que no le gusta maquillarse?
Existen múltiples factores que motivan la decisión de no maquillarse, los cuales van más allá de la simple estética. Entre las razones principales identificadas por los expertos se encuentran:
- Prioridad por la salud: una de las motivaciones clave es el deseo de ofrecer un cuidado superior a la dermis. En este caso, la persona prioriza la salud de su piel por encima de la apariencia puramente estética.
- Conveniencia y funcionalidad: para muchos individuos, el proceso de aplicación y el mantenimiento de los cosméticos resulta una tarea agotadora o innecesaria. El rostro al natural se vincula con un estilo de vida más relajado y práctico.
- Cuestionamiento de normas: dado que el maquillaje se utilizó históricamente para cumplir con exigencias sociales, no usarlo puede representar un rechazo activo a esas normas culturales impuestas arbitrariamente.
- El hábito de evitar el maquillaje puede interpretarse psicológicamente como una señal de mayor conformidad y aceptación con la propia imagen.
Funciona también como una forma de protesta explícita contra los estándares de belleza preestablecidos. En última instancia, este enfoque fomenta la autoaceptación y busca desligar el valor de una persona de su apariencia física.
Por Luisa Fernanda Gutierrez Henao
