
Un experimento reciente estableció un nuevo récord de transmisión de electricidad desde el espacio a la Tierra, al lograr enviar 1,1 kW de potencia y superar la marca anterior en este campo.
La empresa Star Catcher Industries, especializada en energía solar espacial, realizó la prueba en el Centro Espacial Kennedy de la NASA, en Florida, utilizando componentes de paneles solares comerciales y una tecnología de transmisión óptica avanzada. Este avance representa un paso relevante hacia el aprovechamiento de energía solar desde el espacio, con potencial para transformar el suministro energético global.
Durante la prueba, Star Catcher Industries transmitió 1,1 kW de potencia, superando el récord previo de 800 W establecido por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa de Estados Unidos (DARPA, por su sigla en inglés) en junio de 2025. La compañía empleó una matriz de paneles solares para alimentar un láser óptico multiespectral, que permitió enviar la energía de forma inalámbrica a otro conjunto de paneles solares.

A diferencia de la tradicional transmisión por microondas, este método utiliza un haz de luz altamente concentrado y optimizado para maximizar la eficiencia en la conversión y recepción de energía.
Cómo funciona esta tecnología
La tecnología desarrollada por Star Catcher Industries se basa en la recolección y concentración de luz solar en órbita, que luego se refina en longitudes de onda específicas para los paneles solares de las naves espaciales.
La energía se transmite de manera inalámbrica a satélites clientes, permitiendo que estos generen entre dos y diez veces más energía bajo demanda, sin requerir modificaciones en su diseño.

En la última prueba, la empresa utilizó varios tipos de paneles solares para validar la versatilidad de su sistema. Aunque la demostración se realizó en tierra, la compañía prevé una prueba orbital para el próximo año.
Más de medio siglo de investigación
El concepto de energía solar espacial fue propuesto en 1968 por el científico Peter Glaser, quien sugirió instalar grandes conjuntos de colectores solares en el espacio y transmitir la energía a la Tierra mediante haces de microondas.
A diferencia de las plantas solares terrestres, esta tecnología permite generar electricidad de manera continua, ya que los satélites pueden orientarse permanentemente hacia el Sol y no dependen de las condiciones climáticas.

En los últimos años, el interés por la energía solar espacial ha aumentado, impulsado por la necesidad de reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Además de Star Catcher Industries y DARPA, China también ha realizado experimentos en este campo.
Las aplicaciones potenciales de la tecnología de Star Catcher Industries incluyen la recarga de otros satélites en el espacio, el suministro de energía a centros de datos orbitales y la alimentación de satélites de fabricación en órbita. La empresa prevé que su sistema pueda contribuir a la creación de una red eléctrica orbital resiliente, capaz de ofrecer energía bajo demanda y mejorar la autonomía de las infraestructuras espaciales.
Andrew Rush, director ejecutivo y cofundador de Star Catcher Industries, subrayó que los resultados de la prueba constituyen un avance relevante para el desarrollo de operaciones de energía solar en el espacio. El éxito alcanzado refuerza la capacidad de la empresa para avanzar hacia una red eléctrica orbital robusta, abriendo nuevas posibilidades para el suministro energético global.
