La inesperada cadena de eventos comenzó con una limpieza doméstica rutinaria en la vivienda de Carolina Francia, ubicada en la calle sexta con carrera 23, un lugar vinculado al tránsito de la caravana presidencial en Colombia.
En febrero del 2025, Carolina desechó lo que asumió eran simples tubos de color verde, sin saber que en realidad se trataba de carcasas de dos lanzagranadas hechizas.
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Estas piezas llamaron la atención cuando un habitante de calle las recogió y las intentó vender. Posteriormente, fueron entregadas a la Policía Nacional, marcando el inicio de una investigación que transformaría la vida de su familia.
El hecho, que inicialmente pareció un incidente menor, desencadenó un operativo de seguridad en la zona. Según detalló Semana, la Policía, junto a equipos de antiexplosivos y el grupo antiterrorista, acordonaron el área y realizaron inspecciones exhaustivas para determinar el origen de los lanzagranadas.
Eventualmente, las autoridades concluyeron que se trataba de carcasas obsoletas, sin capacidad funcional, lo que fue confirmado en un comunicado emitido el 29 de mayo donde se señaló, con claridad, que los objetos encontrados “no son funcionales”.
Sin embargo, cuatro meses después del hallazgo, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, publicó un mensaje en la red social X, anteriormente conocida como Twitter, donde afirmó que las carcasas representaban evidencia de un posible atentado en su contra.
A través de la publicación, Petro expresó: “Que miembros de la Policía hayan ocultado el encuentro de estas armas antitanque, capaces de romper el blindaje de cualquier carro, es quizás más grave que el hecho”. Estas afirmaciones generaron incertidumbre en la opinión pública y provocaron reacciones inmediatas tanto dentro como fuera del ámbito político.
La familia implicada negó cualquier vínculo con un supuesto plan de ataque. Carolina relató al medio que desde el principio los consideró simples desechos sin relación alguna con actividades delictivas.
“Yo dije, es una locura. Es mugre, yo hace mucho tiempo vivo acá, en la sexta con 23, si voy a atentar contra el presidente, ¿voy a botar eso a dos casas? Para mí eso siempre fue mugre”, expresó, subrayando la falta de lógica en las acusaciones y calificando las declaraciones presidenciales como infundadas.
De acuerdo con el medio mencionado, la situación escaló cuando los organismos de inteligencia y la Fiscalía comenzaron a investigar a la familia, pidiéndoles que contrataran abogados y restringiendo su movilidad al advertirles que no podían abandonar la ciudad.
Carolina denunció lo que considera un injusto ataque a su familia, afirmando: “Es un delirio de persecución, diciendo ‘me van a hacer un atentado’. El tipo se inventó una película. Él vive en su mundo, yo no estoy de acuerdo con que venga, nos involucre y nos diga que somos terroristas y que lo vamos a atacar”.
Uno de los puntos que generó más controversia fue la discrepancia en las declaraciones oficiales y la demora en abordar el incidente.
Con respecto a la afirmación presidencial de que las carcasas eran parte de un atentado planificado, Francia cuestionó fuertemente las intenciones detrás de esa interpretación: “Él (presidente Petro) va a sacar excusas de que le vamos a hacer un atentado; a quién se le ocurre, un atentado con unos tubos que para mí son basura. Llevamos siete años viviendo aquí. ¿Cómo saca esa noticia hasta ahorita?” añadió.
El relato también incluye las circunstancias en las que llegaron las carcasas al hogar de Carolina. Según explicó, estas provenían de un tío, un soldado profesional retirado que, lamentablemente, cayó en problemas de consumo de sustancias ilegales, motivo por el cual los desechó. “Lo demás, según Carolina, es invento del presidente”, precisó el informe de Semana.
La controversia continúa afectando la vida diaria de la familia, que ahora enfrenta el presunto estigma de haber sido vinculada con un caso de terrorismo Los vecinos de la zona se han acostumbrado a ver investigadores rondando el barrio, lo que ha intensificado la sensación de hostigamiento.