Durante la sesión de control al Gobierno, el presidente Pedro Sánchez planteó que el acoso laboral en España representa una problemática estructural y sistémica, aludiendo a los datos de una encuesta reciente del Ministerio de Igualdad que señala que una de cada tres mujeres afirma haber vivido situaciones de este tipo en el trabajo. En este contexto, Sánchez defendió la actuación de su Ejecutivo en materia de igualdad, subrayando la importancia de los protocolos antiacoso obligatorios para todas las organizaciones y resaltando que las políticas promovidas buscan proteger los derechos de las mujeres en los ámbitos laboral y social, según informó el medio.
Tal como consignó el medio, la discusión alcanzó un tono elevado cuando el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, cuestionó directamente la gestión de Sánchez frente a los casos de acoso en su entorno cercano. Feijóo empleó como referencia el denominado ‘caso Salazar’, que involucra a un exasesor de Presidencia apartado de sus funciones tras denuncias de acoso sexual. El dirigente popular puso énfasis en que no se trata de un hecho aislado y aludió a la existencia de al menos cuatro situaciones similares, vinculadas al presidente de la Diputación Socialista de Lugo.
Durante el intercambio, Feijóo interpeló a Sánchez sobre los criterios y procedimientos adoptados en la elección de personas como Santos Cerdán, Koldo García y Paco Salazar para puestos de máxima confianza, agregando: “Los eligió a todos porque están hechos a su imagen y semejanza. Usted no es mejor que ellos”. Feijóo recordó que Paco Salazar, quien salió de Moncloa tras las denuncias de acoso, formó parte del círculo de apoyo de Sánchez durante las primarias en Andalucía y que hubo intención de nombrarlo responsable de Organización. Además, criticó la reacción del Gobierno ante esas denuncias, señalando que se habrían calificado como simples rencillas internas y pronunció: “El feminismo no se predica, se practica”. Feijóo elevó el tono al afirmar que a Sánchez le explicaron la lección de feminismo “en los prostíbulos” y lo instó públicamente a “no huir más” con la frase: “su tiempo se ha acabado”.
Frente a las acusaciones lanzadas por la oposición, Sánchez reiteró, según indicó el medio, el compromiso de su Ejecutivo con la igualdad efectiva y la lucha contra la violencia de género. Defendió la obligatoriedad de los protocolos antiacoso, resultado de una ley aprobada durante su mandato, como una respuesta institucional necesaria ante la discriminación y el acoso en el trabajo. Sánchez afirmó que la adopción de estos protocolos es una exigencia para cualquier organización, incluidas las políticas.
La confrontación giró en torno a la coherencia entre discurso y actuación frente a denuncias internas por acoso. Sánchez apuntó hacia el Partido Popular en relación a la gestión de situaciones similares en sus propias filas, solicitando explicaciones sobre las medidas adoptadas ante denuncias en municipios gobernados por el PP en Algeciras y Estepona, así como en el caso Nevenka en Ponferrada. “¿Qué es lo que han hecho ustedes, por ejemplo, con un supuesto caso de acoso en Algeciras, con el Ayuntamiento, el alcalde de Algeciras o el alcalde de Estepona? Lo mismo que hicieron en Ponferrada ante el caso Nevenka. Nada. Ninguna activación del protocolo”, pronunció el jefe del Ejecutivo.
El medio detalló que, en su argumentación, Sánchez también mencionó una “coalición negacionista” entre Feijóo y Santiago Abascal, líder de Vox, y les atribuyó la responsabilidad de obstaculizar políticas de igualdad y restar importancia a la gravedad del acoso laboral. En respuesta, el presidente destacó la aprobación de medidas como el aumento del salario mínimo interprofesional, la actualización de pensiones conforme al Índice de Precios al Consumo, la ley de paridad y el Pacto de Estado contra la Violencia de Género como ejemplos de políticas concretas en favor de las mujeres y grupos más vulnerables.
El debate, según publicó el medio, se desarrolló en un ambiente de acusaciones mutuas e intercambio de reproches por la gestión de escándalos recientes y pasados en ambas formaciones políticas. Feijóo puso en duda la transparencia y la no ocultación de información relevante dentro del entorno del Ejecutivo de Sánchez, y sostuvo que los comportamientos denunciados constituyen parte de una práctica persistente entre los colaboradores más cercanos al presidente.
El intercambio dejó constancia de la profunda distancia entre el enfoque propuesto desde el Gobierno y el cuestionamiento de la oposición sobre la efectividad y autenticidad de las políticas públicas frente al acoso y la discriminación. Además, tanto Sánchez como Feijóo utilizaron ejemplos de casos específicos y referencias a normativas y datos oficiales como argumentos centrales en el debate que marcó la sesión plenaria del Congreso.
