La bahía de Palma ha arrancado hoy la 43ª edición de la Copa del Rey Mapfre de vela con la participación destacada de Felipe VI, que un año más se ha puesto al timón del Aifos, el barco de la Armada Española con el que compite en la clase ORC 0, reservada a las embarcaciones de mayor eslora. El monarca llegaba al Real Club Náutico de Palma poco después de las 10:30 h y, tras saludar a las autoridades y organizar los últimos detalles con la organización, ha sido recibido por el presidente del club, Rafael Gil, antes de dirigirse al pantalán donde le esperaba la tripulación del Aifos.
En un ambiente de expectación y máxima cordialidad, Felipe VI ha saludado a los regatistas y ha posado en el barco con los miembros del equipo, una instantánea que ya se ha convertido en tradición en cada inicio de regata. El Rey también ha dedicado unos minutos a saludar personalmente a las tripulaciones de los otros dos barcos de la Armada que participan este año en la competición, reforzando el vínculo histórico entre la Casa Real y esta cita náutica internacional.
Tras hacer los honores a bordo, el Rey -que se descalzó delante de todos, poniéndose la equipación como uno más de la tripulación- y su equipo soltaron amarras para participar en la primera jornada de regatas, en la que compiten más de 130 equipos de 24 países y más de 1.700 regatistas junto a sus equipos de apoyo. La edición de este año es especialmente significativa no solo por la intensa competencia sino también por la destacada implicación institucional y militar, con varias tripulaciones de la Armada y la presencia, por primera vez, de una tripulación femenina íntegramente militar compitiendo en la Women’s Cup.
La agenda de Felipe VI para esta jornada no concluye en el agua: después de la competición, el jefe del Estado tiene previsto celebrar el tradicional despacho veraniego con el presidente del Gobierno en el Palacio de Marivent, una cita que refuerza el carácter institucional y familiar de la estancia real en Mallorca durante el verano.