MADRID
Fernando Savater (San Sebastián, 1947), escritor y catedrático de filosofía con una sobrada cincuentena de libros publicados, es una de las voces más prominentes del pensamiento español del último medio siglo y acaba de volver a las librerías en su país con Ni más ni menos. Reflexiones sobre política, democracia, populismo y deriva institucional (Ariel), una obra imprescindible para entender la política y el estado de España de hoy. En sus páginas, el autor de obras inolvidables como Ética para Amador y Las preguntas de la vida, reivindica la razón, la libertad y la responsabilidad individual de la vida republicana, y denuncia que “España está presa en las redes de un ególatra apasionado por el poder”.
Claramente desde las primeras páginas nos hace saber las dos razones, una colectiva y otra personal, que lo llevaron a publicar este libro. La primera es Pedro Sánchez, aunque aclara que no pretende trazar una semblanza del Presidente del Gobierno sino “del colectivo de los bichos serviles que le apoyan, le secundan con entusiasmo, le justifican y le ensalzan como representante de eso que antes se llamaba ‘progresismo’”.
En cuanto a la otra circunstancia, mucho tiene de tributo a esta nueva etapa de su vida como articulista. Ni más ni menos recopila sus principales y más leídas reflexiones, publicadas jueves y domingos en el espacio Despierta y lee por The Objective, medio digital que es su casa profesional y su tribuna exclusiva desde que el El País, medio del que Savater fue cofundador, lo expulsara de sus filas en enero 2024 por las críticas del filósofo al rumbo que había tomado el diario.
Encarcelado por el franquismo en Carabanchel, amenazado en su momento por ETA y antiseparatista furioso, hace tiempo que Savater ha tomado distancia de la izquierda, lo que le ha valido ataques, cancelación y acusaciones de ‘facha’ que lo tienen sin cuidado. Del mismo modo que hace caso omiso de quienes lo acusan de haber cambiado de posición. Explica que con la edad que tiene ha cambiado muchas veces. “Me paso la vida leyendo libros, viendo películas, hablando con la gente… Si siguiera pensando lo mismo que a los quince años sería un fenómeno de feria. La persona que piensa cambia de forma de pensar. El que no piensa nada, ese siempre está en el mismo lugar”. “Como todos los jóvenes de mi época creíamos que si uno no era franquista, pues era de izquierdas -ha dicho-. Era lo natural, o lo decente. Poco a poco hemos ido conociendo los mecanismos de la izquierda, que puede ser también ETA o Stalin. Y lógicamente uno se va dando cuenta de que la izquierda no es trigo limpio”. Hoy no niega su apoyo al PP (Partido Popular). “De allí saldrá el futuro político de España”, dice en el epílogo.
La dedicatoria de su nuevo libro no deja dudas, por otra parte. “A Isabel y Cayetana, guerreras de la luz… como lo fuiste tú, amor mío”. Una clara alusión a Díaz Ayuso, Presidenta de la Comunidad de Madrid, y a la diputada Alvarez de Toledo, su “admirada” y presentadora del libro junto al filósofo José Luis Pardo y a Alvaro Nieto, director de The Objective. Tras elogiar su “inteligencia, capacidad mental y valentía”, la diputada popular definió Ni más ni menos como “una obra de combate en una época en la que el populismo hace ruido y genera furia en la población.”
El último tercio de la dedicatoria no lleva nombre, y ni falta hace. Se refiere a su gran amor Sara Torres Manero, su esposa durante 35 años, que murió en 2015. Una partida que lo sumió en una depresión que casi lo lleva al suicidio, calvario que Savater relató en “La Peor Parte. Memorias de un amor” (2019). En una entrevista que concedió a El Español confesó que decidió vivir y escribir ese libro para que nadie pudiera lamentar no haberla conocido. En 2022 volvió a apostar al amor y formó pareja con Karen de Juan, con quien vive actualmente.
Aunque él ha dicho que le queda poco tiempo en el reloj, su prosa punzante y lúcida emerge en este libro con la energía de un gladiador que sale a la arena en un circo romano, por usar la imagen que usó Pardo cuando se presentó el libro en la señorial Fundación Ortega-Marañón de Madrid, poco tiempo atrás. “Tiene el poder de acertar: dice lo que otros piensan pero no se atreven a decir”, apuntó Pardo.
-En esa presentación dijo que frente a los matones no hay nada peor que sentarse…
-Es que en España tenemos que combatir al Gobierno, a Pedro Sánchez, que es el peor presidente que hemos tenido desde que empezó la democracia. Y también a los apoyos que tiene para mantenerse en el poder. Como no tienen mayoría tienen que apoyarse en los separatistas, algunos herederos de la violencia de ETA… Los separatistas catalanes con todas sus imposiciones, exclusión del castellano en las escuelas, y todo lo que se sabe. Son aliados por necesidad. Bien se sabe que previamente Pedro Sánchez había dicho que no se iba a reunir con Podemos, que no se iba a reunir con Bildu, etc. Y sin embargo, se ha reunido con todos ellos porque no tiene más remedio.
-Todo sea para continuar en el poder…
-Claro, y porque si no, no puede sacar adelante unos presupuestos, y la mayoría de las leyes se las tumban en el Parlamento, y tal, pero él sigue en La Moncloa, que es de lo que se trata.
-¿Esto de borrar con la izquierda lo firmado por la derecha no será un signo de los tiempos?
-Mire, al menos en Europa, que es donde conozco más de cerca, no hay ningún gobierno como el español, ningún gobierno como el de Pedro Sánchez. No hay ningún presidente apoyado en los enemigos del país y no hay ningún presidente del gobierno que les haya otorgado tantas prebendas, ha modificado el código penal en su beneficio, se ha enfrentado a los jueces y a los fiscales que no le obedecen, a los medios de comunicación desafectos, llegando a arrinconar a la propia monarquía. No ocurre en ningún otro país europeo. Antonio Elorza (historiador español y columnista), que ha sido un poco el maestro del pensamiento político de muchos de nosotros, publicó hace poco en The Objective un artículo titulado “El dictador”. Y es una explicación de cómo hay dictaduras que nacen dentro de la piel de una democracia pero luego van virando, un fenómeno que no es nuevo. Proviene, como cuenta, de la antigua Roma, con emperadores que acabaron con el planteamiento republicano, con Augusto especialmente, y convirtieron la república en otra cosa. Y yo creo que efectivamente en España hay una estructura exterior democrática que se mantiene, pero dentro ha crecido una autocracia, un autoritarismo y una colonización de las instituciones por un sectarismo particular,
-¿Que mantiene tan firme a Pedro Sanchez?
-Bueno, es que él tiene una… caradura impresionante. Puede negar una cosa el lunes, afirmarla el martes, desmentirla otra vez el miércoles. Esta es una cualidad que hay que tener. No todo el mundo puede. Y gracias a eso se mantiene en el poder, aunque sea de manera muy precaria y sufriendo constantes revolcones. Ahora mismo el caso del fiscal general del Estado (NdelaR: se refiere Alvaro García Ortiz – quien renunció este lunes 24 de noviembre–, condenado por el Tribunal Supremo de España a dos años de inhabilitación por el delito de revelación de secretos en el caso de la pareja de Isabel Diaz Ayuso, Presidenta de la comunidad de Madrid). Lo han condenado después de que Pedro Sánchez, en una entrevista a su periódico acólito de cabecera, que es El País, afirmara rotundamente que, vamos, no había absolutamente nada en contra del fiscal. Es un escándalo.
-Lamentablemente a los argentinos actitudes como estas no nos asombran tanto…
-Es verdad que se han dado casos, malos ejemplos siempre hay, pero en Europa hoy por hoy es único. Ni siquiera creo que haya fuera de Europa muchos parecidos. Quizá la figura de Trump, que es también bastante pintoresco y capaz también de hacer cosas que, en fin, sorprenden a propios y extraños. Pero ni siquiera creo que pueda compararse, porque de vez en cuando, Trump hace alguna cosa que está bien. Éste, nunca.
-¿Y entonces?
– Bueno, el problema es que hasta el 27 no tocan elecciones. La esperanza que hemos tenido todos es que se adelantaran las elecciones y que tuviera que ponerse otra vez en el patíbulo de la opinión popular, pero claro, obligatoriamente no tiene elecciones hasta el 2027 y, como sabe que va a perder, no tiene ningún interés en adelantarlas.
-¿Va a perder?
-A pesar de que el CIS (una encuestadora), que dirige su acólito Tezanos, siempre le da ganador y dice que lleva diez puntos por delante, o veinte, no se lo cree ni él. Por eso no convoca elecciones .
-¿Cree que el PP debería aliarse con Vox en esta coyuntura de la que hablamos?
-Bueno, yo creo que es imprescindible que de una forma o de otra, aunque gobierne el PP y se abstenga con apoyos puntuales como Vox, es imprescindible que la derecha se junte, si queremos librarnos alguna vez de la pesadilla izquierdista que tenemos ahora.
-Pero no es una alianza fácil. La izquierda la agita como bandera contra el PP…
–Es que en España hay una superstición política muy acendrada y es una herencia franquista, justo ahora que se cumplen 50 años de la muerte de Franco. Y esa superstición es el miedo, el odio, la repulsa a lo que llaman la extrema derecha, que no es más que la derecha, en cualquier caso. “Ay, que viene la derecha” es la única justificación que ha sabido dar Pedro Sánchez para su forma de gobierno. Es yo o la derecha, o la extrema derecha, porque ahora ya no hay más que extrema derecha. Pero la gente tiene esa superstición aunque no sepa cómo va a gobernar la derecha ni qué va a hacer la derecha, pero el horror ante la idea de que gobierne la derecha es suficiente para que mantengan a Sánchez en La Moncloa.
– ¿Tiene la izquierda acá una cucarda de prestigio?
-En España, seguro. Tiene una especie de escapulario. Se pone el escapulario y ya, cualquier cosa que haga está bien solo porque es de izquierda. En este país todavía hay que dar explicaciones por ser derechas y en cambio uno puede ser de izquierda y siempre quedará bien. No importa si son las ideas más absurdas o disparatadas. Si son de izquierdas ya no hay más nada que decir. Una de las desgracias que tenemos es la preferencia por la izquierda a como dé lugar.
-Nueva York tiene ahora un alcalde de izquierda y musulmán…
–Sí, Nueva York tiene ahora un alcalde que es socialista e islamista. Es decir, tiene lo peor de lo político y lo peor de lo religioso. Pero, pero en Nueva York la gente rica, la gente pudiente, gusta de mostrar posturas progresistas y por lo tanto son de izquierdas. Es decir, van a hacer todo mal. Y eso ocurre también en países europeos. El miedo a la islamofobia y tal. La islamofobia es el miedo a un islam que es igual a una politica antidemocrática allá donde se ejerce. No hay países islámicos democráticos. No existe eso ni acá ni en ninguna parte. Pero la izquierda eso no lo ve. Recuerdo que cuando llegó Giorgia Meloni al poder en Italia, todo el mundo se llevó las manos a la cabeza como si eso fuera ya el final de la democracia italiana. Y resulta que ha resultado ser una gobernante que ahora es la envidia de la mayoría de los países europeos.
–¿Se ha vuelto reaccionaria la izquierda?
-Todo lo que sea decir “Nunca gobernaran los de derechas sobre los de izquierdas” es exactamente lo contrario de la democracia. Esta idea de que hay que evitar que gane la derecha es radicalmente antidemocrática, porque la democracia es que haya derecha y que haya izquierda y que haya centro, claro. Es un disparate plantear como base de la democracia que la mitad de los españoles no pueda tener representación. La democracia es alternancia en el poder, leyes liberales, respeto hacia el contrario… Todo lo que se convierta en un gobierno que no respeta al adversario no es democracia. Ahora que asustan con el regreso del franquismo o la extrema derecha, a 50 años de la muerte de Franco, yo digo que los que están resucitando a Franco no son precisamente los franquistas, son los antifranquistas que han venido después. Si se quiere acabar con lo que fue el franquismo, con lo primero que hay que terminar es con el autoritarismo, el sectarismo de partido, el colonialismo de las instituciones por adictos que no existen. Eso es lo que queda del franquismo.
-Dicho todo esto, ¿cómo ve el futuro de España?
-Ahora hay que volver a reconquistar la situación. Yo creo que lo conseguiremos. Vamos, no sé si lo veré yo, porque los viejos estamos un poco dificultados para esperar tanto tiempo, pero creo que en dos, tres años volveremos a tener un gobierno normal. Pero lo peor del sanchismo será lo que venga después, cuando sus leyes sigan vigentes. Nos ha acostumbrado a hacer concesiones permanentes al separatismo, y quitarnos todo eso de encima va a ser difícil. Esto no se acaba de un día para otro. Sobre todo porque no todo el mundo
habla de ello o se atreve a hablar de ello con una cierta claridad. Una tarea muy complicada para Feijóo. Un poco de motosierra hará falta para limpiar lo que queda.
-¿Cree que tiene posibilidades para la presidencia Alberto Nuñez Feijo?.
-Afortunadamente creo que hay alternativa en manos de Nuñez Feijóo. Uno puede ser pesimista, pero tan pesimista como para pensar que nunca vamos a cambiar el Gobierno eso es ser demasiado pesimista. Pero vea, todo puede empeorar siempre. No hay situación tan mala que no pueda empeorar, pero creo que necesitamos un cambio que nos saque de los errores y las vergüenzas que nos está dando Sanchez, y pasemos a un status donde no haya esos vicios.
-En el 2023 las elecciones autonómicas parecieron indicar que arrasaría el PP, pero en las de julio de ese año…
-Pensábamos que iba a perder Pedro Sanchez y perdió, porque sacó menos votos que el PP, y por eso ha tenido que aliarse con una serie de indeseables políticos. Por eso lo chantajean separatistas, ex terroristas… Porque depende de ellos. Si uno tuviera un gobierno sólido y mayoritario no necesitaría esos apoyos.
-¿Qué posición debería asumir el PP?
-Dejar de tratar de caerle bien al Partido Socialista. Parece que hay una necesidad de que la derecha haga cosas que caigan bien a la izquierda y es un error. La izquierda está equivocada en casi todo. El PP tiene que caerle bien al país y a lo que necesita España. Esperemos que siga creciendo. Tiene visos de ser la fuerza mayoritaria en el país.
– En el epílogo dice que aspira a una España que combine las ventajas del liberalismo con los necesarios toques de la socialdemocracia, ¿lo cree posible?
-Sí, sí, es posible porque lo hemos tenido en otros momentos. A partir del ‘78 ha habido en España momentos buenos, como la Transición, el Pacto de la Moncloa… Con defectos, con problemas, pero muy bien. Felipe González, Aznar, etcétera, eran otro tipo de gobernantes, mantenían el país unido a pesar de que estaba la plaga del separatismo y sobre todo el separatismo violento, que es permanente en España desde el siglo XIX, con los carlistas. Los enemigos de la democracia en España han sido el carlismo, los catalanes y los vascos, no hay otra cosa.
-Usted se enciende con el separatismo, pero no es un tema presente en las conversaciones de la gente.
-El tema es de una gravedad inusitada, pero la gente no lo advierte. Yo comprendo también que no todo el mundo va a amargarse la vida día y noche con esas cosas, pero hay que saber que el separatismo es el mal de España desde el siglo XIX, no solo actualmente. El nacionalismo separatista. O sea, zonas de España que han sido las más privilegiadas y las más apoyadas por el Estado, como Cataluña o el País Vasco, que se convierten en enemigos del país. Entonces, lo que pasa es que eso es siempre una minoría, porque en el fondo los nacionalistas son siempre una minoría, ¿no? A pesar de que hagan mucho ruido, no se les puede creer. Más aquí. Amigos y gente en general en el extranjero piensan que en España todo el mundo es separatista, y no es cierto. Son una minoría. Lo que pasa es que, claro, de pronto han encontrado un gobierno también minoritario que para seguir en el poder se apoya en los separatistas, o sea que para mantenerse en el Gobierno de España se apoya en los que quieren destruir la unidad de España.
-¿Qué cree que debería hacer el gobierno que suceda a Sanchez con el tema del separatismo?
-Bueno, el separatismo, como es muy claro, está fuera de toda la constitución española y significa la destrucción del país. A los separatistas hay que combatirles ideológicamente y, si insisten en llevar a la práctica su idea, meterlos en la cárcel.
-Dedica el libro a Isabel y Cayetana, guerreras de la luz… ¿Qué opina de Diaz Ayuso?
-Isabel tiene el apoyo incondicional de la mayoría de los madrileños y creo también que es la política que tiene más apoyo en toda España. No soy original apoyándola.
-¿Cree, como algunos dicen, que la democracia está agotada como sistema y que se ha quedado sin respuestas?
-No, no, no. Hay una tendencia general para llamar la atención y salir en los titulares de los periódicos. Es como los que dicen: “Ha muerto la novela, ha muerto el cine, ha muerto el arte, ha muerto la democracia”. Bueno, la mayoría de las veces son simplemente ganas de llamar la atención. Pero admito que la democracia en España ha retrocedido. Nunca creí que iba a vivir una degradación de la democracia como la que tenemos ahora en España. Eso, francamente, nunca lo creí.
-¿Qué le reclama usted al ciudadano frente a esta situación?
-Bueno, el ciudadano es el responsable de la democracia. La diferencia esencial de la democracia respecto a otros regímenes políticos es que en democracia la culpa de lo que ocurre en el país la tienen los ciudadanos, no las fuerzas exteriores.
Yo he vivido treinta años de mi vida en una dictadura explícita como fue el franquismo y ahí la gente hacía su vida, se había acomodado con Franco, era lo que había, lo que tocaba, estaba ahí y ya está. La gente se dedicaba a sus cosas y a esperar a ver si en fin, el maná del cielo o la biología, que es una cosa que acabó al final con el dictador, obraba el milagro. Lo demás no tenía importancia. Sabíamos que el responsable de lo que ocurría en España era Franco, no los demás. Ahora hay otra vez que dice: “Bueno, yo me dedico a lo mío y ya. Pero ya no estamos en el franquismo. A partir de que hay una democracia, los responsables de lo que ocurre en el país son los ciudadanos. Frente a los matones, no hay nada peor que sentarse. El ciudadano tiene que acostumbrarse a que no es parte de un rebaño, sino parte de un país, de una asamblea en la que se toman decisiones en las que él tiene que participar, que tiene que informarse bien y defender la democracia con valentía.
-Pero en la práctica no todos lo asumen…
–Y claro, es más descansado, más cómodo y más sencillo vivir en una dictadura que en una democracia, porque la democracia exige más a los ciudadanos.
-Sin embargo muchas veces el ego de los políticos dificulta y entorpece los procesos republicanos.
–Pues es verdad que están los excesos psicológicos del ego y de la vanidad, pero los políticos tienen esos defectos porque se parecen a los ciudadanos que los eligen. O sea, lo peor que tienen los políticos es que se parecen mucho a los ciudadanos que les han elegido.
-Un problema grande…
– Claro, pero como no vamos a enmendar a la raza humana porque parece que lleva mucho tiempo siendo tal como es, pues vamos a intentar mejorarla, en la medida de lo posible, a base de educación, a base de unas leyes acertadas. Esto es lo que hay que intentar hacer. Es decir, imitar a los mejores y huir de los ejemplos de los peores.
-Decía antes ‘tomar el ejemplo de los mejores’¿En qué países piensa?
-Los países que practican y persiguen un ideal democrático. Los países grandes, los nórdicos. Países como Francia o Inglaterra, pues, en fin, y algunos de los países nórdicos europeos son lo más parecido a algo que funciona bien dentro del contexto del mundo actual, Pero claro, también con muchos problemas, en fin, la inmigración, etcétera. Porque hoy el mundo es mucho más un conjunto que países totalmente aislados. Hoy no hay países que se salven de los problemas porque dependen unos de otros.
-¿Coincide con los que alertan sobre el peligro del islamismo para Europa?
-Sí, el islamismo por supuesto que es un peligro. Es el mayor peligro que hay en este momento desde el punto de vista del terrorismo. Además es una amenaza porque los grupos izquierdistas, que ya no tienen más sustancia política, se apoyan en buena medida en el islamismo. El islamismo es la alternativa al cristianismo. El cristianismo y, sobre todo, el catolicismo, han sido la base moral de la democracia. El fundamento moral de la democracia son los católicos y los cristianos. En cambio, la izquierda, que siempre ha luchado contra la democracia, que siempre ha sido antidemócrata, ahora busca en el islamismo una especie de totalitarismo inverso. Y por supuesto que es un peligro.
-¿Qué fue lo que más le dolió al dejar el diario El País?
–Lo que me resultó muy doloroso fue ver un periódico en el que yo había trabajado cuarenta años convertido en una piltrafa al servicio del peor gobierno que hemos tenido en España. Y desde que me fui ha seguido empeorando cayendo más bajo y más bajo. Es doloroso, pero bueno. Uno no puede inmolarse solamente por continuar en un medio de expresión. Sí me he llevado una gran decepción con muchos amigos, con muchas personas a las que yo quería, respetaba y que he visto que no merecían ni cariño ni respeto. Después de ver la evolución que ha tenido ese medio , ahora me dolería estar. Colaborar en un medio no quiere decir que tengas que compartir las ideas de todos los demás porque los medios son plurales, pero lo que es intolerable para uno mismo es que te de verguenza lo que publican otros cerca de un articulo tuyo.
-¿Que significa hoy The Objective en su vida?
-Bueno, es mi lugar de expresión y también, pues, el sitio en que me gano la vida. No solo es muy importante para mí, es uno de los mejores medios de comunicación que hay en Europa en este momento. Y la gente que escribe allí es lo mejor de aquello que fue de El País.
-¿Hay algo que le quita el sueño hoy por hoy?
-No, no, ya no, a mi edad… Bueno, lo único son a veces algunos problemillas de salud o en fin, la enfermedad y esas cosas. Estoy, estoy regular, bien a ratos, pero tengo mis averías de vez en cuando. Me gustaría hacer más por la democracia pero ya no me queda tiempo en el reloj. Lo demás no me quita el sueño.
-La tercera parte de la dedicatoria dice “como tú, amor mío”. Intuyo que se refiere a Sara.
-Sí, me refiero a Sara. Para mí, en primer lugar, mi mujer sigue siendo siempre Sara, porque es un amor que sé que no volveré a tener porque no creo que el corazón de para dos de esos.
-En uno de sus podcast de Sostiene Savater, espacio que usted comparte con Andreu Jaume, dice que durante la enfermedad de ella pensaba que no la sobreviviría y eso lo aliviaba.
-Sí, pero aunque no lo creía, la he sobrevivido y ya se han cumplido diez años que vivo sin ella, con esa ausencia letal. Pero la sorpresa ha sido que uno no se muere de pena. Vive de pena. La pena te hace vivir. Porque uno puede haber perdido el deseo de vivir pero no tener ningunas ganas de morirse por mucho que haya significado eso que ha uno perdido. Y la vida sigue y sigue plenamente, como necesidades, como ganas, como deseos, y hasta como una forma mitigada de esperanzas. He conocido algo que es lo que da sentido a la vida, lo que hace que en vez de vivir para algo vivamos para alguien.

UN PENSADOR A TIEMPO COMPLETO
PERFIL: Fernando Savater
Escritor, filósofo y profesor de filosofía durante más de treinta años, Fernando Savater nació en junio de 1947 en San Sebastián, España.
Ha escrito más de cincuenta obras, entre ensayos filosóficos y literarios, narraciones y piezas teatrales.Entre ellos se cuentan Apología del sofista (1973), Contra las patrias (1984) y Ética para Amador (1991), dedicado a su hijo y que fue un éxito de librerías.
Ha formado parte de varios movimientos cívicos de lucha contra la violencia terrorista en el País Vasco, entre ellos ¡Basta Ya!
Entre los galardones que ha obtenido a lo largo de su carrera se cuentan el Premio per la Cultura Mediterránea en 2014, el Premio Internacional Eulalio Ferrer en 2015 y el Premio Taurino Ciudad de Sevilla en 2019.
