El rechazo del Senado al proyecto de ley de ficha limpia agudizó la tensión entre el gobierno de Javier Milei y Pro, la fuerza que lidera Mauricio Macri y uno de los aliados naturales de La Libertad Avanza en el Congreso.
Anoche, los máximos referentes de Pro se mostraron sorprendidos por el giro de los senadores misioneros, Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, quienes responden al exgobernador Carlos Rovira, uno de los caciques provinciales que suelen cooperar con la Casa Rosada, e impidieron así que se reuniera la mayoría absoluta que exigía la ley.
Quienes dialogaron con Macri en las últimas horas lo notaron molesto con la fallida votación. En el entorno del expresidente sospechan que el gobierno de Milei operó de manera subterránea y tejió un pacto con Rovira para que sus senadores Arce y Rojas Decut, quienes habían anticipado que apoyarían el proyecto, que ya tenía media sanción de Diputados, cambiaran su voto.
El macrismo esperaba utilizar la sanción de la ley de ficha limpia en el tramo final de la campaña rumbo a las elecciones porteñas del 18 de mayo, en las que Pro y LLA protagonizarán un duelo aparte. “Esto fue un acuerdo del gobierno con Rovira, aunque es muy difícil obtener las pruebas”, señaló uno de los dirigentes leales a Macri.
El expresidente buscó interiorizarse sobre el desenlace de la votación apenas se reflejó el resultado en el tablero del Senado. Fue 36 votos a favor y 35 en contra. Al implicar una reforma de naturaleza electoral, requería una mayoría absoluta de 37 votos. “Estaba muy caliente, la ficha limpia nos venía bien para la campaña en la ciudad”, asegura uno de los macristas paladar negro.
La semana pasada, Macri había lanzado acusaciones sobre falta de transparencia en la gestión de Milei al insistir en que no mejoró en el ranking de corrupción. Sus consejeros le recordaron que Rovira “nunca tuvo una buena relación” con Cristina Kirchner y que el quiebre se produjo en 2006, cuando se frustró el proyecto vinculado a la reelección indefinida. Desde ese momento, presumen en el macrismo, Maurice Closs, exgobernador de Misiones, y Sergio Massa fueron el nexo de Rovira con el kirchnerismo.
A su vez, los macristas resaltan que los senadores misioneros venían votando en línea con los intereses de la Casa Rosada, sobre todo, en los asuntos más sensibles como el caso $Libra o los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla. Les resultó curioso que las milicias digitales de LLA hubieran salido de inmediato a agitar a las bases de votantes libertarios con un mensaje en clave electoral (kirchnerismo o libertad). “¿Por qué dieron quórum los misioneros y después cambiaron el voto? Esa es la clave», interpretan allegados a Macri.
El Pro usará la derrota
Pese a la derrota, el jefe de Pro interpretó que podrán usufructuar en las urnas la caída de la ficha limpia y el supuesto pacto del Gobierno para mantener a Cristina Kirchner en la cancha electoral en la recta final de la campaña porteña. “Es una oportunidad”, admiten. Es que son días en que el macrismo redobla sus esfuerzos para elevar el nivel de conocimiento de Lospennato y diferenciar a Horacio Rodríguez Larreta de la marca de Pro.
De hecho, los estrategas de Pro convocaron esta mañana a una conferencia de prensa en la sede partidaria de Balcarce 412. Lospennato, cabeza de lista del macrismo en la ciudad y rival de Manuel Adorni, fue elegida para fijar la posición de los postulantes del oficialismo porteño. Anoche, en diálogo con el canal Todo Noticias, Lospennato sembró sospechas sobre la actitud de los senadores de Misiones y denunció un pacto de impunidad.
“Representan a la provincia que recibió más Adelantos del Tesoro Nacional durante el año. Supongo que ahora tendrán alguna penalización y no tendrán más adelantos. Traicionar al Gobierno debe ser jorobado”, soltó, con tono irónico. Minutos antes, sugirió que los responsables de que la ley se cayera eran aquellos que preferían tener a Cristina Kirchner “en la cancha” electoral para confrontar en la campaña.
Desde LLA desestimaron esas acusaciones y afirmaron que Lospennato busca sumar votos. El vocero presidencial, Manuel Adorni, que compite con Lospennato en la ciudad, dijo incluso que iba a tener que “pedir disculpas” por haberlos acusado.
“Está muy indignada. Era un tema crucial”, aseguran cerca de la diputada. En el búnker macrista, donde siguen los consejos del consultor catalán Antoni Gutiérrez-Rubí, se jactan de que Pro puede capitalizar los errores no forzados de Milei y estimular una transferencia o migración de votos del sello de LLA a la boleta de Lospennato. “El Gobierno padece el síndrome de hubris: lo que los llevó a ganar los va a hacer perder”, se entusiasman.
En Pro hicieron públicas distintas lecturas. Por caso, Cristian Ritondo, jefe de bloque de Pro en Diputado y uno de los acuerdistas amarillos que trabaja para confluir con LLA en Buenos Aires, recordó que Rovira era un viejo aliado del kirchnerismo. Consultado sobre si creía que había un pacto del Gobierno para que se cayera ficha limpia, remarcó: “No me consta. Rovira tenía admiración por Cristina”.
Entre tanto, el kirchnerismo celebró la caída de la ley: le hubiera impedido a Cristina Kirchner ser candidata a un cargo nacional por la doble condena con la que ya carga por graves hechos de corrupción.