
La teniente fiscal del Tribunal Supremo (TS), María Ángeles Sánchez Conde, ha solicitado este jueves al alto tribunal que ordene a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que devuelva a la Fiscalía o destruya la copia de la información que obtuvo en los registros de los despachos del fiscal general y la jefa provincial de Madrid.
Así lo ha señalado en el informe final del juicio que se celebra en el TS contra Álvaro García Ortiz por una presunta revelación de secretos contra Alberto González Amador –novio de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso–, por la que podría ser condenado a hasta 6 años de cárcel y 12 de inhabilitación, además de a un desembolso de más de 400.000 euros.
La ‘número dos’ de la Fiscalía se ha referido a la información que obtuvieron los agentes de la UCO que el 30 de octubre de 2024 registraron los despachos de García Ortiz y Pilar Rodríguez, entonces imputada y que finalmente fue exonerada.
Los uniformados detallaron que, del registro en el despacho de García Ortiz, solo se llevaron una copia; mientras que del de Rodríguez salieron dos, una que permanece custodiada en el Supremo y otra sobre la que trabajaron.
Asimismo, expusieron que se volcó toda la información que encontraron en los dispositivos electrónicos –entre teléfonos móviles, ordenadores y cuentas de ‘email’– sin respetar el límite temporal marcado por el magistrado instructor, que iba del 8 de marzo al 30 de octubre de ese año, porque -recalcaron– era imposible técnicamente.
No obstante, matizaron que durante el análisis de la información solo usaron la que estaba incluida en el ámbito temporal que el juez del Supremo terminó fijando entre el 8 y el 14 de mazo de 2024.
«Esta Fiscalía está muy preocupada por el uso de la información que se ha obtenido, sobre todo del despacho de la fiscal jefe Provincial de Madrid, en la que se hizo una segunda copia, que está en posesión de la UCO», ha dicho Sánchez Conde.
Por ello, ha pedido al Supremo que «ordene el reintegro de esa información, o bien a la Fiscalía, o bien ordene su destrucción».
