Los centavos de la serie conocida como “Flying Eagle” se convirtieron en piezas de alto valor para los coleccionistas. En especial, la versión con el detalle “Large Letters” de 1858 es una de las más escasas y codiciadas en el mercado numismático, con ejemplares que pueden alcanzar los US$45.000 según su conservación y certificación.
El origen del centavo Flying Eagle y su rareza en el mercado
El Flying Eagle formó parte de una breve serie emitida entre los años 1856 y 1858 por la Casa de la Moneda de Filadelfia. Se trató de una de las primeras monedas pequeñas de un centavo fabricadas con una aleación de cobre y níquel.
Aunque su tirada fue limitada, este modelo se consideró un punto de inflexión en la historia de la acuñación estadounidense, ya que marcó la transición de los grandes centavos de cobre a formatos más pequeños y prácticos. Su diseño estuvo a cargo de James Barton Longacre, quien representó en el anverso a un águila en pleno vuelo, lo que le dio nombre a la serie.
Entre las distintas versiones emitidas, el Flying Eagle de 1858 con la variedad “Large Letters” (letras grandes) se distingue por la forma en que las letras “A” y “M” de la palabra “AMERICA” se unen en la base, a diferencia de la variedad de letras pequeñas donde permanecen separadas. Este detalle tipográfico es uno de los principales indicadores de autenticidad y valor para los coleccionistas.
Cómo identificar el centavo de 1858 de Letras Grandes
El detalle que distingue al Flying Eagle “Large Letters” es visible a simple vista y se deben observar los siguientes detalles de su diseño:
- Año: 1858.
- Ceca: la Casa de la Moneda de Filadelfia (sin marca de ceca).
- Diseñador: James Barton Longacre.
- Diámetro: 19,00 milímetros.
- Peso: 4,70 gramos.
- Metal: 88% cobre, 12% níquel.
- Anverso: muestra un águila con las alas extendidas en pleno vuelo ubicada en el centro de la pieza. La inscripción “UNITED STATES OF AMERICA” se ubica en la periferia superior. La fecha “1858″ está centrada en la parte inferior.
- Reverso: lleva la denominación de “ONE CENT”, rodeada por una corona con una cinta atada en el centro inferior.
- “Large Letters”: las letras “A” y “M” de “AMERICA”, en la inscripción del anverso, están unidas por la base. Además, la “A” se aproxima a la cola del águila.
- Condición Proof: estas piezas muestran una definición precisa en el águila, con líneas nítidas en las plumas y una inscripción uniforme en el borde superior. El contraste entre los campos espejados y los relieves satinados permiten una apreciación más clara del diseño.
De acuerdo con los registros del Servicio Profesional de Clasificación de Monedas (PCGS, por sus siglas en inglés), la variedad Proof de “Large Letters” se produjo en cantidades reducidas durante 1858. Estas monedas fueron acuñadas como parte de los juegos de prueba, piezas elaboradas con un proceso de pulido especial que otorga un acabado espejo al fondo y un relieve mate a los detalles del diseño.
Los expertos estiman que se fabricaron alrededor de 100 ejemplares, de los cuales hoy se calcula que sobreviven menos de 50 piezas en distintos grados de conservación. La acuñación fue tan limitada que estos centavos rara vez aparecen en el mercado abierto, y cuando lo hacen, alcanzan valores significativos en casas de subastas especializadas.
Cuánto vale el centavo Flying Eagle
El precio de un centavo Flying Eagle de 1858 “Large Letters” depende principalmente de su estado de conservación y de su grado de certificación. Las piezas calificadas como Proof (Prueba) son las más valiosas, ya que fueron acuñadas mediante un proceso artesanal con troqueles y planchas pulidos a mano.
Una moneda de este tipo en condición PR66 alcanzó una cotización de US$44.650 en una subasta de Heritage Auctions, lo que la posiciona entre las más cotizadas de su tipo. Según las estimaciones actuales de la guía de tasación de PCGS, ejemplares en estados superiores podrían superar los US$45.000, esto depende del atractivo visual, el color del metal y la integridad de los campos.
Los coleccionistas más experimentados valoran especialmente las piezas que conservan su brillo original, sin señales de desgaste ni alteraciones superficiales. En el caso del Flying Eagle de Letras Grandes, las superficies suelen presentar tonalidades que van del rojo cobre al lila, con reflejos que intensifican su apariencia bajo la luz directa.