A principios de año, en medio de una serie de anuncios que hizo el Gobierno con respecto a la baja temporal de las retenciones a los cultivos agrícolas también se anunció la eliminación de los derechos de exportación de los cueros bovinos. De hecho, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, festejó la medida en las redes sociales. No obstante, ahora el ministro de Economía, Luis Caputo, realizó un ajuste.
Caputo formalizó la derogación de la Resolución 537/1992 del entonces Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos y sus modificatorias del gobierno de Carlos Menem. Esta normativa desde hace más de tres décadas aplicaba un sistema de derechos de exportación sobre los cueros bovinos con una compleja fórmula basada en el valor de Chicago.
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La derogación fue adoptada mediante la Resolución 727/2025 del Ministerio de Economía. Semanas atrás, en la industria exportadora de cueros señalaron a LA NACION que la decisión ya tomada en enero último no mejoró el panorama y que el mercado internacional sigue deprimido. Con esta nueva resolución, explicaron en la industria, se da de baja de manera formal la mencionada “fórmula de Chicago”. Algunos creen que a fin de junio se establecería un derecho de exportación mínimo, pero ya sin la fórmula de aplicación.
La decisión de Caputo elimina un esquema que fijaba una fórmula para calcular el valor imponible por pieza, conocido en el sector como la “fórmula de Chicago”, y que estaba vigente, pese a que en enero de este año se había fijado en 0% la alícuota del derecho de exportación para cueros, según el Decreto 38/2025.
Según el texto oficial, la medida apunta a “fortalecer el impulso exportador”, fomentar la competitividad, simplificar regulaciones y alinear la producción de cueros con el resto de los productos agroindustriales. Por otra parte, también se enmarca en el Decreto 70/2023, que limita al Poder Ejecutivo en su capacidad de imponer restricciones al comercio exterior.
En ese contexto, la cartera económica justificó la resolución con un dato contundente: el sector representa exportaciones por unos US$400 millones anuales. Según datos del propio sector, en términos de volumen equivale a 450.000 cueros por mes.
En este sector exportador la lectura de esta medida es más escéptica. Fuentes del rubro señalaron a LA NACION que, si bien el derecho de exportación se eliminó hace meses, “no ayudó demasiado” a la industria. El motivo fue que los precios de los cueros subieron en el mercado local, mientras que en el externo bajaron, lo que, según advierten, “complica bastante la situación”.
“El negocio del cuero no está pasando por un buen momento debido a la coyuntura mundial. Ahora se está trabajando para que los precios vuelvan a niveles anteriores y así poder seguir exportando de manera viable”, aseguraron.
En la misma línea denunciaron que frigoríficos y compradores extranjeros intentaron capturar parte del margen liberado por la eliminación del impuesto: “Los frigoríficos pretenden quedarse con parte del derecho que sacaron y los clientes del exterior también”, dijeron en su momento a este medio, lo que habría presionado aún más los precios.
A esto se suma otro factor importante que golpea a la industria: la caída en la faena. “Lo que vemos es un mercado externo muy flojo para el consumo de cuero los próximos meses”, advirtieron. El impacto no se limita a los exportadores de cueros salados, sino que también afecta a las curtiembres locales, que hoy enfrentan una baja en la demanda de sus productos terminados.