PARÍS.– Inmigración, Sahara Occidental, arresto de influencers, de intelectuales… Tras meses de crisis, las relaciones entre Francia y Argelia están hoy al borde la ruptura. Una crisis sin precedentes desde la independencia de Argelia en 1962.
Último capítulo en la escalada diplomática: las autoridades argelinas solicitaron, el domingo 11 de mayo, la “repatriación inmediata” de 15 agentes franceses enviados en misión de refuerzo temporal en Argelia.
Francia respondió este miércoles por la mañana. “Nuestra respuesta es inmediata, es firme y está estrictamente proporcionada en esta etapa, con la misma demanda, es decir, la expulsión a Argelia de todos los agentes titulares de pasaportes diplomáticos que actualmente no tengan visa”, declaró el jefe de la diplomacia francesa, Jean-Noël Barrot, quien anunció que convocó al encargado de negocios argelino en París para responder a la decisión “injustificada e injustificable” de Argel.
Desde el domingo, varias fuentes en París mencionan discusiones dentro del gobierno sobre la eventual suspensión del acuerdo bilateral de 2013, firmado entre Francia y Argelia para facilitar la circulación del personal diplomático, consular, técnico y administrativo. La medida ya había sido considerada en enero por el Ministerio del Interior francés y luego nuevamente planteada en marzo, en el marco de la “respuesta escalonada” contra Argelia, pero nunca se había aplicado.
Según el Ministerio de Relaciones Exteriores francés, la expulsión de los funcionarios franceses se tomó sobre la base de una “decisión unilateral de las autoridades argelinas de establecer nuevas condiciones de acceso al territorio argelino para los agentes públicos franceses titulares de un pasaporte oficial, diplomático o de servicio, en violación del acuerdo bilateral de 2013”. Bajo esta lógica, Francia considera que las condiciones de aplicación del acuerdo ya no se cumplen y podría formalizar esta suspensión en los hechos.
Según los términos de ese texto, los ciudadanos franceses o argelinos titulares de un pasaporte diplomático o de servicio válido pueden entrar en el territorio de la otra parte sin visa de entrada, para una o varias estancias cuya duración total no exceda los 90 días en un período de 180 días. Más allá de este plazo, se requiere una visa específica, llamada “diplomática”, para obtener un documento protocolar equivalente a un permiso de residencia.
Pero las “chicanas” actuales son el resultado de una crisis mucho más profunda entre la excolonia francesa y París, cuyas relaciones nunca fueron apacibles en 60 años, pero que se han degradado seriamente en los últimos meses.
El Sahara Occidental, un casus belli
Este fue el elemento desencadenante: el reconocimiento por parte del presidente Emmanuel Macron en julio de 2024 de la “soberanía marroquí” sobre el Sahara Occidental. Una ruptura con la posición tradicional de Francia, hasta entonces alineada con la ONU, que lo considera un territorio con estatus no definido.
La antigua colonia española, controlada en aproximadamente 80% por Marruecos, ha sido reclamada durante 50 años por los independentistas del Frente Polisario, apoyados por Argelia. Celebrado como una victoria diplomática importante por Rabat, este gesto es percibido como una traición histórica por Argel.
La ministra de Cultura y el presidente del Senado francés dieron un nuevo paso simbólico al visitar recientemente el Sahara Occidental. París considera ahora el plan de autonomía bajo soberanía marroquí “como el único y exclusivo marco de resolución” del asunto.
#Algérie | Le 13 mai, @francediplo a convoqué le chargé d’affaires de l’ambassade d’🇩🇿, suite à la décision unilatérale des autorités algériennes d’établir de nouvelles conditions d’accès au territoire pour les agents détenteurs d’un passeport officiel, diplomatique ou de… pic.twitter.com/qL8fir1cbx
— France Diplomatie 🇫🇷🇪🇺 (@francediplo) May 14, 2025
Tensión sobre la inmigración
Los dos países mantienen vínculos estrechos a nivel de poblaciones. Los argelinos son la nacionalidad extranjera más presente en Francia. Según cifras oficiales, en 2024 había 649.991 argelinos en el territorio. El ministro del Interior, Bruno Retailleau, que acusó recientemente a Argelia de “agredir” a Francia, aboga especialmente por la “revisión” de las facilidades consulares otorgadas a los poseedores de pasaportes diplomáticos.
Argel rechazó una lista de argelinos expulsables proporcionada por París en los últimos días, reiterando su “rechazo categórico a las amenazas, intentos de intimidación, órdenes y ultimátums” provenientes de Francia. La negativa de Argelia a aceptar a varios nacionales bajo obligación de abandonar el territorio francés agravó la situación.
El primer ministro François Bayrou amenazó con “denunciar” el acuerdo de 1968 que otorga un estatus particular a los argelinos en Francia en materia de circulación, estancia y empleo, lanzando un ultimátum de seis semanas para que Argelia repatríe a sus nacionales en situación irregular. Sin embargo, a principios de marzo, el presidente Macron pareció apostar por la calma al declararse “favorable, no a denunciar, sino a renegociar” este acuerdo.
Polémicas en torno a influencers
Las tensiones se agravaron aún más con el arresto en Francia de influencers argelinos por apología de la violencia en redes sociales. Algunos opositores argelinos en Francia insinuaron que estos estaban manipulados por Argel. En Lyon, se solicitó un año de prisión condicional contra la influencer Sofía Benlemmane, procesada por “amenazas de muerte” contra opositores argelinos.
Otro influencer, Zazou Youssef, fue condenado a finales de febrero en Brest a 18 meses de prisión firme con prohibición de entrada a territorio francés durante 10 años por incitar a perpetrar atentados en Francia y violencia en Argelia. Un tercero fue condenado en marzo en Montpellier a cinco meses de prisión condicional tras difundir un video llamando a “dar una severa corrección” a un opositor argelino.
Por otra parte, París considera arbitraria la detención desde mediados de noviembre del escritor franco-argelino Boualem Sansal en Argelia, que tiene 75 años y está enfermo de cáncer, sin posibilidad de ver a su abogado francés.
Sansal está procesado por declaraciones hechas en Francia a un medio reputado de extrema derecha y consideradas como atentado contra la integridad del territorio argelino.
La cuestión memorial, una herida aún abierta
El acercamiento realizado con Argel en 2022, con el lanzamiento de una comisión mixta de historiadores sobre el tema memorial, sufre especialmente con la crisis actual. La conquista de Argelia a partir de 1830, la destrucción de sus estructuras socioeconómicas mediante deportaciones masivas y la feroz represión de numerosas revueltas antes de una sangrienta guerra de independencia (1954-1962) causaron 1,5 millones de muertos argelinos según Argelia, 500.000 —de los cuales 400.000 argelinos—, según historiadores franceses.
Según los expertos, esa historia es regularmente “instrumentalizada” por ambos poderes políticos, con la omnipresencia del relato nacional sobre la guerra de independencia por parte argelina, y la preocupación de no ofender a quienes se oponen a cualquier “reconciliación” por parte francesa.