La reconstrucción de Alpine necesita un tiempo que no ofrece el vértigo de la Fórmula 1. En las reformas, los detalles interfieren en las decisiones y enredarse impide avanzar hacia el objetivo. La escudería francesa, aunque la sede del programa para competir en el Gran Circo está en Enstone, Gran Bretaña, ensayó un nuevo golpe de timón, de esos que acostumbró a replicar en las últimas temporadas.
La nueva dirección favoreció a Franco Colapinto, que este miércoles será presentado como piloto titular para las próximas seis carreras y así se reestrenará en la grilla en el Gran Premio de Emilia Romagna, cuando el calendario desande entre el 16 y el 18 de mayo la séptima estación del curso.
La renuncia del jefe de equipo Oliver Oakes arrastrará a Jack Doohan a dejar la butaca, que pasará a manos del argentino, que tiene el apoyo de Flavio Briatore, el asesor ejecutivo de la escudería que ahora también se convertirá en team manager. Bajo el paraguas del italiano arribó el pilarense en enero pasado desde Williams. Con el manejo absolutista y las polémicas determinaciones del disruptivo magnate, Renault, la casa matriz de Alpine, disfrutó en el pasado de la gloria en la F.1 y ahora pretende reinventarse.
“BWT Alpine Formula One Team anuncia que Olivier Oakes ha dimitido de su cargo como team principal. El equipo aceptó la renuncia con efecto inmediato…”, rezó el comunicado que lanzó la escudería para informar sobre la salida del británico. En el escueto mensaje se presentó también a Briatore como el reemplazante.
La pulseada entre el apoyo a Doohan y la oportunidad para Colapinto era el juego entre dos padrinos dentro de Alpine. Oakes, como jefe del garaje, disimuló desde comienzo de año que el joven australiano necesitaría de rápidos resultados para espantar la presión: la filtración de un contrato a corto plazo y atado al rendimiento, con vencimiento en el GP de Miami, y la figura del argentino sobrevolando ante cada error, fue un aplastamiento que el oceánico no soportó.
Horas antes de la declaración de la escudería, una publicación en redes sociales del piloto neerlandés Jeroen Bleekmole de que un auto Alpine modelo A523 rodaba en el circuito de Zandvoort provocó una revolución. En la agenda de los TCP –Testing of Prevoius Car– aparecía Silverstone y no Países Bajos como escenario de la prueba, pero las escuderías no pueden girar en un circuito que será sede de un gran premio dentro de los siguientes 60 días, y el legendario trazado británico albergará la 12ª fecha entre el 4 y 6 de julio.
Todas las miradas se direccionaron a Colapinto y el rumor tomó mayor impulso cuando una aficionada publicó una selfie con el argentino en el circuito. Sin embargo, el casco de color negro y de la marca Arai que utilizó el piloto que tomó la butaca hizo desestimar que el protagonista fuera el pilarense, cuyos cascos son de la marca Bell. Tampoco era Doohan, ni los reservas y de prueba Paul Aron y Kush Maini. Finalmente, se se trataba del japonés Ritomo Mitaya, piloto de F.2 del equipo ART.
Las proyecciones indican que Colapinto tomaría contacto hoy con el A523 en Zandvoort, aunque desde Alpine no se manifestaron sobre la presencia del argentino en Países Bajos. El anuncio del cambio de pilotos está pautado para las 6 hora argentina (10 de Gran Bretaña), y si la intención es rodar porque los pilotos titulares tienen limitadas las pruebas –1000 kilómetros en cuatro días–, la fábrica y los que están en el circuito tendrán que coordinar relojes. Cuando debutó en 2024, la comunicación de que reemplazaría a Logan Sargeant fue apenas tres días antes del inicio de la actividad en la pista de Monza.
En el circuito de Imola, Colapinto logró su primer triunfo en la F.3 y en el circuito Enzo y Dino Ferrari firmó su única victoria en la F.2, después de ensayar una espectacular maniobra de sobrepaso sobre Aron, ahora compañero en Alpine. El estonio, que era uno de los preferidos de Oakes, podría también marcharse de la escudería, que mantendrá a Doohan como piloto de reserva y de prueba, junto al indio Maini. También cuando debutó, el trazado del GP de Italia era amigable para Colapinto: en Monza sumó triunfos en las Sprint Race de la F.3 en 2021 y 2022.
La gran diferencia entre aquella jornada histórica con Williams y la que protagonizará ahora con Alpine radica en que en la escuadra de Grove rodó en la primera prueba libre en Silverstone, mientras que nunca tuvo contacto directo con el A525 en la pista: las actuaciones se limitaron al simulador.
La presión que asfixió a Doohan se trasladará inmediatamente a Colapinto una vez que se anuncie el movimiento de piezas, aunque el argentino demostró en Williams tener la capacidad para afrontar el reto: con menos de 400 kilómetros como respaldo y apenas diez fechas en la F.2 como experiencia, James Vowles no dudó en elegirlo para suplantar a Sargeant para las últimas nueve fechas del año pasado.
Aquella decisión que muchos observaron precipitada y temeraria finalmente resultó un acierto que benefició al piloto, al equipo y dio la razón al ingeniero británico que impulsó el ascenso, después de analizar el comportamiento y las reacciones en el simulador y aquella prueba libre en Silverstone.
Algunos de los cambios que ejecutó Alpine en el último tiempo llevan el sello de Briatore: desde el recorte de empleados al cierre del programa de motores, ya que a partir de 2026 el equipo será cliente de Mercedes. La experiencia en la F.1, donde se consagró campeón en dos ciclos con Renault –con Michael Schumacher y con Fernando Alonso como pilotos– es un plus en tiempos de reformas.
Sin éxito en la negociación para contratar a Carlos Sainz Jr., observó que Colapinto era una pieza que se ajustaba a su idea: veloz en la pista y con respaldo económico para recuperar la inversión que Alpine debió ensayar para arrancarlo de Williams. Su jugada está por completarse, solo hay que esperar a la cita en Imola.