
El nombre de Jonathan Julián Vergara es ahora un símbolo cada vez más conocido de que la superación, la resiliencia y los sueños son posibles, incluso, si las calles de Bogotá han sido su hogar.
Luego de vivir seis años sin un hogar fijo y estable, y estar inmerso en un entorno marcado por el consumo de sustancias psicoactivas, Jonathan se convirtió en el estudiante con el mejor puntaje del Icfes, logro que alcanzó tras finalizar su bachillerato a través de la estrategia Cipreia de la Secretaría Distrital de Integración Social y la Secretaría de Educación.
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Cuando recibió la noticia de sus profesores, la incredulidad fue el primer sentimiento de Jonathan.
“Emocionado corrió a contarle a su familia y, en especial, a su mamá, quien le expresó lo orgullosa que se sentía de él después de un largo abrazo”, relató la Secretaría.
No se trata solo de una meta académica, sino de un hito personal en su proceso para dejar atrás la vida en la calle, del que ya lleva dos años de avance.
Jonathan recuerda el difícil camino que lo llevó a perder a su familia y a su hijo, lo que, sumado a su experiencia con las drogas desde la infancia, lo llevó a situaciones límite.
“Desde muy niño conocí las drogas y por falta de conocimiento, de cuidado, de no saber tantas cosas del ambiente en el lugar donde yo crecí, que era muy pesado en ese tiempo, hace treinta años, más o menos, un lugar totalmente difícil para crecer”, narró Jonathan.
