Los pasajeros del tour de compras mendocino asaltados por un grupo comando en una ruta al norte de Santiago de Chile destacaron la ayuda que recibieron de pobladores locales y de las fuerzas de seguridad, que se mostraron empáticos con su pesarosa situación. Sin embargo, destacaron un comentario que los molestó: fue el de un efectivo de Carabineros que les dijo que lo que les había ocurrido −el asalto violento y la pérdida de su dinero, sus documentos y su paz− fue “por lo que sucedió en Buenos Aires”.
La referencia era inequívoca: sugería que el asalto comando podía haber sido una suerte de “venganza” o “revancha” por el escandaloso final del partido de vuelta entre Independiente de Avellaneda y la Universidad de Chile por los octavos de final de la Copa Sudamericana de la noche del 20 de agosto pasado, que debió ser suspendido por los gravísimos incidentes en la tribuna ocupada por la parcialidad visitante, incluidos desmanes, destrozos y ataques iniciales de ultras trasandinos y, finalmente, una oprobiosa y vergonzante incursión de barrabravas locales para atacar en proporción de cinco a uno, a los pocos hinchas santiaguinos que habían permanecido en la bandeja Pavoni Alta a pesar de la orden de las autoridades de desalojarla por completo.
Uno de los pasajeros, llamado Claudio, así lo refirió en un reportaje con un cronista del canal Meganoticias, de la capital trasandina: “Le agradecemos a la prensa y a los carabineros que se han puesto con empatía en el lugar nuestro. También hubo un carabinero que habló, y se molestó la gente, como diciendo que [esto es por] lo que sucedió en Buenos Aires tiempo atrás. Pero nosotros no somos de Buenos Aires ni participamos en el fútbol. Somos mendocinos que no tenemos ningún problema con Chile y estamos agradecidos de que nos atiendan bien”.
La referencia, en los hechos, parece haber sido una simple “chicana” del efectivo de seguridad trasandino. Ocurre que, de acuerdo con los testimonios de los pasajeros del ómnibus que había salido desde la ciudad de Mendoza el miércoles a la noche y que fue asaltado a las 6.15 de hoy en la ruta G-71, que une la autopista Los Libertadores con la Ruta 5 Norte, que conduce a Huertos Familiares de camino a Santiago, la decena de asaltantes (la mayoría, encapuchados y con armas largas) que subieron al bus tenían acento “venezolano o colombiano”.
Eso reduce prácticamente a la nada la hipótesis de que se trate de una banda de asaltantes chilenos que, además, pudieran estar vinculados a “Los de Abajo”, como se conoce a la barrabrava del Club Universidad de Chile, que actualmente está concesionado a la empresa Azul Azul SA.
El pasajero damnificado por el robo, que a la hora de la entrevista, pasado el mediodía de este jueves, mostraba evidentes signos de fatiga y abatimiento mientras esperaba, junto con las demás víctimas, en la entrada de la comisaría 59a. del retén Huertos Familiares, donde hicieron las denuncias particulares, destacó: “No hacemos política, somos gente de bien, gente de trabajo y espero que no vuelva a suceder y que los carabineros y la justicia de este país tome otras medidas. Somos vecinos y tenemos que buscar el bien para todos y que no vuelvan a ocurrir estas cosas, que son lamentables”.
En diálogo con Aconcagua Radio, de Mendoza, Franco Pivato, propietario de la empresa de viajes La Torre, organizadora del tour de compras, recordó que en la semana siguiente a la del escándalo en Avellaneda hubo advertencias de eventuales ataques en represalia contra los argentinos que se aventuraran hacia las rutas chilenas, y que él mismo debió suspender los servicios por ese motivo.
“Después de lo ocurrido en el partido en Buenos Aires llegaron amenazas, sobre todo a las coordinadoras, aconsejando que no viajáramos porque iban a tomar represalias contra todo vehículo con patente argentina, por lo que el domingo cortamos los viajes. Pero, en las próximas horas retomamos, porque ya volvieron algunas empresas este lunes y no han reportado novedades”, señaló Pivato el 27 de agosto pasado, cuando los tours retomaron su ritmo habitual.
